5 templos madrileños del flamenco donde (además) se come muy bien

Flamenco para ver y comer: en Madrid existen tablaos donde el arte se extiende desde el escenario a los fogones

La mejor simbiosis de flamenco y gastronomía. Foto: Teatro Flamenco Madrid.

Madrid es una de las grandes capitales del flamenco. Lo es desde principios del siglo XX y la época de los cafés cantantes, cuando abrió sus puertas, entre otros, el Villa Rosa. A partir de los años 50 nació el concepto de tablao flamenco tal y como hoy lo entendemos: un lugar con un pequeño escenario de madera (de ahí el nombre) y unas cuantas mesas alrededor en las que cenar mientras se disfruta del espectáculo.

Un espacio, por lo general, íntimo, con una iluminación tenue y un ambiente que roza el misterio, acrecentando la comunión entre el público y los artistas durante esas mágicas veladas de farra flamenca.

En la actualidad, el flamenco está viviendo una nueva edad de oro en la capital. Una realidad en parte alimentada por la asistencia de público foráneo a los espectáculos, un público compuesto tanto por turistas extranjeros como nacionales. Pero también por una afición local que, a lo largo de las décadas, ha encumbrado a los más grandes entre los grandes del género.

La bailaora Olga Pericet. Foto: Corral de la Morería.

En el actual éxito del flamenco también tiene mucho que ver la cocina y, en particular, el hecho de que las tradicionales propuestas gastronómicas que se servían en las mesas de los tablaos (tortilla, chacinas, queso y, si acaso, alguna fritura de pescado) ahora se han reemplazado por platos mucho más elaborados. Incluso de altísima cocina.

Corral de la Morería

En plenas Vistillas, frente a la Catedral de la Almudena, una de las zonas más castizas de Madrid, el Corral de la Morería (Morería, 17) es un emblema de la ciudad.

Por aquí han pasado y triunfado los grandes intérpretes del arte flamenco. Lo siguen haciendo. Bailando, cantando, tocando la guitarra y las palmas, en el Corral de la Morería han vivido veladas de gloria artistas desde Pastora Imperio hasta Blanca del Rey (copropietaria del negocio), pasando por Antonio Gades, La Chunga, Serranito, Bernarda de Utrera, La Paquera de Jerez, Diego El Cigala, José Mercé, Antonio Canales o Estrella Morente, entre muchos más.

Santi Carrillo, Juan Manuel del Rey y David García. Foto: Corral de la Morería.

Acompañados abajo del escenario por toda celebrity que por Madrid pasara: de Ava Gardner (que siempre tenía una mesa reservada) a Matt Damon y Justin Bieber, incluyendo a Gina Lollobrigida, los Kiss, Harrison Ford, Nicole Kidman, Juanes y así hasta una lista inmensa de estrellas del star system.

Corral de la Morería es el primer y único tablao flamenco del mundo que cuenta con un estrella Michelin

Hoy este emblemático local es también el primero y único tablao en el mundo en presumir de una estrella Michelin. Cada velada en su pequeño y discreto reservado ocho comensales tienen el privilegio de asistir a una ceremonia magistral oficiada por el chef David García y el jefe de sala y sumiller Juan Manuel del Rey (hijo del fundador de esta casa).

Quisquilla de Motril, tomate, queso y piparras. Foto: Corral de la Morería.

Cocina vasca actual, con un producto estratosférico, maridada con una selección de jereces (la bodega tiene más de mil referencias), algunos embotellados de botas con muchas decenas de años y con rarezas que se antojan imposibles.

El resultado de esta extraña combinación es una experiencia que deja mucha, mucha huella y que no se parece a nada de lo vivido con anterioridad.

Aunque este menú no esté al alcance de todos (95 euros más maridajes de 70 a 120 euros), está la posibilidad de disfrutar de otra propuesta gastronómica más sencilla que se sirve junto al escenario (de 49,95 a 79,95 euros), a los que hay que sumar el precio del espectáculo (47,95 euros).

Patatas en salsa verde con kokotxas de bacalao. Foto: Corral de la Morería.

Teatro Flamenco Madrid

Tanta importancia ha cobrado el género en la ciudad que ahora cuenta con un gran escenario permanente. Se trata del Teatro Flamenco Madrid y su sede está en el Teatro Alfil (Calle de Pez, 10), en pleno barrio de Malasaña.

Tal ha sido el éxito de esta fórmula que la empresa que está detrás de esta iniciativa, Artesred, ha abierto otros dos teatros en Málaga y en Sevilla.

Foto: Teatro Flamenco Madrid.

Se ofrecen espectáculos a diario, con dos pases, protagonizados por muchas de las grandes figuras del flamenco actual. De hecho, la agenda de cada temporada toca los palos más diversos, siempre con una calidad y una propuesta escénica guionizada que, no obstante, deja espacio a la espontaneidad y el duende.

Maui de Utrera protagoniza las sesiones de Vermut y Potaje todos los domingos el el Teatro Flamenco Madrid

Entre los montajes escénicos de más éxito está el de Maui de Utrera, que una vez al desembarca en Teatro Flamenco Madrid con sus Domingos de vermut y potaje.

Domingos de vermut y potaje. Foto: Paco Manzano.

