El Bosque Sonoro: música y naturaleza en un paraje escondido

Iván Ferreiro, La Habitación Roja, Niños Mutantes y Viva Suecia desfilan por un bosque convertido en escenario junto al pueblo de Mozota (Zaragoza) en la segunda edición de este particular ciclo

Su primera edición fue todo un éxito.

Además de atracarnos de series, aprender a hacer pan y dibujar arcoíris, del confinamiento que nos mantuvo en casa tres largos meses el pasado año como consecuencia de la pandemia de coronavirus salieron cosas buenas. Entre ellas un insólito festival en Mozota, un pueblo de menos de un centenar de habitantes en la provincia de Zaragoza. Ahora, El Bosque Sonoro celebra su segunda edición.

Viva Suecia, una de las bandas más importantes del rock alternativo en España, darán el pistoletazo de salida a un ciclo por el que pasarán también artistas como Iván Ferreiro, Niños Mutantes y La Habitación Roja.

El Bosque Sonoro

“Teníamos un pueblo y una arboleda separados por un meandro del río Huerva. Con postes viejos de teléfono, pallets y cuerdas de garaje construimos un puente de madera para acceder a ese precioso entorno, que hace años usaba el pueblo como lugar de recreo y encuentro, y que era una pena que se hubiera perdido”, explican los responsables del proyecto.

Fue necesario desbrozar un sendero para llegar al claro que aloja el escenario. Foto: El Bosque Sonoro.

“De repente, una vecina vino a quitar clavos, otro dejó el camión de repartir y se trajo la motosierra, un escalador acercando postes, las ovejas desbrozando la zona, otros ayudando con los árboles muertos…” Y así, poco a poco, tomó forma El Bosque Sonoro.

Pese a las zarzas y las piedras lograron desbrozar un sendero y abrir paso a un claro escondido entre el agua y los árboles, un inmejorable escenario natural que, además, cuenta con la mejor de las acústicas.

Más de 3.500 espectadores vieron, en directo y en plena naturaleza, a artistas como Coque Malla, León Benavente, Mujeres o Stay Homas en la primera edición de El Bosque Sonoro

“No somos un festival, ni hay detrás una gran empresa”, apuntan. Es más bien el resultado de la unión de los vecinos que, durante estos meses de pandemia, “vieron una oportunidad para hacer algo bonito para su pueblo, buscando al mismo tiempo una oportunidad laboral”. “Sólo queremos vivir en nuestro pueblo, trabajando en nuestro pueblo y pasarlo bien haciendo lo que nos gusta”.

El primer Bosque Sonoro fue todo un éxito: más de 3.500 espectadores vieron, en directo y en plena naturaleza, cuando los eventos presenciales eran excepción en el país, a artistas como Coque Malla, León Benavente, Mujeres o Stay Homas.

El escenario está en un claro entre el agua y los árboles. Foto: El Bosque Sonoro.

Pero hay más: se crearon puestos de trabajo y con los fondos recaudados de la fila 0 se llevó a cabo la reforestación de 280 árboles de una zona degradada del pueblo, que ha dado origen al Espacio de Renaturalización Alondra.

Segunda edición

Así, con idénticos objetivos a su primera edición (preservar el entorno, luchar contra la despoblación y apoyar el tejido cultural), El Bosque Sonoro celebra este fin de semana una nueva edición, que arranca hoy viernes 2 de julio a las 22.00 horas con Viva Suecia, que presentará sus dos últimos singles incluidos en un vinilo 7” firmado por la banda y de tirada muy limitada que podrá adquirirse próximamente bajo preventa.

Iván Ferreiro clausurará el domingo la segunda edición de un festival que lleva la música al corazón del bosque

Grabado en La Casamurada junto a Santos & Fluren, este lanzamiento cuenta con las dos canciones recién presentadas por la banda. Por un lado, La Voz del Presidente, tema que conjuga su lado más épico con uno de sus estribillos más potentes y memorables hasta la fecha; y por otro, su cara B, Parar la Tierra, con un poderoso mensaje humano, como ya es costumbre.

Actuación de León Benavente en la primera edición. Foto El Bosque Sonoro.

El sábado 3 de julio llegará el turno de La Habitación Roja y Niños Mutantes a las 13.00 horas y, por la noche, a las 21 horas, Iseo & Dodosound e Irregular Roots.

El domingo por la mañana conquistará el bosque la fiesta de La Pegatina y Samba Da Praça, a las 13.00 horas, para después clausurar esta segunda edición Iván Ferreiro a las 22.00 horas quien aterriza en Mozota con su gira Cuentos y Canciones, todo un viaje íntimo a través de su biografía y carrera musical con apoyo audiovisual y un repertorio muy especial junto a su hermano Amaro.

¡Este año se baila!

Inicialmente, estaba previsto que el ciclo comenzara este jueves con Novedades Carminha y Mediapunta, pero el concierto ha quedado aplazado al sábado 11 de septiembre en el bosque de Mozota.

Entre sus atractivos está el poder disfrutar de estos conciertos de pie y en grupo, con un formato 100% seguro y sostenible, gracias los “nidos”.

Se trata de espacios con capacidad para hasta seis personas, delimitados con catenarias rurales hechas con soga de esparto y estacas, desde donde se entregarán los pedidos de comida y bebida pedidos y pagados previamente a través del móvil sin tener que moverse del sitio, para restringir los movimientos dentro del recinto.

Foto: El Bosque Sonoro.

Y ahí, sí, también se podrá bailar.

Pueblos pequeños, cosas enormes

Demostrar que en los pueblos pequeños pueden ocurrir cosas enormes. Podría ser el resumen de lo que significa El Bosque Sonoro.

El pueblo de Mozota, a 25 km de Zaragoza, y dedicado tradicionalmente a la agricultura, fue capaz de idear un original ciclo que combina naturaleza y cultura. Lo hizo, además, en lo más duro de la pandemia.

Su éxito, sin embargo, permite pensar en la música una oportunidad de fijar población y fomentar una conciencia medioambiental.

Otra de las apuestas del ciclo gira en torno a la gastronomía, basada en elaboraciones sostenibles, naturales y de productores locales de diferentes puntos de España servido en material compostable de fécula de maíz.

Mozota esta a unos 25 km de Zaragoza. Foto: El Bosque Sonoro.

Una entrada, un árbol

Volcado con la naturaleza, el festival tiene un claro compromiso medioambiental, que se traduce en el compromiso de plantar un árbol por cada entrada vendida a través de la plataforma Tree Nation. Este año se pretende alcanzar el desafío de 5.000 semillas.

Además, el festival logró obtener la etiqueta “CeroCO2”, que reconoce que se ha calculado la huella de carbono y que se compromete a compensar las emisiones generadas durante el festival que no se hayan podido evitar.

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