Gros, un barrio de San Sebastián para visitar, comer y vivir

Playas y cultura, gastronomía y tiendas boutique, un barrio animado que no ha perdido su esencia. Así es Gros, un lugar para visitar, comer y vivir

La playa de Zurriola en Gros. Foto: Javier Larrea | Donostia San Sebastián Turismoa.

Pese a su pequeño tamaño, no deja de asombrar la variedad de actividades y propuestas que ofrece el barrio de Gros, uno de los sitios de visita obligada si se quiere tener una mirada diferente de San Sebastián.

Bastan un par de pasos aquí para encontrar un rincón interesante, ya sea uno de los centros culturales más importantes de la ciudad, una de las playas amadas por los surfistas, un cerro con las mejores panorámicas de la zona o un puñado de calles llenas de tiendas tradicionales y modernas, con interesantes huellas del estilo art dèco.

Aún en días grises hay color en Gros. Foto: JP Chuet-Missé.

Surfers por las calles

Cuando caminaba buscando las pastelerías cercanas a la plaza Cataluña, junto a la iglesia neogótica de San Ignacio, me cruzaba con jóvenes, sobre todo chicas, con el cabello mojado y enfundadas en trajes de neopreno por las calles. ¿De dónde venían?

Pues de la playa de Zurriola, que con una inmensa lengua de arena amarilla y fina es una de las mecas del surf.

A lo largo de la avenida de Zurriola se concentran las casas que alquilan equipos y ofrecen clases. Sus olas son ideales gracias a los vientos del sur (junto con los del sureste y suroeste), con “un pico potente que abre de derechas a izquierdas para surfistas con más experiencia”, mientras que la zona del Kursaal es recomendada para principiantes, indican medios expertos como Surfmarket.

Surfers caminando por las calles del barrio. Foto: JP Chuet-Missé.

Cuando la visité el agua estaba más calmada que un lago. No importa, también servía para que los aprendices sepan como remar con sus brazos, de qué manera mantener el equilibrio y otros trucos de este deporte.

La modernidad del Kursaal

A un extremo se ve la moderna estructura geométrica del Palacio del Kursaal, donde se encontraba el antiguo casino, a un lado de la desembocadura del Urumea.

El edificio, diseñado por Rafael Moneo e inaugurado en 1999, es sede de eventos y congresos, aunque su cita fuerte es el Zinemaldia, cuando se convierte en la sede principal del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

El esplendor de los cubos del Kursaal por la noche. Foto: JP Chuet-Missé.

Uno de los bloques aloja la Sala Kubo Kutxa, espacio dedicado a las artes plásticas contemporáneas.

La imagen de los cubos del Kursaal iluminados es una de las postales nocturnas más bonitas de San Sebastián

De noche los dos cubos se iluminan y convierten a este rincón del barrio de Gros en un punto fotográfico clave, con el diálogo entre futuro y pasado que mantiene con el centenario puente de Zurriola, el Hotel María Cristina y el teatro Victoria Eugenia, del otro lado del río.

Las vistas desde la playa y el monte

Pero volvamos a Gros. El paseo por su rambla costera es una de las citas más relajadas de los donostiarras, que culmina frente a la escultura de la Paloma de la Paz, de Nestor Basterretxea, en la zona de Sagües; que junto a unas hermosas panorámicas de la playa y la costa entrega una metáfora sobre el triunfo del diálogo ante la violencia.

Vista de Gros desde el Monte Urgull. Foto: JP Chuet-Missé.

Este rincón es uno de los miradores recomendados para ver el atardecer, una de las postales naturales más bonitas de San Sebastián.

Aunque, si se buscan vistas más impactantes, merece la pena ejercitar las piernas por los senderos que conducen a la cumbre del Monte Ulía, uno de los tres picos que rodean la ciudad.

Su ladera está protegida como parque natural, y en su cima está el Restaurante Mirador de Ulía de Rubén Trincado, galardonado con una estrella Michelin.

Comer sus exclusivos platos de autor con la ciudad a los pies es una experiencia única.

El monumento a paloma de la paz, en Sagües. Foto: JP Chuet-Missé.

El alma comercial de Gros

La vida comercial de Gros late con más fuerza en las calles peatonales Peña y Goñi o San Francisco, así como en Zabaleta.

Allí se pueden encontrar tiendas de discos como Libdisks, pastelerías gourmet como Luque, de decoración como Bois et Fer, o de ropa como La Central, Oh la la, Miner, Vintage Closet o La Fábrica de Colores.

Y hay bares, muchos bares, desde tabernas con décadas de historia a modernas barras de cócteles.

La divertida vida nocturna de Gros. Foto: Javier Larrea | © Donostia San Sebastián Turismoa.

El pintxopote, con el pincho y el vaso de cerveza a 2 euros, es una de las citas más divertidas -y económicas- de la gastronomía donostiarra

Los jueves las calles de Gros hierven de gente, gracias a la iniciativa del pintxopote, donde los jueves por la tarde por 2 o 2,5 euros se ofrece un pincho con una copa de vino o cerveza.  

Vale, es un poco más caro que en otros barrios de la ciudad como Amara Viejo, pero cuando un lugar está de moda, hay un pequeño precio que pagar.

Un barrio para divertirse y relajarse. Foto: Javier Larrea | © Donostia San Sebastián Turismoa.

Las vías del tren y la estación de Cercanías marcan el límite sur de Gros.

A pocos minutos está Tabakalera, el imponente centro de cultura contemporánea con hotel y restaurante en la antigua fábrica de tabaco; y un poco más allá, el hermoso parque de Cristina Enea. Dos lugares, ya en el barrio de Egia, que también merece la pena explorar.

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