Bath, una grata sorpresa al oeste de Inglaterra

Bath es historia y monumentos, pero también tiendas alternativas, librerías, mercadillos, música en directo y mucho más

Termas romanas y mucho más en Bath. Foto: VisitBritain.

Hay ocasiones en las que es mejor dejar que un destino te sorprenda. No leer guías ni preguntar a nadie, sino simplemente abrirte a él, con el pecho viajero al descubierto y sin esperar nada en concreto. Así fue como me enamoró Bath, una ciudad de la que, antes de ir, sólo sabía que poseía unas interesantes termas romanas.

Situada a una hora y media en tren de Londres –cómodo y rápido, que parte de la estación de Paddington–, Bath es una urbe en la que se combinan a la perfección la historia, los monumentos y los lugares curiosos y bohemios.

Uno de esos sitios que parecen tener algo para cada viajero y donde sólo observar a la curiosa gente que atrae te produce una recompensa inesperada.

Bath, llamada así por los baños romanos

Pero a pesar de su cara alternativa, no hay que olvidar la belleza clásica de Bath, que se comienza a vislumbrar incluso antes de acercarte a la ciudad. Simplemente, desde el momento en el que escuchas su nombre.

En Bath están las termas más impresionantes de la antigua Britania. Foto: VisitBritain.

“Baño”, significa ese vocablo inglés (“bath”), y es que aquí, en la antigua Aquae Sulis, los romanos construyeron, a mediados del siglo I, unas impresionantes termas que se utilizarían hasta el siglo IV y que pueden ser visitadas hoy en día.

Las termas romanas de Bath fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987 y suponen el yacimiento arqueológico de época romana más importante del Reino Unido.

Son pocas las cosas que pueden salir mal en una ciudad que fue fundada para servir de balneario.

Y sí, además de las termas aquí encontrarás el puente de Pulteney (con ese inconfundible aire veneciano), el Royal Crescent (con su famosa aparición en la serie de Netflix, Los Bridgerton), The Circus y un sinfín de bellas casas de coloridas fachadas georgianas.

Centro histórico de Bath. Foto: VisitBritain.

Pero, casi sin querer, también descubrí el otro Bath. Ese que no sale en las guías y que se muestra ante ti con toda la naturalidad y frescura que una urbe de más de 2.000 años de historia está deseando ofrecer.

Globos aerostáticos en el parque Victoria

Hacía una agradable tarde de verano cuando vi cómo la gente comenzaba a invadir el precioso césped de Victoria Park, pulmón verde de Bath y lugar en el que me encontraba tumbado y disfrutando del placer de no hacer nada.

Las grandes lonas de varios globos aerostáticos no tardaron en aparecer. Media hora después, centenares de personas merendaban mientras veían cómo aquellos coloridos gigantes levantaban el vuelo para que unos cuantos afortunados pudieran admirar Bath desde el cielo.

Más allá del pasado romano, Bath es una ciudad ligada a la moda y el diseño. Foto: VisitBritain.

Las tiendas independientes de Walcot Street

Aceptando que yo tendría que seguir descubriendo Bath a ras de suelo, conseguí despegarme de la suave fragancia del parque para salir de la parte georgiana de la ciudad y buscar una curiosa calle que me había recomendado una joven lugareña a la que había conocido, la noche antes, en el pub The Salamander (debes probar sus excelentes cervezas locales).

Así llegué a Walcot Street, lugar que los ingleses no llegaron a renovar del todo en la época georgiana y aún mantiene su aire medieval.

De hecho, hay un gran oscuro muro que marca la frontera donde la ciudad georgiana fue construida, en un nivel superior.

Foto: The Yellow Shop.

Pero nada de oscuro tienen las curiosas tiendas que jalonan esta encantadora calle. Aquí encontré desde tiendas de ropa vintage –como la colorida The Yellow Shop hasta tiendas de antigüedades, pasando por negocios escandinavos y otros pequeños garitos macabros en los que te puedes llevar una calavera a casa.

La calle desemboca en London Road, y no muy lejos de allí se encuentra Burdall’s Yard, una especie de teatro alternativo, localizado en una misteriosa catacumba abovedada, donde los nuevos talentos universitarios muestran sus dotes para el teatro, la danza, los monólogos o la música.

Si prefieres escuchar actuaciones algo más profesionales, tu sitio es The Bell Inn. Aquí encontrarás bandas locales realmente buenas, de casi de todo tipo de género musical y alentadas por unos parroquianos de lo más bohemios.

Foto: The Bell Inn.

Las librerías de Bath y cultura inquieta

Los libros son otros de los protagonistas de Bath.

Paseando por la ciudad encontré dos bonitas librerías independientes, de esas que se alejan de las típicas estanterías repletas de best-sellers y en las que aún se puede sentir ese romántico y embelesador aroma a papel antiguo.

Una de ellas es Topping & Co. Aquí, además de darte té y café gratis (sólo tienes que pedirlo), organizan pequeños eventos culturales realmente únicos, con charlas sobre libros y visitas de escritores y conferenciantes llegados de todos los rincones del país.

Toppings Bookshop. Foto: VisitBritain.

La otra es Mr B’s Emporium of Reading Delights, con un interior de esos que inspiran y te recuerdan la sensación que pudo tener el gran Bastian y aquella vieja tienda de libros de la Historia Interminable.

Para ver una película, ningún lugar es mejor que The Little Theatre, una sala de cine independiente ubicada en las calles secundarias cerca del spa Thermae. Este cine ofrece una excelente alternativa al Odeon y tiene un interior deliciosamente antiguo.

Lo que más me enamoró de este lugar es que hicieron un intermedio (hacía años que no iba a un cine con intermedios) y apareció un tipo vendiendo bocadillos en una bandeja que parecía tener décadas de antigüedad. Una brisa de los años 80 que acompaña a una gran selección de películas alternativas.

Foto: Picture House.

Mercadillos con algo más que gastronomía

Si te encuentras en Bath durante el fin de semana, no debes dejar de visitar los bulliciosos mercados artesanales en la estación de Green Park.

Los sábados organizan un mercado de agricultores donde se pueden comprar productos frescos de las granjas locales de Somerset y Wiltshire, mientras que los domingos alternan ferias vintage (no sólo de ropa) con mercados de artesanías.

Bath. Foto: VisitBritain.

Realmente vale la pena dar un perezoso paseo dominical por aquí, e incluso puedes pasarte por The Bath Brew House, situado justo al otro lado de la calle, para disfrutar de un gran asado y música acústica en vivo.

Y es que los romanos crearon Bath para el puro hedonismo, así que aquí sólo se viene a disfrutar.

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