Los mejores lugares para buscar setas en Cataluña

Llega el otoño y los cazadores de bolets preparan sus navajas, botas y canastos para ir a buscar setas. Cuáles son los mejores lugares de Cataluña

Cesta setas

Dónde buscar setas en Cataluña. Foto: Pixabay.

Otoño, lluvias… y ¡setas! Salir a buscar setas, o bolets en catalán, es una tradición que se transmite entre generaciones y en la que la necesidad de buscar alimentos para comer de siglos atrás fue reemplazada por la pasión de respirar aire puro, hacer senderismo y disfrutar de una jornada en contacto con la naturaleza.

Seguramente muchos residentes en Barcelona pensarán que es obligatorio alejarse de la ciudad para tener alguna opción de encontrar estos hongos.

Pero no siempre es cierto; de hecho, no hace falta irse muy lejos: la sierra de Collserola, que rodea a la capital catalana, es uno de los puntos donde abundan las setas, así como en las cercanas formaciones de Montseny, Montnegre y Garraf.

Dónde encontrar setas cerca de Barcelona

En la franja sur de Collserola, según detallan en La Casa de las Setas, las lluvias del verano permiten el crecimiento de los rebozuelos. Ya en las primeras tormentas de otoño se pueden encontrar ejemplares de los ou de reig.

Tras las lluvias llegan las setas a los bosques de Cataluña. Foto: Catalunya.com.

Hacia el ecuador de la temporada llegan los apagadores y las pampas, y ya en diciembre, es época de los carlets y las trompetas de los muertos.

En el interior del parque del Garraf se pueden encontrar níscalos y llanegas.

Cerca de Barcelona, en las sierras de Collserola, Garraf, Montnegre y Montseny se encuentra una gran variedad de setas

Setas en el Pirineo y el Prepirineo

Ya fuera del área metropolitana, las zonas con más presencia de setas se encuentran en la región norte de Cataluña, en las comarcas del Prepirineo y el Pirineo.

Las setas crecen en zonas boscosas de mucha humedad. Foto: Evelio Sánchez.

En los pinares de Berguedá, más exactamente cerca de las localidades de Guardiola y Castellar de Riu, hay que buscar los pinares y encinares que en sus bases crecen los ou de reig y los boletus aereus.

En la comarca de Ripollés, la sugerencia de expertos como los de Cesta y Setas es buscar los bosques de altura de hayas y abetos, como en los alrededores de Setcases. Allí se pueden encontrar rebozuelos, níscalos y seta calabaza (Boletus edulis).

Esta última es la seta más popular en los bosques de Cerdaña, que se encuentra en la masa forestal donde reina el pino rojo, cerca de Puigcerdá.

Setas en el centro de Cataluña

En las comarcas de Alt Berguedá y el Solsonés, más hacia el centro de Cataluña, sus bosques húmedos cuentan con numerosos senderos donde los boletaires agudizan su vista para dar con las apreciadas setas.

Boletus erythropus en el bosque de Collserola. Foto Santiago Argemí Sobrevilla

En los bosques cercanos a los pueblos de Bagà y Gisclanery se encuentran níscalos, pinetells, negrillas, crestas de gallo y setas blancas.

Estas setas así como el camagroc y el rossinyol están en los Planes de la Pera, cerca de Castellar de n’Hug.

Los níscalos, pinetells, negrillas, crestas de gallo y setas blancas se encuentran en los bosques cercanos a Bagà y Gisclanery

Los rossinyols, lenguas de buey y llenegas negras se ven en el Tossal de la Guardia, cerca de Cercs, mientras que en la rocas del Morral junto a las hayas y robles crecen ese primer hongo, así como el carlet, el pinetell y los níscalos.

Setas de la variedad níscalo. Foto: Lauren Hudgins | Pixabay.

Estos dos últimos también se podrán encontrar junto a los fredolics y llenega blanca en los bosques de Brocà, cerca de Guardiola de Berguedá.

Los entornos de Saldes, en la masa forestal de Vilada, al norte del pueblo de Avià y en los bosques de altura de Berga también se encuentran diferentes variedades de setas.

Cuidado con las setas tóxicas

Es cuestión de animarse a caminar, y si uno tiene poca experiencia, lo mejor es ir acompañado de boletaires más veteranos o enseñar las setas recogidas a algún experto para evitar que alguna especie tóxica se haya colado en la cesta.

A grandes rasgos, los hongos comestibles suelen tener escamas en su parte superior. Si es que al cocinarlo se pone oscuro, si presenta una especie de capa gelatinosa o si tiene partes de colores vivos, lo más probable es que se trate de un hongo tóxico. Con las setas nunca hay que bajar la guardia.

a.
Ahora en portada