Parador de Alarcón: el castillo prerromano acoge al parador más pequeño de España
Un parador de ensueño en el que merece la pena alojarse, unicado en Alarcón (Cuenca) y situado en un castillo prerromano, ¡atento a los detalles!

El castillo Parador de Alarcón. Foto: Paradores
El Parador de Alarcón, enclavado en un imponente castillo sobre una de las hoces del río Júcar, es uno de los secretos mejor guardados de la provincia de Cuenca, Castilla-La Mancha. Este pequeño, pero encantador establecimiento destaca no solo por su ubicación privilegiada, sino también por su rica historia y su papel como refugio para aquellos que buscan una experiencia única en uno de los Paradores más especiales de España. De hecho, el Parador de Alarcón ostenta el título de ser el parador más pequeño del país, lo que añade a su encanto una atmósfera de intimidad y exclusividad.
Un castillo con 13 siglos de historia
El castillo que alberga el Parador de Alarcón tiene más de 13 siglos de antigüedad. Con raíces prerromanas y un pasado como ciudadela árabe, esta fortaleza fue conquistada por las fuerzas cristianas en 1184 y ha sido testigo de siglos de historia y batallas. Su ubicación estratégica en el Pico de los Hidalgos, sobre el río Júcar, lo convertía en un baluarte crucial en las defensas de la zona durante la Reconquista. Hoy, sin embargo, sus muros de piedra ofrecen una perspectiva completamente diferente: vistas espectaculares de la villa de Alarcón y sus alrededores, que se extienden en una tranquila y majestuosa fusión de naturaleza e historia.
Al recorrer las estancias del castillo, los visitantes se ven transportados a la Edad Media, gracias a una restauración minuciosa que ha respetado el espíritu original del lugar. Sus interiores combinan elementos medievales, como los techos de piedra y los muros, que parecen respirar siglos de historia, con comodidades modernas y textiles que aportan un toque de elegancia. El contraste entre lo rústico y lo contemporáneo permite a los huéspedes disfrutar del confort sin perder el carácter histórico del castillo.
La fortaleza de Alarcón: un baluarte gótico y renacentista
A pesar de su origen prerromano, el castillo de Alarcón ha atravesado varias fases de transformación a lo largo de los siglos. Su aspecto actual refleja, principalmente, un estilo gótico, con la impresionante torre del homenaje como principal exponente. Esta torre, de estilo renacentista, añade un toque distintivo al conjunto arquitectónico, elevándose como un símbolo de la fortaleza y el poder que representó en su momento.
El castillo está rodeado por tres líneas de muralla, que se conservan en excelente estado y conectan esta fortificación con otras estructuras defensivas de la villa. La sensación de estar rodeado de estas históricas murallas mientras te adentras en el patio de armas —hoy convertido en jardines y aparcamiento del Parador— es algo único. Además, el entorno que rodea al castillo está repleto de rincones por descubrir, como la Torre de Armas y la Puerta del Calabozo, ambos elementos originales del siglo VIII que refuerzan la sensación de estar en un lugar fuera del tiempo.
Un tributo a Don Juan Manuel y su legado literario
Uno de los personajes más ilustres asociados con el castillo de Alarcón fue Don Juan Manuel, quien lo gobernó durante gran parte del siglo XIV. Este noble y escritor es conocido por su obra «El Conde Lucanor», una de las primeras colecciones de relatos breves en la literatura española. Don Juan Manuel no solo dejó su huella en la historia del castillo, sino que también consolidó su posición como centro de cultura y saber durante la Edad Media.
Un parador con vistas y confort
Con solo 14 habitaciones, el Parador de Alarcón es, sin duda, el más pequeño de España, pero eso no impide que ofrezca una experiencia inolvidable. Cada una de sus habitaciones ha sido diseñada para combinar el confort moderno con el estilo medieval del castillo. Techos de piedra, mobiliario de época y textiles que evocan el pasado, todo ello sin renunciar a las comodidades actuales. Además, las vistas desde las habitaciones son inigualables: el río Júcar serpenteando por las hoces, los paisajes de la comarca y la propia villa de Alarcón.
Gastronomía conquense en un entorno medieval
El restaurante del Parador, ubicado en la parte baja del castillo, es otro de los puntos fuertes del establecimiento. Aquí, los visitantes pueden deleitarse con los sabores de la cocina regional manchega, en especial de la provincia de Cuenca. Platos como el morteruelo, el ajoarriero o el tiznao conquense, son algunas de las especialidades que se sirven en un entorno que evoca tiempos pasados. El restaurante está decorado con un estilo acorde al carácter medieval del castillo, lo que añade una capa extra de autenticidad a la experiencia gastronómica.
Alarcón: una villa medieval por descubrir
El entorno del Parador no se queda atrás. La villa de Alarcón, declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1981, es un encantador pueblo medieval que invita a perderse por sus calles y descubrir su rico patrimonio arquitectónico. Desde los palacios del Concejo y de los Castañeda hasta las iglesias de Santo Domingo de Silos y Santa María, Alarcón es una joya que conserva su esencia medieval y su diversidad estilística.
Para los amantes de la naturaleza, el entorno del Parador ofrece la posibilidad de practicar senderismo por la Hoz de Alarcón o disfrutar de actividades acuáticas en el cercano embalse del Júcar. Sin duda, el Parador de Alarcón es mucho más que un alojamiento, es una experiencia que fusiona historia, naturaleza y cultura en un entorno incomparable.