Como una pirámide solar, así es el nuevo Centro Común de Investigación de Sevilla

La futura sede del Centro Común de Investigación de Sevilla, diseñada por el estudio danés BIG, estará cubierta por una nube de placas solares escalonadas que recuerdan a una pirámide

BIG diseña el nuevo Centro Común de Investigación de Sevilla. Imagen: Playtime.

Pocos días antes de acoger la primera edición de Open House, el festival que busca dar a conocer edificios tanto históricos como contemporáneos de la ciudad a sus habitantes, la capital andaluza da la bienvenida a un nuevo hito arquitectónico: el Centro Común de Investigación de Sevilla con diseño del estudio danés BIG.

Inspirado en la “arquitectura vernácula”, explican sus responsables, el edificio del JRC por sus siglas en inglés se ubicará en la Isla de la Cartuja, dentro del recinto de la Expo’92 y en el espacio que ocupó el antiguo pabellón de los Descubrimientos, y albergará 12 unidades de investigación, así como espacios al aire libre para diferentes usos.

Eficiente, sostenible y adaptable a las necesidades que pueda demandar su uso, lo más llamativo del diseño es una espectacular cubierta integrada por una nube de marquesinas (que además son placas solares) cuadradas sostenidas por esbeltas columnas que cae en cascada creando la imagen de una moderna pirámide.

Centro Común de Investigación de Sevilla. Imagen: Bjarke Ingels Group.

Una pirámide de paneles solares

Su diseño, que recuerda al Pabellón de los Hexágonos diseñado por Corrales y Molezún en 1958 para la Expo de Bruselas y que actualmente se está rehabilitando en la Casa de Campo de Madrid, ha resultado ganador en un concurso internacional al que concurrían 66 estudios. Se espera que las obras comiencen en 2023.

El edificio, de 9.900 m2, aspira a convertirse en un referente mundial en sostenibilidad e innovación y encarna, según el director general del JRC, Stephen Quest, la “Nueva Bauhaus Europea”.

El llamativo diseño se inspira en las sombreadas calles y plazas sevillanas, explican sus responsables, para lo que se ha ideado una nube de marquesinas que protejan la plaza, el jardín y el edificio de investigación, de forma similar a las pérgolas típicas de la ciudad.

El diseño toma la idea de las pérgolas que se ven en la ciudad. Imagen: Playtime.

Estas marquesinas son en realidad finas láminas fotovoltaicas cuadradas que se sostienen sobre un bosque de columnas.

La marquesinas que integran la cubierta formando una suerte de pirámide son en realidad láminas fotovoltaicas sostenidas sobre columnas

La cubierta cae en cascada desde el centro del edificio dando lugar a diferentes espacios. En el interior, a medida que el edificio asciende, aparecen terrazas, espacios al aire libre con sombra para hacer descansos, para relajarse o incluso para mantener reuniones informales con vistas a la ciudad.

El edificio se ubica en la Isla de la Cartuja. Imagen: Bjarke Ingels Group.

Flexible y modular

Debajo de esta cubierta, el nuevo Centro Común de Investigación de Sevilla se coloca sobre la parcela en diagonal para conectar el JRC tanto con el Jardín Americano como con el centro comercial Torre Sevilla en un espacio público continuo que se concibe a la vez como “plaza” y “paseo marítimo”.

En el interior, se alojarán un centro de conferencias, espacios sociales y para servicios como comedor en la planta baja, mientras que las oficinas y las unidades de investigación ocuparán los pisos superiores. El diseño, sin embargo, garantiza que los espacios sean flexibles y adaptables de acuerdo con las necesidades futuras del JRC.

Siguiendo la geometría y la modularidad del edificio, dos vacíos diagonales conectan todos los niveles, promoviendo el movimiento físico, así como la interacción social y las reuniones informales.

Centro Común de Investigación. Imagen: Playtime.

Piedra, madera y cerámica

Se construirá, además, dando prioridad a materiales de origen local, como la piedra caliza, la madera y los azulejos de cerámica.

La estructura del edificio se proyecta en hormigón bajo en carbono, lo que reduce hasta en un 30% de las emisiones típicas de CO2, mientras que la nube de pérgolas está hecha de acero reciclado.

El diseño pasivo del edificio a través de sus delgados forjados y la sombra constante bajo la nube de pérgolas permitirá una ventilación natural cruzada y una calidad de luz ideal, reduciendo el consumo de energía que se utilizaría normalmente en iluminación artificial, aire acondicionado y ventilación mecánica.

Imagen: Fusao.

Los jardines, la vegetación y los elementos de agua en el exterior buscan contrarrestar las altas temperaturas que se registran en esta zona y crear “un microclima agradable”.

a.
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