Coal Drops Yard, así es la nueva meca de las tendencias en Londres

Unos antiguos almacenes de carbón de arquitectura victoriana se han convertido en el nuevo polo de moda, gastronomía y ocio a cinco minutos de King’s Cross y St Pancras Station

Coal Drops Yard es una zona de compras y ocio emergente en Londres. Foto: Kings Cross | Argent.

Nuevo hotspot a la vista en Londres. De momento, y a falta de que la ciudad recupere el volumen de turistas acostumbrados, cuenta con el beneplácito de los locales, que han coronado Coal Drops Yard como nuevo espacio preferido en la escena comercial y gastronómica de la capital británica.

Y, sí, lo tiene todo para convertirse en el place to be de nuestra próxima escapada, desde la ubicación, a apenas cinco minutos de las estaciones de King’s Cross y St Pancras y junto a la orilla del Regent´s Canal, a una oferta de alrededor de 50 tiendas y restaurantes, incluidos diseñadores emergentes, pop ups y artesanos tanto británicos como internacionales, que se suceden a lo largo de calles adoquinadas bajo arcadas y fachadas de ladrillo victorianas.

De antiguos depósitos de carbón a marcar tendencias

Pero comencemos por el principio: ¿qué es exactamente Coal Drops Yard? La ubicación tan próxima a las estaciones de tren no es casualidad: resulta que la zona fue en el siglo XIX un depósito de mercancías, especialmente carbón (de ahí su nombre, coal), que llegaban a Londres en ferrocarril, especialmente procedentes de la zona de South Yorkshire.

Coal Drops Yard se alza junto al Regents Canal. Foto: Coal Drops Yard.

De ahí también que se construyeran vías en altura desde las que se dejaba caer (drops) el carbón a los almacenes (yards) desde los que se procedía a su distribución mediante estrechos barcos por el canal. Y de aquí viene el origen de su nombre (quite literally, right?).

Empleados como almacenes durante la mayor parte del siglo XX, la construcción de nuevas infraestructuras más alejadas del centro dejó los edificios en desuso y, desde los años ochenta, algunos alojaron clubes nocturnos como Fabric, The Cross o Bagley’s, así como raves.

Con el declive de este tipo de clubs, la zona quedó abandonada a partir de 2008 y, en 2014, varios empresarios decidieron darle un nuevo uso. El arquitecto Thomas Heatherwick se encargó del proyecto de remodelación de Coal Drop Yards, que comenzó en febrero de 2016 y se extendió hasta 2018, con una inversión de 100 millones de libras esterlinas (119 millones de euros).

Foto: Coal Drops Yard.

El resultado es un espacio que tiene como punto central dos de los viejos almacenes de ladrillo cubiertos por arcadas, tan característico de la arquitectura industrial en Inglaterra, que se conectan a través una nueva azotea de recubierta de vidrio, hierro y pizarra (por cierto, extraída de la misma cantera en Gales de la que procedía el material original) que agrega 1.200 m2 más de superficie.

La origina solución de Heatherwick para la cubierta, que se conoce ya como ‘tejado del beso’ ha sido merecedora del premio de arquitectura RIBA en 2019.

Qué hacer en Coal Drops Yard

El nuevo Coal Drops Yards es un complejo comercial y de ocio de casi 10.000 m2 y con alrededor de 50 tiendas y restaurantes, que además alberga diferentes mercadillos, talleres y todo tipo de actividades.

Foto: Coal Drops Yard.

Aquí se pueden encontrar desde pequeñas firmas de diseñadores emergentes y artesanos a marcas reconocidas, aunque siempre con unos principios comunes: los productos de calidad, la artesanía y el compromiso con la ética y la sostenibilidad en la producción.

Así, puedes decantarte por una joyita hecha a mano de la diseñadora londinense Maya Magal, formada junto prestigioso joyero Tony Thomson y diseñadora principal de la joyería Miquella antes de abrir su propia marca en 2013, o de Astrid & Miyu, especializada en accesorios modernos y minimalistas y fundada por Connie Nam.

Incluso puedes traerte un recuerdo de tu paso por Coal Drops Yards en forma de tatuaje o piercing (o ambos) de Sacred Gold, un estudio fundado por el renombrado tatuador Joao Bosco y Guy Saar, copropietario del famoso salón de tatuajes Love Hate Social Club, en Notting Hill.

Astrid Miyu. Foto: Coal Drops Yard.

Moda y mucho más

La moda ocupa buena parte del espacio comercial de Coal Drops Yards, con marcas conocidas como la sueca COS, Diesel, Fred Perry, Paul Smith o ba&sh pero también de diseñadores como la británica Margaret Howell o la concept store S120, ideada por las expertas en moda y fotografía Alia Qadir y Sara Reverberi.

Un paseo por esta zona puede suponer toda una experiencia, por ejemplo, tu primera sesión de gimnasia facial, que podrás disfrutar en Facegym. Se trata del primer gimnasio especializado en work outs faciales para ejercitar los hasta 40 músculos que tenemos en la cara.

Otra buena opción es dejarse mimar en una auténtica barbershop inglesa. Fundada por Corrado Tevere y Mikey Pearson, Manifesto es un salón top londinense donde cambiar de peinado, recortarse la barba o afeitarse en mojado. Ya puestos, apuesta por un all in y date un masaje mientras degustas un buen vaso de whisky.

S120. Foto: Coal Drops Yard.

Productos cosméticos orgánicos y veganos de Karen Macdonald, chocolates del famoso chef Alain Ducasse, lencería exclusiva de Beija London, ramos, decoración y arreglos florales diseñados por la artista Sophie Kim en Roseur, decoración para el hogar de Caravane y Botanical Boys, o las codiciadas velas de Earl of East se dan cita también en Coal Drops Yards.

Bocados de la mañana a la noche

Tras las compras (o antes), lo siguiente es llenar el estómago en alguno de los restaurantes del lugar. Un desayuno tranquilo y sabroso en Morty & Bob’s con tostadas de aguacate, champiñones y huevos acompañadas de un buen zumo y un café o un brunch inglés en todo su esplendor en The Drop son motivos suficientes para dejarte caer por este rincón de Kings Cross.

Coal Office, por su parte, ofrece un estudiado menú de estilo Mediterráneo con especial mimo en los sabores, las especias y las texturas.

Flores y arreglos que duran meses en Roseur. Foto: Coal Drops Yard.

Para alargar el rato, Club Curling ofrece la combinación perfecta de hielo y cócteles. Y no solo dentro de los vasos. El establecimiento ofrece seis pistas de hielo para jugar al curling (por fin podrás iniciarte en ese deporte que solo ves en los Juegos Olímpicos).

A la vuelta de la esquina, un Everyman Cinema te tentará con un plan menos exigente: una película que verás cómodamente sentado en un sofá y con una pizza o hamburguesa recién hecha en la mano. No suena nada mal.

Además, de cara a la primavera, vuelve Canopy Market, un mercadillo que reúne los fines de semana un buen puñado de artesanos y productos de todo tipo. Not a bad plan, isn’t it?

a.
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