Javier Cámara: «Cedeira es un secreto a voces, un lugar de vacaciones maravilloso»

La pantalla es el hábitat del actor riojano Javier Cámara. Cuando no es una película es una serie, a veces las dos a la vez. Ahora estrena el thriller de Rapa y actúa en la obra de teatro Los farsantes. En la serie interpreta a Tomás, un amargado profesor de instituto en el que imparte la clase de la asignatura de Lengua y Literatura. Por un golpe de fortuna es la última persona que vio con vida a la víctima de un posible asesinato. Asesinato que a Tomás le da la vida y le pone en contacto con Maite (interpretada por Mónica López), una sargento de la Guardia Civil a cargo de la correspondiente investigación del caso y a quien despierta sentimientos encontrados.

Javier Cámara es un tipo muy popular y mediático que pide por favor que se le tuteé. Sus comparecencias congregan a tanta gente que más que una rueda de prensa uno tiene la sensación de estar en un concierto.

En las entrevistas organizadas por sastres más que por responsables de comunicación atiende a todos por igual y no escatima en sus respuestas. Es amable, risueño, cercano y un embajador de La Rioja, su tierra natal.

Rapa se ha rodado en Cedeira, en la sierra de A Capelada y en Ferrol. Acantiladas localizaciones gallegas en las que se mezclan el océano, el viento y la calma. Un paraje en el que una vez al año se junta a los caballos salvajes de la zona para cortarles la crin. Una tradición que se conoce como la rapa das bestas, nombre que adopta la serie. Serie de una temporada compuesta por seis capítulos de cincuenta minutos de duración cada uno de ellos.

Rapa es un thriller en el que homicida y víctima pueden ser tan inocentes como culpables, una serie en el que más que el quién y el cómo uno se pregunta por qué. Una serie en la que un asesinato convive con otros temas: la violencia machista, la enfermedad, la corrupción y el peso de las tradiciones.

De Rapa y sus destinos cinematográficos favoritos hablamos con el urbanita Javier Cámara. Un riojano que es más de montaña y valle que de mar, aunque a la vera de las saladas olas duerme mucho mejor.

Estrenas serie, Rapa, de los creadores de Hierro, ¿la viste?

Sí, vi Hierro, pero no he viajado a la isla de Hierro. Tampoco he estado en La Gomera, sí que he estado en el resto de islas del archipiélago canario: La Palma, Lanzarote, Fuerteventura y Tenerife. La serie me gustó mucho, me pareció brutal. Ese fue uno de los motivos por los que acepté trabajar en Rapa. Ver esa factura en Hierro, a Candela (Peña) brillante, con quien hablé mucho al respecto.

Cedeira y su sierra es un personaje más en Rapa.

Eso es. La sierra de la Capelada y los preciosos alrededores de la zona, la idiosincrasia de ese terreno, la meteorología del lugar, el mar… Cedeira es un secreto a voces, un lugar de vacaciones maravilloso. Mucha gente dice que si vas a las Rías Baixas tendrás otro clima, pero nosotros durante el rodaje hemos tenido un tiempo buenísimo. Fue un verano que acabó el 15 de noviembre. Rapa es una serie que está llena de sol.

¿Te dio tiempo a empaparte de la atmósfera de un lugar como Cedeira y la sierra de la Capelada?

En este caso eso ha sido fácil porque Rapa lo ha realizado un equipo gallego, con sus creadores a la cabeza. Técnicos, actores y actrices son de la zona, salvo Mónica (López) y yo. Era muy difícil no involucrarse, empaparse de esa atmósfera. Tomás, el personaje que interpreto, tiene cierta frialdad, no quiere estar en Cedeira, se siente castigado en el instituto de ese pueblo en el que imparte clases de lengua y literatura, le gustaría estar en otro lugar.

¿Adónde te ha llevado la construcción de un personaje como Tomás?

A veces uno interpreta a personajes más fríos, sobrios, distantes, etc. Tomás es el epítome. Es un tipo incluso desagradable. Es alguien a quien le interesa más la ficción que la realidad. Está enfermo, no le interesa ejercer de profesor, impartir sus clases, se aburre, está divorciado, ve a su hijo a través de una pantalla, algo le ha pasado.

Su enfermedad le está bloqueando, pero él tiene una forma de ser que se le dispara con lo que para él es un golpe de suerte, ser la última persona que vio con vida a la víctima de un posible asesinato. A este suceso se agarra como un clavo ardiendo, como si fuera una de esas novelas de ficción que tanto le gusta leer.

Ahora más que el quién nos interesan las razones que incitan a una persona a matar.

Durante un tiempo hemos confiado que la maldad no tenía que tener motivación. Hemos creado a Hannibal Lecter, un tipo que representa el mal por el mal, que no tenía ninguna razón para ser el asesino que era. Es inexplicable su psicopatía. No hacía falta explicarla. En cambio al bueno sí tienes que explicarlo.

Lo interesante para los actores y las actrices es interpretar personajes poliédricos, que se comporten de diversas formas, que te den la posibilidad de crear cosas. A mí, es verdad, cuando era la maldad por la maldad, iba acojonado por la calle. Cualquiera te puede matar. En estas series, en estos thrillers te das cuenta que el asesino está muy cerca de la víctima.

