Pasajes, patios y otros rincones secretos de París

Al este de París, los distritos 11, 12, 19 y 20 ocultan encantadores pasajes adoquinados y plagados de verde que emergen como pequeños (y secretos) oasis urbanos

Cour Damoye es uno de los rincones secretos de París. Foto: Paris Tourist Office.

A poca distancia de los lugares más transitados de París existe otra ciudad que parece detenida en el tiempo, un París que nos lleva a otra época y a otro estilo de vida, más pausado y con un punto más rural, es el París de los pasajes, patios y rincones secretos que se esconden, desde la Bastille hasta el barrio de Mouzaïa, en los distritos 11, 12, 19 y 20 al este de la ciudad.

Faubourg Saint-Antoine

Todo el mundo conoce la plaza de la Bastilla pero, ¿sabes que en sus alrededores es posible encontrar lugares secretos? En los alrededores del barrio de Faubourg Saint-Antoine (distrito 11), donde desde el siglo XV el distrito tradicional donde residían y trabajaban carpinteros y ebanistas y donde aún es posible encontrar talleres de los siglos XVIII y XIX, se mantienen algunos de los más hermosos.

Es el caso de la cour Damoye, uno de los más representativos de la Rue du Faubourg Saint-Antoine.

Hay que fijarse bien para localizar la pequeña puerta que da acceso a esta calle semiprivada donde, entre fachadas blancas y ventanas rebosantes de glicinias y enredaderas, se abren talleres de artesanos ahora reconvertidos en galerías de arte.

Cour Damoye. Foto: Paris Tourist Office.

En la calle, aún adoquinada y con tradicionales carteles de metal, también convive un establecimiento donde se tuesta café e incluso algunas oficinas. Sin duda, uno de los lugares más encantadores de París.

Passage du Cheval Blanc

Cerca, con vistas a las rues de la Roquette y del Faubourg Saint-Antoine, el passage du Cheval Blanc alberga talleres del siglo XIX, con patios que llevan el nombre de los meses del año.

La vegetación es la nota dominante también en este pasadizo, que conecta con la cité Parchappe, que lleva el nombre de una familia de propietarios que permitió la realización de importantes obras de rehabilitación del pasaje.

Un poco más adelante, a lo largo del Faubourg Saint-Antoine, encontramos la cour du Bel-Air protegida por una entrada de carruajes, y el passage du Chantier, donde ebanistas, restauradores y fabricantes de muebles siguen ofreciendo sus servicios.

Passage du Chantier. Foto: Paris Tourist Office.

Este último es otro precioso callejón adoquinado, con sillas y mesitas que sus propietarios sacan a las aceras dibujando una estampa que nos lleva directamente a otra época.

Al otro lado de la calle, la cour des Shadoks, que lleva el nombre de uno de sus habitantes, Jacques Rouxel, el creador de los Shadoks, está rematado por un magnífico techo de vidrio. El porche lleva un medallón decorado con uno de los famosos personajes del dibujante francés. Se encuentra junto a la cour de l’Etoile d’or, que se merece una visita por albergar una mansión del siglo XVII.

Passage de L’Homme

A pocos minutos de la rue de Charonne, aun en el distrito 11, se esconde el passage de L’Homme, un encantador callejón adoquinado, bordeado por talleres bien cuidados y vegetación, donde se alza una antigua chimenea de ladrillo.

Bastante difícil de localizar para quien no conoce su existencia, su ambiente retro nos teletransporta no solo a otra época sino también a otro lugar (por ejemplo, a un pequeño pueblo de Bretaña).

Una libreria en el passage de L’Homme. Foto: Paris Tourist Office.

Siguiendo por la calle Léon Frot, el passage Alexandrine ofrece un refrescante descanso con sus cafés bordeados de macetas de hortensias, bambú o laurel.

Después, rue Oberkampf, en la cité du Figuier (oculta por una higuera) donde una vez residieron los mejores herreros y caldereros de París, se alinean ahora fachadas de colores, también enmarcadas por macetas desbordantes de plantas, que albergan agencias creativas y de diseño.

La place de la Nation

Cambiamos al distrito 12 para adentrarnos, a unos diez minutos de la Place de la Nation, con vistas a la concurrida rue du Rendez-Vous, en la cité Debergue, otro micromundo parisino de ambiente tranquilo, casitas de dos plantas con jardín.

Esta sensación de estar en el campo se acentúa al descubrir la villa du Bel Air, situada a unos diez minutos a pie, en la elegante avenue Saint-Mandé.

Passage des Soupirs. Foto: Wikimedia Commons.

El paseo, a lo largo de la antigua línea de ferrocarril en desuso, nos lleva junto a edificios de porte elegante con pequeños y floridos jardines protegidos por cancelas de hierro forjado.

El paseo continúa por el distrito 20, en los alrededores de la rue des Pyrénées, con las floridas calles de l’Ermitage y la cité de Leroy, y sus jardines compartidos.

En dirección a la place de Gambetta, el passage des Soupirs, llamado así por las escaleras que hay que subir para llegar, es otro remanso de naturaleza y frescura.

La Campagne à Paris

Nos dirigimos ahora hacia el barrio de la Campagne à Paris (distrito 20), un tranquilo barrio de casas de trabajadores de principios del siglo XX.

Cité du figuier. Foto: Wikimedia Commons.

Otro lugar donde la naturaleza se hace fuerte y donde es posible escuchar el canto de los pájaros y donde también se ocultan callejuelas llenas de belleza, como los passages de Boudin y Perreur, con sus encantadoras casas y talleres sombreados por imponentes glicinias.

Frente a la iglesia, el square Chauré, un patio de casas de ladrillo decoradas con galerías que le da un cierto toque londinense.

En el distrito 19 aguardan más sorpresas en forma de pasajes: alrededor de la rue Mouzaia, en estrechas calles adoquinadas con jardines floridos en las que se respira tranquilidad, se alzan hermosísimas villas cuyos poéticos nombres (Marceau, Claude Monet, Arthur Rimbaud) hacen soñar en medio de este entorno bucólico en medio de la ciudad.

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