El restaurante de Berna donde la vida y la muerte se encuentran, ¿comerías aquí?

Un restaurante único en la ciudad de Berna, ¿alguna vez has pensado cómo sería comer en un cemeterio?

El Bremgartenfriedhof en Berna

El Bremgartenfriedhof en Berna. Foto: Stadt Bern

En la ciudad suiza de Berna, en Europa, reconocida por su belleza histórica y su emblemático casco antiguo, se encuentra el Bremgartenfriedhof, un cementerio único que pronto acogerá un espacio singular: un restaurante en el que la experiencia de la vida y la muerte se encuentran. Este proyecto, ubicado en el sitio del antiguo crematorio, permitirá a los visitantes explorar reflexivamente su relación con estos dos conceptos tan íntimamente entrelazados y, al mismo tiempo, disfrutar de un ambiente de calma y serenidad en un entorno cuidadosamente diseñado.

El cementerio Bremgartenfriedhof en Berna es un espacio abierto sin muros delimitadores que invita a perderse entre sus verdes prados, antiguos árboles y esculturas. Aquí, en lugar de ostentosas tumbas o mausoleos, la naturaleza se impone con una belleza que disuelve cualquier señal de muerte y finitud. Este carácter tan particular fue, de hecho, lo que motivó a las autoridades a elegirlo como sede del restaurante. En una ciudad donde hasta los osos tienen su propio hábitat en el Bären Park, el restaurante en este cementerio se concibió para ser un espacio de paz y reflexión, donde la vida y la muerte coexistan en una atmósfera de respeto y serenidad.

Un espacio para el duelo y la contemplación

La idea detrás de este restaurante va más allá de su función habitual: será un lugar para quienes buscan refugio tras un momento de despedida o para quienes desean encontrar un espacio de tranquilidad y reflexión en medio de su vida cotidiana. Los visitantes podrán, de una manera sutil y significativa, reconectar con sus propias memorias y pensamientos acerca de la vida y la muerte, quizás incluso inspirados por las preguntas que surgen de esta convergencia. Para algunos, será un lugar de recogimiento; para otros, un ambiente donde la presencia de la muerte convive armoniosamente con la experiencia de estar vivos.

La arquitectura del restaurante ha sido cuidadosamente planeada para preservar la historia del antiguo crematorio, donde los muros originales permanecerán visibles y los nichos estarán abiertos, recordando su función pasada. Este detalle de diseño, sin solemnidad pero cargado de simbolismo, refleja la fusión entre lo que fue y lo que es. Así, se rinde homenaje tanto a las vidas que allí fueron despedidas como a la función actual del edificio, que permite a los visitantes de todas las creencias y edades experimentar una conexión más profunda con la universalidad de la muerte y la importancia de la vida.

El Bremgartenfriedhof en Berna
El Bremgartenfriedhof en Berna. Foto: Stadt Berna

Bremgartenfriedhof: Un lugar sin límites religiosos

El Bremgartenfriedhof es un cementerio que celebra la diversidad religiosa, acogiendo a personas de todos los credos y prácticas. En este mismo sentido, el restaurante también busca ser un espacio donde cada visitante encuentre algo que resuene con su espiritualidad, creencias o sentimientos personales. Entre las tumbas de soldados de distintas nacionalidades de la Primera y Segunda Guerra Mundial, las áreas dedicadas a los principales credos del mundo —incluyendo sectores cristianos, islámicos, budistas e hinduistas— simbolizan la universalidad de la muerte y la aceptación de todas las tradiciones funerarias, desde el entierro orientado hacia La Meca hasta las ceremonias hindúes de reencarnación y purificación.

El espacio destinado a tumbas familiares y comunitarias permite que aquellos que prefieren un descanso sin una lápida convencional también puedan ser recordados sin que su cuidado sea una carga para sus seres queridos. En un rincón especialmente delicado, se encuentra un área dedicada a los niños que fallecieron al poco de nacer, donde pequeños juguetes y angelitos blancos se colocan en un tierno homenaje.

Una silla en el cementerio de Berna
Una silla en el cementerio de Berna. Foto: Stadt Berna

El simbolismo de la muerte en la cultura occidental y oriental

La presencia del restaurante en este espacio único invita a reflexionar sobre el simbolismo de la muerte en distintas culturas y en las obras de arte y literatura. El psicoanálisis, de la mano de Sigmund Freud, profundizó en el concepto de la pulsión de vida y muerte, Eros y Tanatos, como fuerzas que guían nuestras acciones. Además, relatos legendarios como el de Orfeo y Eurídice o tragedias clásicas como Romeo y Julieta han tratado el vínculo inextricable entre amor y muerte, mostrando cómo esta relación sigue inspirando a las generaciones en su comprensión de la vida.

Para las religiones orientales, la muerte es un paso natural en el ciclo de la existencia. Los rituales funerarios hindúes, budistas y de creencias menos comunes como el zoroastrismo o el alevismo incorporan ceremonias llenas de color y respeto a los cuatro elementos naturales. Estas creencias entienden la muerte no como un fin absoluto, sino como parte de un ciclo que une a la persona con la naturaleza y sus elementos. En el sector budista del cementerio, una estatua de Buda bajo un arce plateado recuerda el despertar espiritual y la pureza del loto, una imagen que invita a contemplar la transición hacia otros mundos.

Bei Krematorium entsteht Restaurant Bern
Bei Krematorium entsteht Restaurant Berna. Foto: Der Bund

Una experiencia para la reflexión

Este restaurante de Berna promete ser un espacio de meditación profunda y conexión emocional. No habrá lugar para la indiferencia, pues el entorno del cementerio invita a aceptar la mortalidad como una parte esencial de la vida, algo que ni siquiera en la fantasía puede ignorarse, como tan sabiamente expuso José Saramago en su obra Las intermitencias de la muerte. En esta novela, el autor refleja el compromiso ineludible que la muerte mantiene con la humanidad.

Finalmente, el restaurante de Berna será un lugar en el que cada visitante podrá, de manera consciente o no, cuestionar, recordar y conectar con lo que significa vivir y morir, uniendo ambas experiencias en un mismo espacio.

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