De Galicia a Mallorca, las floraciones más espectaculares del invierno en España

Las camelias en Galicia y los almendros en Mallorca protagonizan las floraciones más hermosas para disfrutar de la naturaleza también en invierno

La floración de los almendros tiñe de blanco la isla. Foto: Fundación Mallorca Turismo.

Primavera y flores. Parecen dos términos indisolublemente unidos y, de hecho, la estación se relaciona con la mayor parte las floraciones. Sin embargo, el invierno nos depara algunas hermosas sorpresas en forma de increíbles mantos de colores cubriendo el paisaje. Es el caso de las camelias y los almendros.

Las primeras, más madrugadoras, comienzan a florecer en diciembre y, durante los tres primeros meses del año, alegran con sus bellas tonalidades muchos rincones de Galicia, desde pazos como el de Rubianes a castillos como el de Soutomaior, pasando por parques y jardines públicos y privados.

En febrero llega el turno de los almendros, alrededor de 7 millones solo en Mallorca que tapizan de blanco y rosado toda la isla.

Pazo de Rubianes. Foto: Turismo de Galicia.

Galicia y camelias, el tándem perfeto

Galicia es un verdadero paraíso para las camelias. Su clima húmedo, sus temperaturas suaves y sus suelos fértiles y ácidos reúnen las condiciones ideales para el desarrollo de esta especie, llegada a finales del siglo XVIII procedente de países como China y Japón.

En principio se plantaron en los jardines de los pazos y casas señoriales de la nobleza gallega, pero con el tiempo se introdujeron en todo tipo de parques y jardines, tanto públicos como privados.

Su clima húmedo, sus temperaturas suaves y sus suelos fértiles y ácidos hacen de Galicia un paraíso para el cultivo de camelias

Hoy Galicia es un referente internacional en cultivo de camelias, con casi 8.000 variedades diferentes de esta planta.

Las delicadas camelias tiñen de colores parques y jardines gallegos. Foto: Turismo de Galicia.

Ruta de la camelia

El invierno es la época ideal para ver las camelias en floración y existen, de hecho, diferentes rutas que conducen a algunos de los mejores jardines para verlas.

Algunos de los más fascinantes se encuentran en las provincias de A Coruña y Pontevedra. Es el caso del pazo de Rubianes, en Vilagarcía de Arousa. Aquí la camelia es la reina entre más de cien especies de flores, desde que el duque de Caminha las obsequió a los señores de esta finca a principios del siglo XIX.

Actualmente existen unas 35 especies y 800 variedades diferentes, que hacen de Rubianes un majestuoso jardín de invierno, en el que también crecen palmeras, magnolias, calocedros, alcornoques y alcanforeros.

Pazo de Rubianes. Foto: Turismo de Galicia.

Otro destacado jardín que tiene a la camelia como protagonista es el del pazo Quinteiro da Cruz, en la parroquia de Lois, dentro del ayuntamiento de Ribadumia. Aquí se cultivan más de mil variedades y, de hecho, la buena mano de sus jardineros le ha hecho merecedor en varias ocasiones del galardón Camelia de Oro en la Concurso-Exposición Internacional de la Camelia.

Pazo de Oca, conocido como el ‘Versalles gallego’ se alza a la vera del rio Boo, en el municipio de La Estrada (Pontevedra) desde hace cuatro siglos. Entre los caños de mil fuentes y elegantes parterres, sus jardines chispean en invierno con el color de las flores de sus camelios, algunos de hasta 8 metros de altura.

Camelias en el Pazo de Oca. Foto: Turismo de Galicia.

Camelias en pazos y castillos

También en Pontevedra hay que hacer una visita al Castillo medieval de Soutomaior, con el único jardín de España declarado ‘Jardín de Excelencia Internacional’, título otorgado por la Sociedad Internacional de la Camelia. Su extensa colección incluye más de 500 ejemplares de 25 especies diferentes de camelias. El más especial es también el más antiguo, en cuya base crecen 18 troncos, que lo convierten en el de mayor porte de Galicia.

En el pazo de Santa Cruz de Ribadulla, en la provincia de A Coruña, más de 200 variedades de camelias se reinventan cada invierno, mientras los magnolios les prestan su perfume, tan frondosos como ellas.

Pazo Quinteiro da Cruz. Foto: Turismo de Galicia.

En el pazo Quiñones de León, en Vigo, las camelias realizan proezas botánicas como la de surgir dos a la vez del mismo tronco y además en colores diferentes. También aquí está la ‘matusalén’ de las camelias, que floreciendo desde 1860.

Diferentes rutas permiten descubrir la llamada ‘nieve mallorquina’, que se pueden recorrer a pie, en bicicleta o en coche

Los almendros tapizan Mallorca

Cuando las camelias se van apagando, otras flores comienzan su propia explosión de color, las del almendro, que en Mallorca dan lugar a un verdadero espectáculo natural.

La inminente llegada de la primavera trae consigo ya en el mes de febrero, gracias a las suaves temperaturas de su clima mediterráneo, el florecimiento de los más de 7 millones de almendros que albergan los campos de la isla, que comienzan a vestirse de espectaculares mantos de flores blancas y rosáceas.

Los almendros comienzan a florecer en febrero en Mallorca. Foto: Fundación Mallorca Turismo.

Existen muchas rutas que invitan a descubrir la llamada ‘nieve mallorquina’, que se pueden recorrer a pie, en bicicleta o en coche.

Dónde ver los almendros en Mallorca

Entre las paradas imprescindibles está la Serra de Tramuntana, en la zona centro y oeste de la isla, un área declarada patrimonio mundial por la Unesco en 2011. Los paisajes más increíbles los encontramos en los alrededores de Marratxí, Bunyola o Santa María del Camí o en varias rutas a lo largo de Sencelles, Inca, Lloseta, Selva o Moscari.

Más al sur, la zona de Llucmajor es también una buena opción para contemplar los almendros floridos, así como los alrededores de municipios como Manacor, Sant Llorenç o Son Servera.

Foto: Fundacion Mallorca Turismo.

Por su parte, en la zona norte de Mallorca abundan en la carretera de Sóller o en los alrededores de Raixa, una finca típica mallorquina situada en el municipio de Bunyola en torno a un patio de estilo italiano.

Una ruta de los almendros

Además, la isla cuenta con una ruta circular de 10,8 km disponible que atraviesa multitud de campos de almendros con las montañas de la Serra de Tramuntana de fondo. Este recorrido lo conforman los municipios de Selva, Caimari, Binibona y Moscari.

Incluso es posible disfrutar de los paisajes más bellos sin salir de Palma, en lugares como Es Secar de la Real o Son Espanyol o a través de emblemáticos enclaves mallorquines como el Monasterio de San Salvador, la Ermita de Bonay o el Puig de Randa.

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