6 bares de Malasaña ideales para salir de tapas. Y volver una y otra vez

En Malasaña hay una multitud de bares. Pero las tapas y raciones de estos locales merecen más de una visita

La Ardosa, una bodega que no puede faltar en las visitas a Malasaña. Foto Restaurantes Centenarios de Madrid

Su espíritu bohemio y alternativo, las calles angostas con sus murales y otras muestras de arte urbano, la abundancia de teatros y librerías, las tiendas de diseño y moda, y la variada gastronomía del mundo tienen a Malasaña como esos barrios de Madrid donde siempre hay que pensar en volver.

Allí se encuentran bares con décadas de historia, testigos de la dinámica vida barrial, mecas de vecinos, visitantes y turistas; como El Penta y su vinculación con la Movida, el Vía Láctea o El Palentino, que inmortalizó Álex de la Iglesia con su película El Bar.

Difícil decidirse por algún bar de Malasaña al momento de salir de tapas, pero estos lugares son de visita casi obligada.

Madrid Madriz

En Fuencarral 85, a pasos de la estación Tribunal, este bar con 24 años de vida decorado con azulejos y toneles para apoyar cañas y tazas ofrecen legendarios desayunos, que se combinan horas más tarde con nada menos que 100 platos para elegir, de los que 25 pertenecen a las raciones, lideradas por los huevos rotos de corral; y seguido por los bocadillos, hamburguesas y platos combinados.

Entre sus tapas se encuentran el cazón adobado, las albóndigas de ibérico, los callos a la madrileña, el lacón o los chopitos.

Madrid Madriz, uno de los bares más emblemáticos de Malasaña, tiene una carta con 100 platos, bocadillos y raciones

La Ardosa

La bodega La Ardosa (Colón 13) tiene sus orígenes en un despacho de bebidas de 1892; y en un ambiente que presume su pasado centenario en la barra se sirven chacinados de Joselito, rabas, bacalaos ajoarrieros, salmorejos y una tortilla de patatas que compite por ser una de las mejores de Madrid.

Y sin olvidar las huevas de Maruca, la morcilla de foie, la cecina con piquillo, la gilda o el pepinillo con anchoas, entre muchas opciones más.

Bar La Ardosa, una antigua bodega reconvertida en cervecería. Foto: Javier Sánchez

Casa 28

En la calle del Espíritu Santo 28 Casa 28 es una combinación de bodega, salchichería y carnicería.

Elaboradores de una cerveza artesana, allí se puede probar la exclusiva Tabla El Capricho, así como otros platos con cecina de buey, de vaca de trabajo; junto tablas de ibéricos o con selección de quesos.

El equipo de Casa 28. Foto Twitter

El Mandil de Maravillas

En Colón 5, además de sus platos de generosas porciones y un menú del día a buen precio, se pueden pedir tapas como el pan bao con carrilleras, los huevos rotos con risotto, los torreznos, la tortilla con queso de cabra y cebolla y una abundancia de pinchos que asoman entre las banquetas altas de rojo intenso.

La Ardosa es uno de los restaurantes más antiguos de Madrid, con más de 130 años de vida

La Dichosa

Esta taberna de Bernardo López García 11 ofrece elaboradas tapas y raciones que van variando, por lo que hay que estar atentos a las recomendaciones escritas en la pizarra.

Entre los platillos que se pueden encontrar están el carpaccio de gambas, el nido de habitas en revuelto de setas, los callos a la madrileña, los huevos ‘para romper’ con patatas y gorgonzola, las albóndigas de bacalao, los pimientos rellenos o el timbal de rabo de cebón.

Dionisios Gastrobar

Para salir de las típicas tapas españolas, en Malasaña.com sugieren darse una vuelta por Dionisios Gastrobar (Conde Duque 26), frente al Centro Cultural.

Allí se pueden probar las inmensas pitas como la Mousaka, la Soutsoukakia o la Tigania, o entrantes como el Hipolites o el Tyrópita.

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