Descubre la espectacular ruta de senderismo oculta en la Sierra de Guara

A pocos metros de la hermosa localidad de Alquézar arranca una ruta que discurre por pasarelas aéreas y puentes colgantes, cortados, cañones, cascadas y pozas de agua de increíbles tonalidades

Pasarelas de Alquézar

Pasarelas de Alquezar. Foto: Anna Zuñiga.

A los pies de un castillo de origen árabe del siglo IX (Al-Qasar), la amurallada villa de Alquézar se derrama por la ladera sin dejar de vigilar sus puentes sobre el Vero en su último cañón. A 660 metros de altura, su posición le permite dominar el bellísimo paisaje modelado por río, en cuyas laderas se alternan barrancos con impactantes paredes verticales de piedra y cuevas de arte rupestre.

Estamos en la Sierra de Guara (Huesca), en una localidad que la Organización Mundial del Turismo (OMT) designó en diciembre de 2022 como uno de los pueblos españoles que hay que conocer y uno de los mejores pueblos turísticos del mundo (Best Tourism Villages by UNWTO).

Declarada Conjunto Histórico-Artístico, Alquézar es un pueblo de callecitas estrechas e irregulares dominadas por el castillo y la majestuosa Colegiata de Santa María, ambos de estilo románico.

El pueblo de Alquézar, en Huesca.
Alquézar, entre los mejores pueblos turísticos según la OMT. Foto: Siggy Nowak | Pixabay.

También hay que visitar la parroquia de San Miguel, la ermita de Nuestra Señora de las Nieves y la Plaza Vieja porticada, a la que hay que acceder por el portalón gótico, el mismo que daba entrada a la antigua villa.

Pasarelas de Alquézar

A muy poca distancia otros monumentos, en este caso naturales, y que se pueden conocer a través de una de las rutas de senderismo más espectaculares de España: las pasarelas de Alquézar.

El itinerario, de 3 km, parte de la plaza Rafael Ayerbe, junto al Ayuntamiento y justo debajo de la Colegiata, baja al Río Vero por el Barranco de la Fuente y discurre por pasarelas aéreas, en algunos tramos suspendidas sobre paredes verticales de los cañones y puentes colgantes.

No solo eso; a lo largo del recorrido se alternan saltos de agua, cuevas, miradores y pozas de agua de un increíble color azul turquesa.

Pasarelas de Alquézar
El recorrido completo es de unas dos horas. Foto: Anna Zuñiga.

Su duración es de dos horas aproximadamente y cuenta con unos 180 metros de desnivel positivo y, aunque no es excesivamente complicado, no hay que olvidar que es una ruta de montaña, por lo que hay que observar algunas recomendaciones, especialmente evitar las horas centrales del día, de más calor, más aún en verano, ya que el último kilómetro es en subida constante y con apenas sombras.

Además, hay que llevar calzado y ropa adecuados a la estación y el clima, protección solar y agua (no hay agua potable en todo el recorrido) y tener en cuenta la condición física.

La ruta tiene un precio de 5 euros por persona (2 euros para Federados en Montaña) y con la entrada se asigna una franja horaria para evitar aglomeraciones.

Pasarelas de Alquézar
Pasarelas de Alquezar. Foto: Anna Zuñiga.

Quién colocó las pasarelas de Alquézar

El origen de las pasarelas de Alquézar que conocemos hoy en día está indisolublemente unido a la central hidroeléctrica que comenzó a construirse en el año 1909 en este tramo del río Vero y cuyas obras acabaron en 1913.

Ya antes, las aguas de este cauce habían sido aprovechadas tanto para aprovisionamiento de agua potable, pesca y riego como para instalar molinos o batanes, e incluso, en época islámica, como vía de comunicación entre Al-Qsar y la ciudad musulmana de Barbastro.

Cuando se construyó la central, sin embargo, nadie pensó que esas pasarelas destinadas a facilitar trabajos de mantenimiento y limpieza pudieran acabar sirviendo para mostrar las maravillas que escondían estas gargantas.

Descenso río Vero
Descenso río Vero. Foto: Ayuntamiento de Alquézar.

Fue a finales de los años 80 cuando comienza a desarrollarse en la zona la modalidad deportiva del barranquismo, especialmente por vecinos franceses ávidos de aventura, que llegaban ataviados con neoprenos para disfrutar de los profundos valles de la sierra de Guara.

Estos excursionistas descubrieron la red de pasarelas, en muy mal estado, que con el tiempo se fueron restaurando para permitir el acceso a más visitantes.

El recorrido

El camino arranca junto a la plaza Rafael Ayerbe (antigua plaza Mayor) de Alquézar, justo al lado del Ayuntamiento de la Villa y desciende hasta el río Vero a través del Barranco de la Fuente. Se trata de una bajada con un desnivel constante de 180 metros y terreno irregular, acondicionada con pasarelas de madera en algunos tramos.

Azud pasarelas de Alquézar
Azud en las pasarelas de Alquezar. Foto: Anna Zuñiga.

Muy cerca del camino se abren oquedades como la Cueva Palomera, de considerables dimensiones (45 metros de entrada, 28 de profundidad y 17 de altura) con pinturas rupestres de las que solo se conservan algunos fragmentos y la Cueva Cholito.

Una vez junto al río, en el tramo más bonito de la ruta, el itinerario continúa a través de un sendero de tierra y, después, las pasarelas en altura.

Estos impresionantes tramos aéreos tienen una longitud de entre 50 y 100 metros y una altura que se mueve entre los 5 y los 10 metros.

El más impactante, el cuarto tramo, tiene una longitud de 200 metros y una altura de entre 20 y 25 metros. Aunque recomendable, especialmente para los aficionados de emociones fuertes, esta última pasarela no es obligatoria para continuar el recorrido.

Pasarelas aéreas sobre el río Vero
Pasarelas aéreas sobre el río Vero. Foto: Anna Zuñiga.

En esta parte también hay interesantes paradas, como la Cueva Picamartillo, frente a la desembocadura del Barranco de la Fuente, una curiosa oquedad formada por la erosión de agua en la que, según se dice, se escuchaban ecos de los ruidos de las herrerías del pueblo en un “repicar de martillos” de donde proviene su nombre.

Saltos de agua y pozas

También durante el recorrido se descubre el azud, una barrera que eleva el nivel de agua para desviarla a una acequia y utilizarla como fuerza hidráulica, y los llamados ‘caos de bloques’, formaciones geológicas de grandes bloques rocosos repartidos caóticamente por el cauce del río y originados por sucesivos desprendimientos desde las paredes del cañón.

Ya de regreso al pueblo, se toma una pista que conecta con un sendero empinado que discurre entre almendros, olivos y frondosos huertos.

Pasarelas de Alquézar
Caos de bloques en las pasarelas de Alquézar. Foto: Anna Zuñiga.

Se trata de una subida muy calurosa, sin apenas sombra, por lo que es indispensable guardar agua para este tramo.

Este mismo sendero nos conduce al parking justo debajo de la iglesia de San Miguel, a pocos metros de la plaza del frontón, cerca de la Oficina de Turismo.

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