La Sierra Norte, la sorpresa más agradable de Sevilla

Un puñado de pueblos blancos rodeado de sierras, dueños de una rica tradición gastronómica, esperan para ser descubiertos este invierno

Vistas de Constantina. Foto Turismo de Andalucía

En la franja meridional de la Sierra Morena, esa cadena que a lo largo de 400 km atraviesa el sur de España, hay un sector lomas suaves (entre 260 y 968 metros), salpicado por una docena de pueblos encantadores que heredan las huellas dejadas por romanos y árabes.

Es la Sierra Norte de Sevilla, una región de más de 177.000 hectáreas que fue declarada Parque Natural; tierra de bosques y dehesas tapizados por encinas y alcornoques, matizado con cultivos de olivos y vid y tramos de vegetación ribereña de cursos que buscan la desembocadura en el Guadalquivir; como se ve en ríos como el Rivera del Huéznar.

Regalos de la naturaleza

Estas serranías han atraído a numerosas culturas y civilizaciones, convocadas por una naturaleza que regalaba recursos como los minerales del Cerro de Hierro, donde la extracción y el trabajo de la lluvia han dejado un paisaje kárstico al descubierto aprovechado por fanáticos de la escalada.

Cerro del Hierro. Foto Turismo de Andalucía

O la pesca de la trucha, algo insólito en Sevilla pero que es posible hacerla en los ríos Viar y Retortillo.

Por la senda del antiguo ferrocarril minero

Si alguien es amante del senderismo o los paseos en bicicleta, una de las mejores opciones es descubrir los paisajes por la Vía Verde de la Sierra Norte.

Se trata de un trazado que transcurre sobre un antiguo ramal ferroviario minero, que une el antiguo poblado de Cerro del Hierro con Los Prados-Cazalla.

Uno de los paseos más bonitos es a lo largo de la Vía Verde de la Sierra Norte, a lo largo del trayecto de un antiguo ferrocarril minero

Saltos del Huéznar. Foto Turismo de Andalucía

En su ruta paralela al río Huéznar se pasa por sitios como el túnel de 105 metros, antiguas instalaciones ferroviarias o las hermosas cascadas que son un monumento natural.

Si hay suerte en la visita a la sierra se pueden ver aves rapaces como las águilas imperiales o reales, así como carroñeras como el buitre negro y el leonado.

Herencias de culturas

La región ya estaba habitada por tribus íberas cuando llegaron los romanos, quienes asentaron sus reales en lugares que luego fueron ocupados por los árabes; que también dotaron al territorio de fortalezas, torres de vigilancia y otros elementos que fueron conformando núcleos que persisten siglos después.

Son un puñado de pueblos que repiten la estética de casas blancas y techos de tejas, al borde de la ladera serrana y con un trazado que tiene mucho de laberinto y poco de cuadrícula.

Iglesia de la Consolación en Callaza de la Sierra. Foto Turismo de Andalucía

Constantina y Puebla de los Infantes

Uno es La Puebla de los Infantes, cerca del bonito mirador del embalse de José Torán, villa que cuenta con huellas históricas como las ruinas de su castillo y la iglesia de Nuestra Señora de la Huerta, pasado que se puede conocer en su museo etnográfico.

Otro es Constantina, dueña de grandes residencias nobiliarias y burguesas de estilos que van desde el renacentista al mudéjar. Para conocer su excelente oferta gastronómica, hay que caminar por el Paseo de la Alameda y probar los platos de carnes de caza, embutidos y setas en los bares y restaurantes. Pero el manjar típico son las ancas de rana rebozadas. Increíbles.

Calles de Guadalcanal. Foto Turismo de Andalucía

Recorridos por los pueblos de la sierra

San Nicolás del Puerto combina historia y naturaleza, al tener una playa fluvial y rincones como el nacimiento del río Huéznar.

En Alanís durante septiembre se organizan unas coloridas jornadas medievales

Alanís es otro de los pueblos destacados, con la presencia monumental de su castillo árabe y la gran cantidad de fuentes naturales en su casco urbano. Si hay dudas del orgullo histórico de sus habitantes, hay que visitarlo en septiembre, cuando se organizan unas divertidas jornadas medievales.

Vistas de El Pedroso

Guadalcanal, en la frontera con Extremadura, estaba poblada desde tiempos de Neolítico, donde su ubicación estratégica fue apreciada por los árabes que han construido un castillo y murallas medievales; aunque su patrimonio más interesante es la parroquia de la Asunción.

Si hay una isla en el Pacífico con el nombre del pueblo, famosa por la batalla de la Segunda Guerra, es porque aquí nació Pedro Ortega Valencia, quien descubrió el archipiélago en 1567.

En este lugar hay que probar las chacinas y el jamón ibérico, así como especialidades como las calderetas, las migas con chorizo y los guisos de carne de caza.

Jornadas medievales de Alanís. Foto Turismo de Andalucía

Naturaleza y gastronomía

Almadén de la Plata cuenta con uno de los mejores cielos de la región para realizar astroturismo, uno de sus tantos atractivos naturales como el barranquismo o la pesca.

Aquí se encuentran una necrópolis de la Edad de Bronce, canteras romanas en Los Covachos y numerosos caminos para realizar senderismo.

El pueblo forma parte de la Ruta de la Plata y del Camino de Santiago, y además e la fama de sus jamones y embutidos, así como de sus setas, también tiene fama por las fiestas populares como la de la Virgen de Gracia o la del Cristo del Crucero.

La región es dueña de una rica gastronomía. Foto Turismo de Andalucía

Cazalla de la Sierra es uno de los pueblos más populares para hacer turismo. Breve capital de España durante el verano de 1730 por orden de Felipe V, en sus casas blancas se guarda la receta de sus famosos anís y el licor de guindas, que han sido uno de sus motores económicos a principios del siglo pasado.

Además de ir para disfrutar de sus carnes de cerdo ibérico, en el lugar hay que perderse por sus callejuelas o para participar de la romería de la Virgen del Monte.

Una esquina de Callaza de la Sierra. Foto Turismo de Andalucía

Un lugar para encontrar y perderse

La propuesta de cocina basada en carnes de caza, embutidos y jamones de las dehesas, así como la presencia de castillos, iglesias y palacios centenarios en el dédalo de casas blancas, se repite en otros pueblos como El Pedroso, El Real de la Jara y Villanueva de Río y Minas (que tiene un interesante conjunto histórico de la explotación minera).

Es una región para recorrer en calma, con esa tranquilidad para disfrutar de las cosas como saben en los pueblos de la Sierra Norte de Sevilla.

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