Collar de Plata: en Rusia hay más joyas que Moscú y San Petersburgo

Compitiendo en belleza y patrimonio histórico con el Anillo de Oro de Moscú, en la franja septentrional de Rusia se despliegan una serie de impactantes ciudades y paisajes

Monumentos de Nizhny-Novgorod-Foto Quinn Kampschroer -Pixabay

Esta no es la mejor época para visitar Rusia. No solo por las restricciones en torno a la pandemia, sino también por el duro clima invernal que azota las infinitas estepas y bosques del país más grande del planeta.

Pero es bueno tener esperanzas que en pocos meses se podrá volver a viajar, y saber qué bellezas naturales, históricas y culturales esperan en Rusia para cuando regresen las temperaturas primaverales.

El Collar de Plata

Uno de los recorridos más fascinantes que se pueden hacer en este país es el denominado Collar de Plata, nombre que se contrapone al famoso circuito del Anillo de Oro cercano a Moscú.

En el caso de esta ruta, abarca diversas ciudades de 11 regiones del noroeste del país, donde San Petersburgo es su joya más apreciada, y el tradicional punto de partida para los diferentes recorridos que se presentan.

El palacio de Invierno, en San Petersburgo.

En ellos se descubren interminables extensiones de bosques, lagos de un azul intenso, iglesias de madera en medio de la nada, grandes palacios, catedrales con sus cúpulas de bulbo; y un interesante catálogo de tradiciones encarnadas por los pueblos nativos del norte.

La joya del Báltico

Ya hemos hablado en varias ocasiones de San Petersburgo, pero igualmente cualquier visita merece dedicar unas jornadas para visitar sitios emblemáticos como la Fortaleza de Pedro y Pablo, la Catedral de San Isaac, el Almirantazgo, la Iglesia del Salvador sobre la Sangre; y por supuesto, la inabarcable colección de arte del Museo Hermitage.

Hay que dedicar varias jornadas a conocer San Petersburgo, con sus palacios, catedrales, y con el inmenso patrimonio artístico de San Petersburgo

El siguiente destino es la región de Leningrado, que se despliega hacia las fronteras con Estonia y Finlandia por el norte y el oeste, y al interior de Rusia por el sur y el este.

Fortaleza de Oreshek. Foto Russia Travel

En este ‘oblast’ esperan atractivos como la fortaleza Oreshek, que se alza majestuosamente en una pequeña isla en Shlisselburg, la capilla de Nikolas Milagroso en el pueblo de Homorovichi, la villa turística de Verjnie Mandrogi, así como la reserva Gladyshevsky y el monasterio de la Asunción en Tijvin.

Sueños de arcángeles

La región de Arkhangelsk es rica en su belleza natural y en los monumentos de arquitectura. Los turistas están interesados en visitar la ciudad homónima y pasear por el terraplén del río, donde a los lugareños les gusta pasar el tiempo, y en junio hay un festival de teatros callejeros.

Allí se puede ver la Iglesia de San Nicolás y el Patio de asientos del siglo XVII, un monumento de la arquitectura de piedra rusa, visitar el famoso Museo de Arquitectura de Madera de los Pueblos del Norte en Malye Karely, el Onega y las islas Solovetsky.

Iglesia de madera de Kizhi

Los guardianes de las tradiciones

Pero si hay una región que presume de salvaguardar los valores más arraigados de la cultura rusa es Vologda, a 760 km al sur de Arcángel.

En esta ciudad sorprenden la espléndida Catedral de Santa Sofía, el monasterio Salvador Prilutsky y el antiguo Kremlin.

No muy lejos, en Veliky Ustyug, se encuentra la finca del Abuelo del Frío, un personaje de cuento de hadas que trae regalos a los niños para el Año Nuevo.

Fortaleza de las Islas Solovetsky. Foto Russia Travel

Allí también se pueden ver el templo de Procopio, el Jardín de Invierno, la Iglesia de la Ascensión y las mansiones de los comerciantes.

En tanto, en la región se puede visitar el monasterio Kirillo-Belozersky, incluido el Cuerpo Archimandrita, construido en el estilo de cadena. En Totma espera el Museo de Marineros y el monasterio Spaso-Sumorin.

La región rusa de cultura prusiana

Si se sigue girando hacia el oeste se llega a Kalilingrado. Es una cuña de territorio ruso enclavado entre Lituania y Polonia.

Es una ciudad rusa, pero Kalilingrado parece un rincón de Alemania del norte o Polonia

Esta ciudad, cuna de Emanuel Kant, combina las culturas rusa, alemana y polaca; donde se encuentran interesantes testimonios históricos como las fortificaciones militares prusianas, incluida la torre Dona y las puertas de Zakheim.

Para comer y beber, junto al río Pregolya se encuentran una serie de construcciones de estilo hanseático, la Villa de los Pescadores (Rybnaya Derevnya), donde se pueden probar platos de embutidos ahumados y cervezas.

Centro histórico de Kalilingrado. Foto Georg11-Pixabay

Recuerdos de batallas y fortalezas

Limítrofe con Estonia, Letonia y Bioelorrusia está la región de Pskov, otro baluarte de la cultura tradicional. Por su territorio han transcurrido siglos de batallas e invasiones, cuyas huellas se han conservado hasta el día de hoy.
La fortaleza en Izborsk, el asentamiento fortificado de Truvorovo, el monasterio de Pechora y la catedral de la Trinidad son los sitios más destacados para conocer la agitada historia rusa.

No menos importante es el legado de Nóvgorod, en la ruta hacia el noreste; hogar de numerosas ciudades antiguas y monumentos culturales protegidos por la UNESCO.

En esta región están la catedral de Sofía, los monasterios de Yuriev y Spaso-Preobrazhensky, el claustro de la Corte del zar Yaroslav en Velikiy Nóvgorod, y la casa-museo de Dostoevsky en Staraya Russa.

Muchos señalan a Novgorod como la cuna de Rusia. Foto: Mladen Antonov | AFP via Getty Images.

Las regiones más agrestes

La naturaleza más agreste y la herencia de los pueblos que mantienen sus costumbres a pesar del paso de los siglos se encuentra en la región de Murmansk, más allá del Círculo Polar Ártico.

Su ciudad es la metrópoli polar más grande del mundo, rodeada de grandes bosques y de reservas de los pueblos sami, karelianos y veps, entre otros; que se encuentran en ciudades como Lovozero.

Kremlin de Vologda. Foto Russia Travel

La península de Rybachi con sus paisajes de glaciares, bosques y fiordos, la reserva Seydyavri en Revda y la cultura de la mineralogía de Apatity son sus valores más destacados.

La cultura más ancestral

La República de Komi también es interesante por sus tradiciones, así que vale la pena venir aquí en busca de una cultura original de los pueblos del norte.

Pueblos del norte. Foto Russia Travel

Lo mejor es hacerlo en el Etnoparque finno-ugrico en Syktyvkar. Los amantes de las actividades al aire libre podrán admirar la cascada Buredan, recorrer las rutas desde Vorkuta hasta la montaña Borzov, y también a los glaciares de Boch y de Dolgushin.

También verán los lugares sagrados de los pastores de renos, una tradición que resiste el paso de los siglos.

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