El tatuaje se eleva a la categoría de arte en la mayor exposición sobre su historia

Caixa Forum Madrid inaugura ‘Tattoo. Arte bajo la piel’, una muestra que bucea en 5.000 años de historia del tatuaje en diferentes tiempos lugares, épocas y culturas

CaixaForum Madrid inaugura la mayor exposición de tatuajes de la historia. Foto: © Masato Sudô.

Tatuaje (o tattoo) es un término que procede de la palabra polinesa tatau, que significa literalmente ‘herida abierta’ y que en el siglo XVIII descubrió la tripulación del capitán Cook en aquellas remotas islas. La técnica de dibujar la piel, sin embargo, es mucho más antigua y se ha dado en diferentes culturas, espacios y tiempos en los últimos 5.000 años, como se muestra en la nueva exposición que hoy inaugura Caixa Forum Madrid.

Tattoo. Arte bajo la piel lleva esa disciplina al museo y lo eleva a la categoría de arte, analizándolo desde un punto de vista antropológico y siguiendo a tatuadores y tatuados a través de épocas y continentes para explorar las confluencias que han convertido el tatuaje en una forma de expresión artística mundial.

De lo marginal al mainstream

Producida y organizada por el Musée du Quai Branly – Jaques Chirac de París y la Fundación ”la Caixa”, la exposición, que podrá verse hasta el próximo 17 de abril, reúne más de 240 obras históricas y contemporáneas entre pinturas, dibujos, fotografías, libros, objetos como herramientas para tatuar, máscaras o sellos y audiovisuales.

‘Tattoo. Arte bajo la piel’ se podrá visitar hasta el 17 de abril de 2022. Foto: CaixaForum Madrid.

Destaca también la veintena de prototipos de cuerpos hiperrealistas modelados en silicona y tatuados con tinta, creados expresamente para esta exhibición, a cargo de maestros de este arte de distintas partes del mundo: Horiyoshi III, Filip Leu, Mark Kopua y Kari Barba.

El actual montaje suma, además, las firmas del artista venezolano Jee Sayalero y la madrileña Laura Juan, cuya obra reflexiona sobre el aislamiento social y la incertidumbre durante la pandemia.

La muestra explora los distintos usos del tatuaje a lo largo de la historia y también el papel social que ha desempeñado esta práctica en las diferentes culturas, de la represión a la reivindicación

A través de todas estas piezas se explora, desde un enfoque inédito, los distintos usos del tatuaje a lo largo de la historia y también el papel social que ha desempeñado esta práctica en las diferentes culturas, de la represión a la reivindicación.

Así, mientras viajamos a través del tatuaje por todo el mundo, descubriremos sus orígenes, su evolución, las técnicas o las corrientes de este arte, que actualmente es un fenómeno mundial (solo en Europa se estima que el 12% de la población tiene algún tatuaje mientras entre los millennial, uno de cada dos está tatuado).

Diseños de Filip Leu. en silicona. Foto: © Musée du quai Branly – Jacques Chirac.

La mayor exposición sobre el tatuaje como arte

“Relacionados con la modernidad, se ha producido un ‘boom’ quizás inesperado en los tatuajes, que son un poderoso medio de comunicación y expresión que manifiesta personalidad”, explica la directora de la Fundación la Caixa, Elisa Durán.

Hoy el tatuaje es un fenómeno mundial, con hasta un 12% de la población europea y uno de cada dos millennial con al menos un tattoo

Dada la fascinación por el tatuaje y por la piel transformada en lienzo, desde el impulso de la atracción de feria hasta la expresión de la personalidad o la adscripción a un determinado grupo, lo lógico, para la comisaria de la muestra, Anne Richard, era que los tatuajes tuvieran su hueco en los museos.

Así, partiendo del análisis de expertos en arte contemporáneo, historiadores, antropólogos o etnógrafos, la exposición plantea un debate desde el que mirar esta práctica, que ha evolucionado socialmente de la mano del hombre.

Se muestran 240 piezas entre pinturas, dibujos, libros, herramientas para tatuar, máscaras, fotografías, sellos y audiovisuales. Foto: CaixaForum Madrid.

“Se trata de la mayor exposición mundial dedicada a esta expresión artística. Un homenaje a todos aquellos artistas que han contribuido a su evolución, cuyo papel nunca ha sido reivindicado en los museos”, concluye Durán.

El tatuaje en la historia

A lo largo de cinco espacios, descubrimos, por ejemplo, que los tatuajes eran un elemento de identidad colectiva en Polinesia, que estuvieron presentes en ejércitos coloniales del siglo XIX y que conformaron un lenguaje de códigos no verbales en las prisiones rusas.

Que el moko, tatuaje de curvas y espirales inspirado en los brotes de helecho que era el ornamento específico de los jefes y guerreros en Nueva Zelanda es hoy considerado tesoro nacional (taonga) y que en las islas de Samoa, el pe’a (tatuaje masculino) era necesario para conseguir una esposa.

Que en Europa Occidental la momia Ötzi, con más de 4.500 años, constituye la prueba más antigua de la práctica del tatuaje o que 2.000 años más tarde, algunos de los 200 pueblos celtas instalados en lo que hoy es Francia, Bélgica y Alemania también mostraban marcas en el cuerpo.

Estatuilla femenina tatuada Orissa, India Siglo XIX. Foto: © Musée du quai Branly – Jacques Chirac.

La muestra también aborda cómo el tatuaje desempeñó durante siglos desempeñó una función discriminadora, de marca de sometimiento e incluso de pérdida de identidad para pasar, desde mediados del siglo XIX, a portador de mensajes, ya fuesen íntimos o sociales.

Además, podemos ver cómo la invención de la máquina de tatuar eléctrica en 1891 por el estadounidense Samuel O’Reilly favoreció la difusión del tatuaje o que Sutherland MacDonald (1850-1937), conocido como ‘el Miguel Ángel del tatuaje’, se hizo imprimir en su tarjeta de visita, ya en 1891, las palabras ‘artista tatuador’.

Entre los objetos más curiosos destacan una una pluma eléctrica ideada por el inventor Thomas Edison en 1877 (antecedente de la máquina de tatuar actual); un retrato en pintura acrílica de Artoria, una célebre artista del sideshow de la década de 1920; utensilios para tatuar del siglo XIX provenientes de Indonesia, Birmania, Túnez, Argentina o Australia; y retratos de grupos con sus tatuajes identificativos, como por ejemplo la pandilla mara centroamericana o la mafia japonesa yakuza.

Hombre de las islas Marquesas tatuado.

Artistas destacados

También se reconoce a artistas que preservan este arte milenario, como la tatuadora filipina Whang-od Oggay, de 104 años, considerada como la última maestra que utiliza el batok (tatuaje tradicional hecho a mano), y a grandes maestros que han revolucionado el medio del tatuaje contemporáneo como Don Ed Hardy (1945), que ha favorecido los intercambios artísticos internacionales y ha transformado la fascinación por el arte ancestral japonés del tatuaje en energía creativa.

También a Henk Schiffmacher, reconocido tatuador por cuyas manos han pasaron miembros de las bandas Red Hot Chili Peppers, Pearl Jam o el desaparecido líder de Nirvana, Kurt Cobain.

Se trata, explica el presidente del Museo Quiai Branly, Emmanuel Kasarhérou, “de rendir homenaje a un trabajo artístico muy mal reconocido en los museos, para dar un reconocimiento pleno que vaya más allá de lo periférico”.

Porque si el tatuaje es algo es un arte democrático y atemporal que llega a todos los estratos y lugares del mundo.

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