Un homenaje a la costumbre madrileña del aperitivo dominical y también a ese guiso tan andaluz, tan popular y familiar, que se puede degustar al final del espectáculo. Aunque, por fortuna, no es el elaborado en escena, sino por el chef Manuel Urbano, del restaurante La Malaje.

Tan recomendable es la representación de Maui y su troupe (divertida, ingeniosa y emocionante en algunos momentos) como el arte y poderío que derrochan los invitados que esta genial artista sevillana trae a su cocina.

Tablao Flamenco 1911

Puede que a muchos no les suene el nombre actual de este local. Pero si decimos que se trata del mítico Villa Rosa, junto a la Plaza de Santa Ana, entonces la historia cambia, seguro. Porque fue aquí donde, sin duda, comenzó el prolongado romance entre la ciudad de Madrid y el flamenco.

Era, precisamente, el año 1911 cuando abrió aquí un colmado que, con el tiempo (en 1918), se acabó convirtiendo en el ya referido café cantante.
Conviene decir que hasta la aparición de este tipo de locales (en la segunda mitad del siglo XIX) el flamenco era algo restringido al ámbito privado (en casas particulares o actos concretos) o, como mucho, a la espontaneidad de las calles.

Tablao Flamenco 1911 o el antiguo Villa Rosa.

Villa Rosa se hizo grande entre los aficionados al flamenco por su vínculo, desde los años 20 del siglo XX, con Antonio Chacón, considerado “el Rey del Cante Flamenco Andaluz”, y su alter ego a la guitarra, Ramón Montoya.

Tablao Flamenco 1911 no solo ha preservado la autenticidad del histórico Villa Rosa (con su característica fachada de azulejos figurativos), local que durante mucho tiempo fue conocido como la ‘Catedral del Flamenco’. También ejemplifica el afán de los actuales artífices del género por llegar a todo tipo de públicos y abrir campo a la experimentación con otros estilos musicales.

Ahora apadrinado por Antonio Canales, ofrece hasta cuatro espectáculos diarios, aparte de programaciones especiales durante todo el año. Tanto en unos como en las otras, Tablao Flamenco 1911 cuenta con la participación de figuras como Juana Amaya, Pepe Torres, Estrella Morente, Alba Heredia, Farruquito, “El Cancu”, Jesús de Rosario y otros.

Foto: Tablao Flamenco 1911.

Quienes lo deseen pueden acompañar el espectáculo con la degustación de su menú de tapas (para dos personas), que incluye aceitunas chupadedos, jamón, lomo y chorizo ibéricos de Guijuelo, tortilla de patata, cecina de buey de León y queso manchego.

La Carmela

Pese a juventud -abrió sus puertas como tablao en junio de 2021-, La Carmela se ha ganado ya su puesto entre los mejores de la capital. Situado en una de las muchas cuevas que horadan la Villa, antaño esto fue el almacén de carbón de la taberna La Carmela de la calle Victoria, junto a la Puerta del Sol.

Juan Carlos Maya. Foto: La Carmela.

Un escenario por el que ya han pasado y dejado huella intérpretes como Remedios Amaya, Antonio Canales, Kiki Morente, El Farru o Juan Andrés Maya. Este último, director artístico de La Carmela junto a Raquel Martos, la define como “la cueva del misterio” y, de hecho, aquí se vive una auténtica experiencia inmersiva en torno al flamenco.

En ello interviene una iluminación muy tenue desde que se entra en el local hasta que se sale, todo el espacio convertido en escenario (no solo el pequeño tablao situado al fondo de la sala), una barra de cócteles y un empeño importante dedicado al capítulo de la gastronomía.

De hecho, para acompañar el espectáculo se puede optar por cinco menús, del de raciones al V.I.P. que, por 75 euros por persona, incluye entrantes como gamba blanca, gilda, pulpo y jamón ibérico de bellota, así como un T-Bone de vaca madurada hecho a la parrilla y de 1 kg aproximado de peso.

Zamburiñas, entrecot y jamón. Foto: La Carmela.

Torres Bermejas

Dos datos para entender la importancia de Torres Bermejas: lo primero es se trata del tablao más antiguo de Madrid porque, aunque con otro nombre, concretamente La Taberna Gitana, abrió en el año 1949. Eso, con permiso del Villa Rosa, actual Tablao Flamenco 1911 que, como ya hemos dicho, nació con anterioridad pero como café cantante.

Foto: Torres Bermejas.

Y la segunda consideración: aquí actuó durante doce años Camarón de la Isla, el gran reformador del flamenco en los años 70-80 del siglo XX, con permiso de Paco de Lucía, otro habitual de este escenario.

Así que estamos hablando de una de las grandes sedes del género en España. Y, además, con una particularidad respecto a otros tablaos: nada de espacios sombríos o misteriosos. La decoración del local recrea el lujo y colorido del interior de las Torres Bermejas situadas en la Alhambra de Granada.

El tabalo dispone de diferentes menús. Foto: Torres Bermejas.

El cuadro flamenco que actúa aquí a diario tiene 20 integrantes, nada menos, así que es fácil entender el nivel y diversidad de la farra. Una fiesta garantizada y complementada por una cocina que se adapta a todo tipo de comensales y que se ofrece en seis menús: del de Tapas al Fandango y el Vegetariano (estos dos con paella) y precios, incluyendo el espectáculo, entre 55 y 75 euros.

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