En bici por las copas de los árboles

Naturaleza y deporte se funden en un sendero circular que se eleva 10 metros sobre los árboles de un bosque belga en Limburgo

Foto ©VisitLimburg

El mundo se ve de otra manera desde la bicicleta. La llamada ‘máquina de hacer sonrisas’ no solo es un medio de transporte saludable y sostenible sino que, además, te permite acceder a lugares fantásticos. Por ejemplo, un sendero que discurre -y es literal- entre las copas de los árboles en un bosque de Limburgo (Bélgica).

No es la primera vez que en esta provincia, la más oriental de las cinco que integran la región de Flandes, han confiado en la bicicleta para diseñar una innovadora propuesta turística. Tras permitirnos pedalear atravesando el agua a través de un sorprendente sendero que divide en dos un estanque en los alrededores de Bokrijk, ahora miramos al cielo para montar en bici por encima de los árboles.

Pedalear sobre los árboles

Se puede practicar ciclismo de montaña, sobre hielo e, incluso, sobre nieve. Pero ¿sobre los árboles? Ahora, gracias a ‘Cycling through the Trees’, también. Visit Limburg está detrás de esta experiencia inaugurada en 2019 que se desarrolla en el bosque de Bosland, a nada menos que 10 metros sobre el suelo.

Diseñado por los estudios de arquitectos y paisajistas belgas BuroLandschap y De Gregorio & Partners, el sendero, ubicado en la mayor superficie forestal de Flandes, con alrededor de 5.137 hectáreas, entre los municipios de Hechtel-Eksel y Pelt, se integra en la red de vías ciclistas de Limburgo, desde la que se accede por el cruce 272.

Basta colocarse en el carril y empezar a pedalear para ascender suavemente en un movimiento circular hasta lograr una increíble vista 360º sobre el bosque. En sus 700 m de longitud dibuja una doble circunferencia de 100 metros que se eleva hasta los 10 m de altura.

El sendero se asienta sobre 446 pilares. Foto: ©VisitLimburg.

A media que asciende, se sostiene sobre pilares de acero -un total de 446- colocados a intervalos de entre 1 y 3 m de distancia, de color marrón y aspecto envejecido, que simbolizan los troncos rectos de los pinos que lo rodean, integrándose perfectamente en el entorno.

La longitud, de unos 700 m, y la pendiente, de entre el 3 y el 4%, hacen del sendero un intinerario perfecto para cualquier ciclista

La suave pendiente ascendiente, de entre el 3 y el 4% y sus 3 metros de anchura lo hacen apto para cualquier ciclista. La recompensa hace olvidar rápidamente el esfuerzo: arriba se ve, se huele y se siente el bosque como nunca antes se había experimentado.

El sendero describe una doble circunferencia. Foto ©VisitLimburg
El sendero describe una doble circunferencia. Foto: ©VisitLimburg.

Un mar de coníferas

La propia historia del lugar es muy interesante: el bosque de coníferas se plantó inicialmente para producir madera enfocada a cubrir las necesidades de la industria minera de la región. Tras el cierre de las minas, en los años setenta del pasado siglo, los árboles no se talaron, lo que dejó una imponente masa forestal en el lugar, ahora un destino de naturaleza perfecto para disfrutar en bicicleta.

La provincia de Limburgo, en Flandes, es la zona preferida por los cicloturistas en Bélgica: recibe hasta 3 millones de visitantes en bicicleta al año

Todo el proceso de construcción de las pasarelas se realizó empleando a la naturaleza “como aliada”, señalan desde la entidad de turismo de Limburgo. Desde un respeto máximo por el bosque, tanto en la planificación como la ejecución, se prestó especial atención a no dañar el suelo, las raíces de los árboles y otros organismos. De hecho, así surgió la idea de crear una espiral gigantesca que elevase a los ciclistas sobre el suelo.

El diseño circular se ideó para reducir el impacto sobre el bosque. Foto: ©VisitLimburg.

Según el fundador de BuroLandschap, el arquitecto Pieter Daenen, «Después de todo, recorrer los árboles en bicicleta no tendría sentido si los árboles fueran dañados o destruidos por la construcción de la estructura». Así, por ejemplo, se empleó una sola grúa para la construcción de la estructura y no se utilizó hormigón para su montaje o instalación.

La madera de los árboles talados para despejar el espacio se utilizaron para construir el pabellón a la entrada del sendero, que sirve como punto de información y descanso para los ciclistas.

Limburgo en bici

Tras el cierre de las minas de carbón, motor industrial de la zona, el cicloturismo ha sido uno de los pilares para generar actividad de nuevo en la zona y, de hecho, Limburgo es una de las regiones cicloturistas por excelencia de Bélgica, con más de 2.000 km de senderos bien acondicionados y, en la mayoría de tramos, libres de automóviles.

Gracias al impulso al sector se estima que se reciben anualmente hasta 3 millones de ciclistas al año.

Los árboles talados se emplearon para construir un centro de visitantes. Foto ©VisitLimburg
Los árboles talados se emplearon para construir un centro de visitantes. Foto ©VisitLimburg

Ciclismo a través del agua y ahora Ciclismo a través de los árboles representan una vuelta de página, donde la infraestructura no solo se limita a crear más km de carriles bici sino también aportar un plus de experiencia, innovar y sorprender al viajero sobre dos ruedas.

En 2021 Limburgo prevé inaugurar una nueva ruta escénica en bicicleta, en concreto en el Parque Nacional Hoge Kempen, famoso por sus campos de brezos, que tendrá como punto culminante un puente de 300 m de longitud que ofrecerá vistas panorámicas del paisaje.

a.
Ahora en portada