El vino de la semana: Pegaso Barrancos de Pizarra 2020
Icono de Telmo Rodríguez, uno de los grandes viticultores de España, este vino ejemplifica su labor de recuperación de viñas abandonadas y uvas ancestrales

Telmo Rodríguez, el creador de este vino Pegaso de hoy, el Barrancos de Pizarra 2020, es un polifacético “hacedor” de vinos. Un supercrack si utilizásemos términos futbolísticos que nunca tuvo que ver con un bodeguero riojano clásico como lo era su padre Jaime, al frente de la bodega Remelluri que Telmo no continuó pues tenía su propio proyecto.
Para lograrlo, se graduó en enología en Burdeos y luego cimentó su saber en el Valle del Ródano. En 1994 y junto Pablo Eguzkiza (discípulo de Jean Claude Berrouet y formado en bodegas como Petrus), fundó la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez. “Nacimos con pocos recursos y muchas ideas e hicimos nuestro primer vino, Alma, con viñedos viejos de garnacha en una Navarra misteriosa. Eran momentos difíciles para esta variedad. Fuimos a reivindicarla cuando la tendencia era vinificar con Cabernet y Merlot”.
Desde su nacimiento, el argumento sagrado de la Compañía, CVTR, ha sido la utilización exclusiva de variedades autóctonas de zonas originales. Por ejemplo, en 1995 elaboraron vino en Arribes del Duero con la una juan garcía, variedad local de gran calidad, pero raramente conocida.
En la CVTR, estudiaron y trabajaron todo tipo de uvas autóctonas poco menos que ignoradas en aquellos momentos, como tempranillo, tinto fino, tinta de Toro, garnacha, monastrell, mencía, verdejo, viura y godello y lo hicieron creando proyectos en complejos lugares del viñedo español en Navarra, Rioja, Cigales, Rueda, Toro, Ribera del Duero, Ávila, Galicia, Málaga, Alicante o Valdeorras.
Actualmente, los viñedos de la Compañía de Vinos Telmo Rodríguez suman un total de 80 hectáreas -eso sí, distribuidas en pequeñas parcelas en múltiples zonas- y más de 40 variedades de uvas autóctonas. Con ellos conciben vinos de gran categoría como Dehesa Gago, Basa, Gaba do Xil, Viña 105, Gago, Gazur, Almuvedre, LZ o MR, y cómo no, los Pegaso Viñas Viejas, entre otros.
Los dos Bodegueros del Año 2019, según el prescriptor Tim Atkin, también elaboran vinos de terroir, reconstruyen viñedos históricos con naturalidad y experimentan con viñedo biodinámico en Lanciego, su primera bodega.
Otra de las iniciativas a las que la CTVR presta atención desde el principio es a la recuperación de viñedos olvidados. Así surgen los proyectos de Málaga, con Molino Real, o Cebreros, con su mítico Pegaso.
Y aquí nos vamos a centrar en uno de los más queridos y recientes proyectos de Telmo Rodríguez el Pegaso Viñas Viejas: vinos hechos en Cebreros (Ávila), un lugar de paso al sur de Castilla y León con Gredos como barrera climática que se caracteriza por la mineralidad que los suelos tanto de pizarra como de granito impregnan en sus uvas, y que suele asociarse con la finura y carnosidad producida por el clima duro continental.
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“En 1999 empezó nuestra aventura. Compramos una primera viña en Cebreros, en la Sierra de Gredos, un lugar olvidado, difícil de trabajar, pero donde habían sobrevivido preciosas cepas de garnacha a más de 1000 metros de altura. La veta de pizarra de Arrebatacapas, que descubrimos siguiendo la trashumancia por la Cañada Real, la única de todo Gredos, nos dio esperanza para hacer un gran vino. Nos llamó la atención las impresionantes cepas de garnacha, su poda y su suelo. Este extraordinario viñedo a la deriva no conocía ni enólogo ni ingeniero ni bodeguero; estaba huérfano”.
En 2005 restauraron la antigua bodega de La Piñonera en Cebreros y volvieron a fermentar en ella las garnachas de las viñas viejas de Pegaso. “Volvimos a labrar sus viñas y nació Pegaso Barrancos de Pizarra. Luchamos por una categoría que no existía. Hicimos un vino ambicioso para garantizar la supervivencia de viñas imposibles. No fue fácil pero lo conseguimos. Hoy Cebreros es una categoría internacional (incluso con DO propia) y nuestros Barrancos de Pizarra y Granito expresan toda la pureza de los distintos parajes de este lugar extremo”.
Pegaso Barrancos de Pizarra 2020
Este monovarietal 100% de garnacha de viñas viejas que ha merecido una puntuación de 96 en la guía de Robert Parker es uno de los puntales del proyecto de Telmo Rodríguez y del piloto Carlos Sainz, en Cebreros.
Se trata de un vino tinto exuberante y redondo que muestra toda la complejidad mineral que ofrecen los suelos de pizarra sobre roca metamórfica. Procede de viñas viejas con cepas de más de 80 años trabajadas en vaso, con viticultura tradicional ecológica, en a una altitud de hasta 1.200 metros y con exposición solar al este.
La vendimia es manual, claro, en cajas. La vinificación parte de una fermentación con levaduras autóctonas en tinas de roble, tinajas y acero inoxidable. Envejece 30 meses en barricas de roble francés de 500 litros.
El Pegaso Barrancos de Pizarra es un tinto potente y elegante, complejo y maduro, con estructura y frescor, gran profundidad, intenso y armonioso, pero también expresivo, aromático, floral y perfumado, está equilibrado y reúne todos los ingredientes para una posterior gran evolución en botella.
Se presenta con color cereza picota intenso, ribete granate y capa alta.
Con el roble perfectamente integrado, en nariz ofrece aromas florales y de frutas rojas, con notas de monte bajo como romero y lavanda, envueltas en sensaciones balsámicas y minerales, el roble está perfectamente integrado.
En boca pasa sabroso, con mucha finura. Es un tinto de paso largo y muy elegante ya que los suelos de pizarra le aportan una textura más amplia y amable con una tanicidad integrada y delicada y tonos especiados de nuez moscada y pimienta con notas que recuerdan al curry.
Se combina perfectamente con todo tipo de carnes rojas, estofados, ternera, cordero, carne de caza (ciervo, venado), también aves, perdices, pollo y patos, embutidos, quesos curados y todo tipo de pastas, aunque mejor las cocinadas con carnes.