Taula Puntal, o cuando los paisajes de Cataluña hablan en forma de platos
Este nuevo restaurante de Barcelona ofrece una experiencia diferente con un único menú que recorre los sabores de la geografía catalana
En este restaurante solo hay una mesa, donde se sientan los 22 comensales. Foto: Taula Puntal.
El espacio que hace unos cinco años ocupaba Al Sur Café en la Plaza Sant Cugat de Barcelona fue reemplazado por Espai Puntal, una combinación de bar (que aprovecha el bonito espacio de este rincón del Born), colmado y, desde noviembre, restaurante.
Sus fundadores son Víctor Regás y Markel Cormenzana, dos jóvenes que, tras la pandemia y preocupados por cómo aplicar la sostenibilidad en un proyecto gastronómico, se instalaron en este rincón que aún se conservan las paredes de ladrillo del siglo XIX. Y lo hicieron con un puñado de preceptos claros: apostar por productos de temporada, dar preferencia a los proveedores de proximidad, y dar alas a diseñadores y pequeños comerciantes del barrio, que es el mismo en donde crecieron.
“Antes de restauradores, éramos vecinos, y sentíamos que necesitábamos devolverle al barrio la autenticidad que tanto lo caracteriza y que se ha perdido por culpa de la masificación turística”, cuentan.

Un solo menú, una sola mesa
Si por algo se caracteriza Taula Puntal es por su minimalismo. Solamente los viernes y sábados, a las 21:00, se ofrece un único menú (48€) que se sirve en una sola mesa, con capacidad para 22 comensales. La idea es viajar por los sabores de Cataluña con una propuesta de siete pases, ir del mar a la montaña, de los bosques al mar, con platos que en su apuesta por la temporalidad van rotando continuamente.
El único menú de Taula Puntal, con siete pases, ofrece diferentes productos de temporada de diversas zonas de Cataluña
Por ejemplo, tras los entrantes (morcilla negra de pez espada, tostada con tartar de ciervo y piparra, y paté de setas silvestres), llegaron dos platos que se presentaron como un puente entre el macizo del Montseny y las montañas de Ordal: el suave pilpil de boletus (setas) y el puerro láctico con pomelo y avellanas.

Sabores del Mediterráneo y las montañas
El viaje sigue con sabores cercanos, el salmonete con su suquet y patata, especie proveniente de la lonja del Moll del Rellotge, el último reducto de la pesca de proximidad de Barcelona.
El radar marítimo se extiende con el siguiente plato, los chipirones de mar y montaña en su tinta y arroz, donde los pescados de Barceloneta maridan con los productos del Delta del Ebro y el Empordà.
Y el último de los principales llega con la carne de ciervo con remolacha y pera, una síntesis de la cocina tradicional de la Plana d’Urgell y la sierra de Boumort, en Lleida.

Sabores de otoño
El cierre dulce está protagonizado por el buñuelo de higo con crema ligera con sus hojas y el flan de castañas, una exquisita representación del otoño que ya se ha marchado.
Por 30€ más, este menú se puede acompañar de un maridaje de vinos de una carta que presenta 45 referencias de vinos mediterráneos, con el acento puesto en tintos, blancos y espumosos de Cataluña, y en menor medida, del sur de Francia y otras regiones. Como sucede con los platos, la idea de Taula Puntal es dar cabida a los pequeños productores, creadores de vinos con carácter e innovadores.

Otra alternativa, quizás para estirar la noche, es probar algunos de los cócteles clásicos, como el Negroni, el gin-tonic, el Fizz Puntal o el espresso Martini, y pensar en el decálogo de intenciones que tienen escrito sobre una de las ventanas, donde además de proclamar que apuestan por el vino natural y la cerveza artesana o que quieren hacer cocina mediterránea, señalan que “la hostelería puede ser un espacio de transformación”. Pues los primeros pasos ya los están dando con buen resultado.