Pintxos, palacios y arte urbano: qué ver, comer y hacer en la almendra de Vitoria
En el casco histórico de Vitoria-Gasteiz, caminamos por las callejuelas de la almendra para descubrir los mejores bares y sitios históricos

En torno a la Virgen Blanca se despliegan varias rutas de pintxos. Foto: Turismo Euskadi.
Es verdad: si uno fuera un ave y pudiera volar sobre Vitoria, vería que el núcleo de su centro histórico tiene forma de gota. O de almendra, como se bautiza a este pequeño y encantador barrio donde se siente la historia en cada rincón.
Estas angostas arterias fueron la génesis de la ciudad fundada por Sancho IV de Navarra en 1181, donde aún se conservan nombres como Herrería, Correría, Pintorería o Zapatería para recordar la presencia de talleres y tiendas de oficios medievales.
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De los arquillos a la plaza del Machete
Uno de los sitios más reconocidos son los arquillos, una inteligente solución que hizo el arquitecto Justo Antonio Olaguibel para solucionar el desnivel de la parte alta de la ciudad vieja, detrás de la plaza del Machete.
Este paseo conduce a la balconada de San Miguel, que permite tener bonitas vistas de la plaza de la Virgen Blanca, coronada por el monumento a la batalla de Vitoria.
En tanto, la plaza del Machete marcaba los límites de la villa medieval, y su nombre proviene del arma blanca sobre el que juraban sus cargos los representantes de la ciudad. Aún se puede ver algo escondida tras un vidrio.
A lo largo de la calle Cuchillería se concentran numerosos bares y tabernas, protagonistas del circuito de ‘poteo’ de los vitorianos
Es un rincón con encanto, con sus terrazas y tabernas siempre animadas, y la fachada del palacio de Villa Suso, que data de 1542.
Palacios, iglesias y murales
Andando por la almendra se van descubriendo diferentes sorpresas históricas, como la medieval Casa del Cordón (no se pierdan su sala gótica con la bóveda estrellada y policromada), los palacios de Bendaña, el de Montehermoso, el de Escoriaza-Esquivel, el de Álava-Esquivel, el de los Goibeo-Caicedo o el del Marqués de la Alameda.
Y también templos de valor histórico, como la capilla de Santo Cristo, la iglesia de San Pedro y, por supuesto, la catedral de Santa María.
La catedral de Vitoria
Se dice que Ken Follet se inspiró en este templo gótico, catalogada como Patrimonio de la Humanidad, para escribir Los pilares de la tierra (pero que en realidad transcurre en Inglaterra).
En una visita, se sugiere presenciar el espectáculo El pórtico de la luz, que muestra cómo se ha transformado esta estructura a lo largo de los siglos; así como subir al campanario, que al ser la torre más alta de la ciudad, permite atrapar las mejores panorámicas.
Murallas y museos
La murallas medievales, torres con siglos de recuerdos como las de Doña Otxanda, y museos como el de los Faroles o el Arqueología Bibat, así como el centro cultural Montehermoso (en el palacio homónimo) son otras escalas para viajar por la historia y el arte local.
Los grandes murales en el Cantón de Santa Ana, en Zapatería 76 y en 79 o en la plaza de la Burullería recuerdan que la almendra tiene una animada vida social.
Así también se ve en la Cuchi, forma cariñosa que tienen los vitorianos para referirse a la calle de la Cuchillería, que concentra varios locales para ir de poteo, como le llaman al circuito de bares y tabernas.
Pintxos en la ‘Cuchi’
Si se empieza a la altura de la Plaza del Machete, se van pasando por el Txistu, el Ertza, el Okendo, El Segundo, el restaurante El 7, el Gautxo, la Erdizka Taberna, la cervecería Rivendell, la Jango Taberna, la Txolarre Taberna, el bar Jalas-Leku, el bar Idoia, el Txapeldun, la Kirol Taberna; y girando por San Francisco Javier, el Parral Taberna y la cervecería Kitsch.
En los bares se preparan tapas únicas como el chorizo al infierno del Tulipán de Oro
Cada uno es similar pero diferente; con sus cervezas artesanas y sus pintxos que son un despliegue de creatividad como las rabas de chipirión de Txolarre o los huevos escalfados con chorizo a la sidra del Idoia; además de las preparaciones clásicas como las de chistorra, pimientos rellenos, croquetas, ensaladilla o gulas.
Otros bares recomendados de la almendra son La Malquerida en Correría 10 (Atención a sus generosas raciones); Tulipán de Oro (Correría 157), casa del famoso chorizo al infierno -tengan los móviles preparados-; Erkiaga (Herrería 38), con sus rollitos de chipirón y sus croquetas; Boko (Prado 5) con generosas tostas de jamón o el famoso Asador Sagartoki (Prado 18), ganador de numerosos premios de tapas y autores de la tortilla de patata de Senén, que según el blog Tierras Insólitas es la mejor de España.
Habrá que comprobarlo, un buen motivo para coronar un viaje al corazón del centro histórico de Vitoria.
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