Sa Calobra, una de las calas más impresionantes de Mallorca
Esta playa mallorquina es todo un paraíso, pero no tiene un acceso demasiado sencillo, ¿te atreves a descubrirla?

La playa de Sa Calobra en Mallorca. Foto: Mallorca Guide, Tourist Attractions
En el vasto litoral español, donde las costas se extienden a lo largo de casi 8,000 kilómetros, abundan playas de una belleza incomparable que han consolidado a España como uno de los destinos turísticos más deseados del mundo. Sin embargo, en un entorno tan popular, encontrar un rincón donde la tranquilidad y la naturaleza virgen se mezclen a la perfección puede parecer una tarea casi imposible. Pero para aquellos dispuestos a embarcarse en una pequeña aventura, Mallorca guarda un secreto: Sa Calobra, una cala aislada y escondida que ofrece una de las experiencias playeras más espectaculares de la isla.
Sa Calobra: la joya oculta de la Sierra de Tramuntana
Situada en el municipio de Escorca, al noroeste de Mallorca, Sa Calobra es una cala que parece desafiar el acceso masivo gracias a su ubicación remota y la particular dificultad para llegar hasta ella. Protegida por los imponentes acantilados de la Sierra de Tramuntana, esta cala se presenta como un refugio natural compuesto por dos playas, cada una con su propio carácter y encanto.
Lo que hace de Sa Calobra un lugar tan especial es la combinación única de paisajes de montaña y mar. Las aguas cristalinas de la cala, en tonos turquesa y esmeralda, están rodeadas por altos acantilados de roca calcárea que alcanzan hasta los 200 metros de altura. Este entorno majestuoso y casi intacto ha permitido que Sa Calobra mantenga su estado virgen, lejos del bullicio turístico que caracteriza a otras playas de la isla.
Un acceso que solo los valientes se atreven a conquistar
Parte del atractivo de Sa Calobra radica en el desafío que representa llegar hasta allí. A diferencia de otras playas de Mallorca, donde la accesibilidad es sencilla, llegar a Sa Calobra implica una pequeña odisea, que puede ser tanto en coche, a pie, como por mar.
Para los que eligen la ruta en coche, el camino que lleva hasta la cala es una experiencia en sí misma. La carretera de Sa Calobra, conocida como «la carretera del nudo de corbata«, es una obra maestra de la ingeniería que serpentea por la montaña, superando un desnivel de casi 900 metros con una serie de curvas cerradas y espectaculares vistas. Esta ruta, aunque desafiante, recompensa a los conductores con panorámicas inigualables de la sierra y el mar, ofreciendo una antesala perfecta al paraíso que les espera al final del trayecto.
Para los más aventureros, la opción de llegar a pie a través del Torrent de Pareis es la más emocionante. Este sendero, que sigue el curso del torrente homónimo, atraviesa un impresionante cañón de tres kilómetros rodeado de altas paredes de roca. La caminata no es fácil y requiere de cierta destreza física, pero el esfuerzo se ve recompensado al final del recorrido, cuando el sendero desemboca en la playa de Sa Calobra, revelando una vista que corta la respiración.
Otra alternativa para llegar a Sa Calobra es por mar. Desde el Port de Sóller parten ferris que, en un recorrido de aproximadamente una hora, llevan a los pasajeros directamente a la cala. Este trayecto marítimo ofrece una perspectiva única de la costa mallorquina, con sus acantilados abruptos y aguas cristalinas, y es una opción ideal para aquellos que prefieren disfrutar de la belleza del lugar sin enfrentar el desafío de la carretera o el sendero.
Dos playas, dos experiencias
Aunque Sa Calobra es conocida como una cala, en realidad está compuesta por dos playas distintas. La primera, que lleva el mismo nombre que la cala, es una pequeña playa de guijarros de unos 30 metros de largo. Este es el lugar donde la mayoría de los visitantes se detienen, ya que aquí se encuentra el aparcamiento principal, así como algunos restaurantes que ofrecen platos típicos de la gastronomía mallorquina.
Sin embargo, la verdadera joya de Sa Calobra es la playa de Torrent de Pareis, a la que se accede tras caminar por un estrecho túnel de un kilómetro que atraviesa la roca. Esta playa, de mayor tamaño y con una atmósfera más salvaje, está enmarcada por acantilados que parecen abrazar el mar, creando un ambiente íntimo y espectacular. Declarado Monumento Natural en 2003, el Torrent de Pareis es también un punto de partida para excursiones y actividades de senderismo en la zona.
Un paraíso para los sentidos
Sa Calobra es mucho más que una playa bonita; es un lugar donde la naturaleza y la tranquilidad se fusionan en perfecta armonía. Aquí, las aguas son tan claras que permiten ver hasta el fondo marino, y el entorno, al estar libre de instalaciones turísticas como sombrillas o tumbonas, mantiene su estado primigenio, ofreciendo una experiencia de playa totalmente natural.
A medida que el sol desciende en el horizonte, Sa Calobra se transforma en un lugar casi mágico, donde los acantilados se tiñen de colores cálidos y el mar parece reflejar la paz del entorno. Este es un lugar para desconectar, para dejarse llevar por la belleza de la naturaleza y para disfrutar de uno de los paisajes más impresionantes que Mallorca tiene para ofrecer.
En un mundo donde cada vez es más difícil encontrar rincones ocultos y apartados, Sa Calobra se mantiene como uno de los secretos mejor guardados de Mallorca. Para aquellos dispuestos a enfrentarse a su desafío, la recompensa es un paraíso escondido que ofrece una de las experiencias más auténticas y memorables de la isla.