Los animales, vegetales y minerales más extraños creados por la humanidad
El libro ‘Bestiario de Antropoceno’ analiza 60 extrañas especies vegetales, animales y minerales generados por el impacto de la humanidad en los últimos siglos

Libélula ciborg, tetrápodo costero y sandía cuadrada, algunas de las criaturas híbridas creadas por el hombre. Foto Editorial Menguante
Vivimos en la era del Antropoceno, o sea, una época en que el impacto del ser humano en la Tierra es tan grande que genera una nueva biodiversidad de minerales, plantas y animales. Y eso es preocupante.
Una interesante forma de acercarse a este cambio de paradigma es el libro Bestiario del Antropoceno (Ediciones Menguante), cuyo subtítulo sintetiza el viaje que estamos por iniciar: “Un atlas ilustrado de criaturas híbridas”.
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Un catálogo inquietante
Escrito por el investigador y diseñador Nicolás Nova e ilustrado por el estudio Disinovation.org (integrado por Maria Roszkowska y Nicolás Maigret), es un inquietante catálogo de 60 especímenes y criaturas reales, surgidas por la potente intromisión del moderno homo sapiens en la naturaleza.
El impacto del homo sapiens en la naturaleza ha generado toda clase de animales, vegetales y minerales híbridos. 60 de ellos se presentan en este libro
La inspiración, precisa Nova en el catálogo, está en los bestiarios medievales; donde los dragones, unicornios y serpientes marinas convivían con osos, leones, erizos y cuervos.
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Eran bestias imaginarias en pie de igualdad con las imaginarias; descriptas con la misma precisión que siglos después quedarían impresas en los herbarios o los lapidarios (sobre las virtudes de las piedras).
Parecen de ciencia ficción. Pero son reales
Pero aquí hay rocas, vegetales y animales que parecen irreales pero existen. Y no son proyectos de final de carrera o creaciones de diseñadores que se la dan de eco-anarquistas, sino que son productos de las profundas alteraciones al medio ambiente.
“Los avances en ciencia y tecnología han dado lugar a una serie de casos artificiales o híbridos: robots humanoides, altavoces bluetooth con forma de roca, carne cultivada, prótesis para animales, producción industrial de árboles y seres modificado genéticamente”, describe Nova.
La edición del libro, en páginas negras y con letras plateadas, le da un toque elegante pero también sombrío, alineado con la idea de la ‘ecología oscura’, que establece que estamos ante un cambio de modelo donde todo es extraño.
Minerales extraños
Empecemos por el reino de los minerales. ¿Hay mucha diferencia entre una roca afilada y otra que fue tallada para agudizar sus aristas?
Esa ruptura cultural hecho por homínidos hace tres millones de años tiene en los siglos XX y XXI representantes como los bloques erráticos (rocas trasladadas a otros sitios, desde bolardos a asientos para excursionistas), las cimas decapitadas por la acción de la minería a cielo abierto o las montañas artificiales de residuos de metales, hormigón o materiales sintéticos.
Una especie híbrida es el plastiglomerado, formado por plásticos fundidos, desechos marinos, madera y basalto
Si es por dar un ejemplo clave, es el plastiglomerado, tipo de roca compuesta por plásticos fundidos, desechos marinos, madera y basalto. No es ciencia ficción, se la ha encontrado en Hawái.
Sin rastros de la biodiversidad
¿Qué quedó de la biodiversidad? La biomasa de la Tierra está integrada por humanos (32%), animales domésticos y ganado (65%) y el resto: un exiguo 3%.
En el reino animal encontramos orugas que se alimentan de plásticos, canarios criados para morir asfixiados en las minas (y alertar la presencia de gases tóxicos), ratas usadas en laboratorios y cangrejos ermitaños atrapados en estructuras artificiales (como vasos y cajas).
Este bestiario también recuerda a los animales con toques ciborg, como los albatros con transmisores para detectar pesqueros ilegales, palomas con sensores para analizar la contaminación atmosférica y libélulas teledirigidas que pueden usarse en rescates peligrosos.
¿Y dónde cabría ubicar a los tamagotchi, esas mascotas virtuales japonesas que hicieron furor a fines de los ’90?
Biohackers desde siempre
La posibilidad de seleccionar semillas y cruzar variedades más aptas para el consumo humano ha determinado el paso del nomadismo al sedentarismo.
“Siempre hemos sido biohackers”, dicen los autores. Por ello recuerdan la existencia de híbridos como las sandías cuadradas, los paterres de césped, los jardines verticales, los cultivos modificados genéticamente y los árboles que tienen antenas de telecomunicaciones en las copas.
El cajón de sastre de las especies híbridas
Un capítulo más inquietante es el de la miscelánea, especies naturales que no se sabe bien cómo clasificarlas.
Están los hongos radiactivos, los priones (proteínas mal plegadas presentes en muchas enfermedades zoonóticas), las superbacterias que resisten cualquier antibiótico, el famoso SARS-COV-2 (o sea, el coronavirus) y la nieve artificial, entre otros.
La segunda parte del libro son una serie de reflexiones de expertos como Pierre-Olivier Dittmar, Matthieu Duperrez y Pauline Briand entre otros sobre el impacto humano en el mundo natural, la creación de paisajes antropongénicos y la necesidad de establecer una clasificación taxonómica para estas especies híbridas “para, al menos, ser capaces de nombrar las incómodas creaciones de nuestra relación con el mundo, cuyas consecuencias nos complace ignorar”.