Lola Ruiz Picasso: hermana, musa y guardiana del arte de Pablo

Lola Picasso fue la primera fuente de inspiración para el pintor y también la encargada de custodiar las obras que dejó en España. Una exposición en Barcelona recuerda su influencia en el artista

El Museo Picasso inaugura una muestra sobre la figura de su hermana Lola. Foto: Marta Pérez | EFE.

Tres años menor que Pablo Picasso, su hermana Lola fue una figura fundamental en su vida. También iniciada en la práctica artística, fue durante la primera etapa de Picasso su principal modelo femenina y después guardiana de sus obras. Durante toda su vida, además, mantuvieron una nutrida correspondencia que, como un hilo de Ariadna, les mantuvo unidos. Ahora, Lola es la protagonista absoluta de una nueva muestra en el Museo Picasso de Barcelona.

Hoy viernes se abre al público esta exposición, que sirve de broche a las conmemoraciones con motivo del cincuenta aniversario del nacimiento del Museo Picasso en la ciudad condal, constituido a partir de una donación de la familia Vilató Ruiz-Picasso el 8 de mayo de 1970 en la que le legaban a la ciudad 236 óleos, 1.149 dibujos, 17 cuadernos de dibujo o 4 libros de texto con dibujos y notas, así como 40 obras de otros artistas.

Guardiana de las obras de Picasso

En Lola Ruiz Picasso se pueden ver desde su partida de nacimiento, el 28 de diciembre de 1884 en Málaga, al primer dibujo de ella que hizo su hermano, fechado el 1 de diciembre de 1894, así como diez cuadros firmados por la propia Lola, correspondencia inédita y diversas fotografías familiares nunca antes mostradas al público.

‘Lola con su muñeca’ Pablo Picasso. Foto: Hugard & Vanoverschelde Photography ©Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid 2021.

Tras la muerte de su madre María, Lola asumió el papel de “guardiana del tesoro”. Un tesoro que tenía forma de cuadros, dibujos y cuadernos, los que Pablo había dejado en Barcelona al instalarse en París.

Una vez, en el edificio en que residían en el número 48 del Paseo de Gràcia, corrió la voz de que se había declarado un incendio y Lola gritaba “los cuadros, los cuadros”, mientras uno de los siete hijos que tuvo con Juan Bautista Vilató Gómez chillaba “¿Y nosotros, qué?”

Como primera modelo que empleó, Picasso retrató a Lola entre 1894 y 1901 en 66 ocasiones. 37 de esas obras pueden verse en la actual muestra en el Museo Picasso

La anécdota, relatada por la comisaria de la muestra, Malén Gual, ilustra este papel de “guardiana” del legado de Pablo, una labor que tras su fallecimiento en 1958 continuaron sus hijos, hasta la donación a la ciudad de Barcelona en 1970.

Pablo y Lola Ruiz Picasso en Málaga (1888). Foto: © Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid 2021.

Es solo un hecho que prueba, según la comisaria, “el amor tan grande que sentía por su hermano y su obra”, y que puede rastrearse a través de fotografías de ambos, siendo niños, en que se aprecian gestos y miradas de admiración y cariño.

La primera modelo de Picasso

En A Coruña y Barcelona, donde la familia Picasso se instaló en 1895, Lola comenzó a hacer de modelo para Pablo. Entre 1894 y 1901, el artista hizo un total de 66 retratos suyos, de los que 44 se conservan en el museo y hasta 37 pueden verse en esta muestra, como el óleo Primera Comunión, que muestra a Lola reclinada en el banco de la iglesia el día en el que recibió la eucaristía.

En esos cuadros, Lola deja de ser simplemente su hermana y su imagen se transforma en territorio para la experimentación. Picasso la retrata al óleo, a la pluma, al pastel y a la acuarela, en diversos formatos que van desde el cuaderno de dibujo hasta el lienzo.

‘Retrato de Lola’, Pablo Picasso. Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso para el Arte, Madrid. Foto: Éric Baudouin ©Sucesión Pablo Picasso, VEGAP, Madrid 2021.

En algunos de estos retratos, Lola mantiene su aspecto infantil, mientras que en otros la representa como una mujer joven, destacando su feminidad; es el caso de Lola, hermana del artista, incluido en la exposición que se celebró en la Sala Gran de Quatre Gats en febrero del 1900.

Más allá de pintar a su hermana, la imagen de Lola se convierte en territorio para la experimentación del joven Picasso

El último retrato que Picasso realizó de Lola data de 1901, y coincide con el alejamiento del artista del hogar familiar y la utilidad simbolista de la Época azul. Después de entonces, no volverá a representarla más.

También Lola llegó a pintar en el periodo entre 1896 y 1900 como muestran diez obras en la exposición, aunque probablemente lo dejase cuando conoció al que sería su marido.

‘Mujer sentada. de perfil’, Pablo Picasso. Museu Picasso, Barcelona. Foto: Sílvia Poch.

El ‘pegamento’ de la familia

El director de la institución, Emmanuel Guigon, y cocomisario junto a Gual, destaca que el museo barcelonés no sería el que es actualmente sin la intervención de Lola Ruiz Picasso, quien, a la vez, fue el engarce entre la familia que estaba en Málaga y la que se desplazó hasta Barcelona, tal como se ve en las cartas conservadas.

Precisamente esa correspondencia que se da a conocer puede permitir a los investigadores ahondar en la figura real de Picasso, opina el nieto de Lola Xavier Vilató, porque las cartas son “la palabra, son la voz de la gente, lo más tangible que hay”.

En la exposición se muestran también cartas de Picasso que servirán a los investigadores para ahondar en su figura

Gracias a las mismas, queda clara la continuada relación que tenía la familia, y se incluyen textos en los que el pintor habla de lo mucho que se ha gastado en telas y colores a su llegada a París, en 1901, y autorretratos suyos para que sus progenitores y hermana vieran cómo estaba físicamente.

En sus cartas Picasso incluía autorretratos. Museu Picasso, Barcelona ©Successió Pablo Picasso, VEGAP, Madrid 2021.

Cartas y fotografías

Vilató, asimismo, ha anunciado que en los próximos meses la familia tiene previsto depositar en el museo “gran parte” de la correspondencia del pintor para su divulgación y estudio, además de textos de prensa para que el centro sea “fuente principal” de documentación de la figura de Pablo Picasso.

Otra de las imágenes que llaman la atención es una fotografía de 1934, de toda la familia Vilató-Ruiz con Picasso, en el paseo de Colón, en uno de los últimos encuentros que tuvieron ambos hermanos, salpicados por el exilio tras la Guerra Civil.

Por otra parte, el museo también inaugura mañana la exposición Vilató. Dibujos del teléfono, un centenar de composiciones de su hijo Javier, también artista, del que este año se conmemora el centenario de su nacimiento y que aprovechaba para dibujar mientras hablaba por teléfono.

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