Caixabank se queda con el hotel extremeño de los Bosé
Building Center, la compañía especializada en gestión de activos inmobiliarios de Caixabank, es el nuevo dueño del hotel extremeño Monasterio de Rocamador. Al acabar sin comprador el concurso de acreedores, se lo ha quedado como dación en pago, valorado en 1,2 millones de euros.

Acaba de finalizar el concurso de acreedores de la sociedad Monasterio de Rocamador S.A. que Carlos Tristancho y LucÃa DominguÃn Bosé, junto a otros socios, constituyeron hace veinte años para abrir un hotel de lujo en un antiguo convento franciscano.
DÃas de gloria
La pareja inauguró su exclusivo establecimiento el 13 de diciembre 1997, tras restaurar por completo un convento franciscano de 1512 situado en plena dehesa, en la localidad pacense de Almendral. Por allà comenzaron a desfilar enseguida los miembros de la saga familiar –LucÃa madre, Miguel, Paola, Bimba… – y buena parte de la farándula del momento.
Tuvo varios años de éxito, empujado por el buen hacer de sus propietarios y el relumbrón del apellido. Catalogado como hotel rural de cuatro estrellas, contaba con 31 habitaciones y suites -que retrataban las revistas-, recibió una estrella Michelin y en 2002 fue nombrado incluso mejor hotel de España por la guÃa Gourmetour.
Sin embargo, golpeado por la crisis económica, entró en declive a partir de 2010. Tuvo que cerrar en el verano de 2012 y en octubre de ese mismo año entró en concurso de acreedores. El proceso acaba ahora precisamente, con la liquidación de la sociedad que lo gestionaba.
En manos de Caixabank
Desde Caixabank confirman que Building Center, su compañÃa especializada en gestión de activos inmobiliarios y 100% participada por el banco, se lo ha quedado como dación en pago (saldando la deuda hipotecaria) y valorado en 1,2 millones de euros.
Asimismo, indican que «esta sociedad inmobiliaria quiere encontrar ahora un empresario o grupo hotelero al que venderle las 2 hectáreas en las que se asienta el hotel y los 3.777 metros cuadrados edificados, para que prosiga con la explotación. Pero tampoco descarta otras vÃas si eso no fuera posible».