“Me gusta mucho el turismo en el que alguien me enseña su forma de ver su lugar”

Javier Cámara

En Hierro y en Rapa las tradiciones están muy presente, ¿qué relación tienes tú con las tradiciones?

Yo veo libros de la fotógrafa Cristina García Rodero en los que plasma tradiciones y fiestas españolas, donde unas son una barbaridad y otras son preciosas. Mientras haya respeto por los animales y las personas a mí me parece que las tradiciones son maravillosas. También son actos colectivos, incluso paganos, que son los que más me gustan.

En el caso de la Rapa me imagino que surgió con el propósito de mercadear con el pelo del caballo y/o con la compra venta de los propios caballos, además de que al cortarles la crin les saneaban. Ahora la Rapa se ha convertido en un acto social muy interesante. Yo disfruto de ese tipo de acontecimientos cuando los veo, pero no soy un seguidor de los mismos. Lo que sí me gusta es el arte que hay detrás de ese tipo de tradiciones y costumbres. Me gustan, por ejemplo, los cuadros de toros que pintó Picasso.

¿En qué se diferencia la maleta que haces cuando te vas de rodaje a la que haces cuando te vas de viaje de placer?

Ten en cuenta que para el rodaje de Rapa estuve tres meses en Cedeira, luego la maleta fue grande. Maleta en la que metí ropa de abrigo y de lluvia y, en cambio, nos hizo buenísimo. Tuve que volver a casa a coger ropa de verano. Cuando volví después de finalizar el rodaje parecía que había estado años fuera de casa.

¿Qué destino recuerdas que dijeras “me gustaría rodar una película en este lugar”?

En Sicilia, donde estuve de viaje de placer con los actores de la serie 7 vidas. Con Sorrentino rodé en Venecia, Roma y Londres. Pero donde más me gustaría volver a rodar es en Hispanoamérica. Me encantaría seguir descubriendo ese continente. Todavía no he estado en Argentina, donde tengo muchos amigos. Me gustaría ir Argentina a rodar, pero también viajar para conocer el país.

¿Qué te gusta más, ir a sitios nuevos o volver a lugares conocidos?

A mí me gusta mucho volver a lugares conocidos. Me encantaría volver a Japón y a Australia, aunque me encantan las ciudades europeas. Debe ser algo sedentario en mí, como si fuera un turista pasivo. Disfruto mucho sentándome en Budapest o en París o en alguna ciudad de los Países Bajos y leer un periódico mientras me tomo un café. Me gusta ver pasar a la gente, me gusta ver cómo es la gente en otros sitios. Me gusta observar y en España no puedo hacerlo, me miran. La quietud de las ciudades europeas me gusta mucho. Me gusta viajar, pero con calma. ¿Por qué correr si puedo volver otra vez?

“Disfruto mucho sentándome en Budapest o en París o en alguna ciudad de los Países Bajos y leer un periódico mientras me tomo un café”

Javier Cámara

¿En qué te basas para escoger un destino u otro?

Me encanta encontrar en el destino a alguien que me acoja. Me gusta ser un turista que se queda en los sitios a los que va. Me gusta que me acompañen a esos sitios, que me los enseñen. No soy un turista que coge la mochila y se va de viaje solo a la aventura, ni con su pareja ni con amigos.

Me gusta, por ejemplo, haber rodado con un actor francés y que me diga que me vaya a tal sitio que él conoce y que me lo enseñe. Ese tipo de turismo me encanta. Me gusta mucho el turismo en el que alguien te enseña su forma de ver su lugar. Cuando estuve en Colombia rodando El olvido que seremos me dejé llevar. Primero porque te agasajan, todos me querían enseñar su Colombia, su Medellín. Me llevaron a lugares a los que nunca hubiera ido yo.

¿Antes de viajar, en este caso a Cedeira, te documentas en relación al sitio o no?

Me dejé llevar por el director, los productores, los actores y actrices, que casi todos son gallegos. A partir de los vínculos que se crean con el equipo surgen recomendaciones de sitios, de eventos culturales, de restaurantes.

¿Durante un rodaje tienes tiempo para hacer turismo?

No mucho. Me hubiera encantado ir a la Ribeira Sacra, pero es que no teníamos mucho tiempo libre. Casi todo el tiempo estábamos rodando. Los fines de semana los dedicaba a estudiar y a estar un poco en casa descansando. En las series se trabaja mucho y en esta que es un thriller mucho durante la noche. Lo que implica acostarse muy tarde y dormir durante el día. Sin embargo, durante un rodaje puedes llegar a conocer muy bien un entorno concreto.

¿Un actor hace turismo cinematográfico?

Sí. Juego de Tronos fue la serie pionera en abrir una línea de viajes en base a las localizaciones. A nosotros los habitantes de Cedeira nos dijeron que les íbamos amargar el verano. Cedeira es un pueblo increíble, un lugar de veraneo maravilloso. Sus playas son apoteósicas. Esa zona del norte de Galicia es brutal. Se come muy rico. En la serie hay un personaje que aprovecha su visita a Cedeira para comer, nosotros también lo hacíamos después del rodaje. Ojalá a Cedeira y alrededores le pase como le pasó a El Hierro en Canarias, isla a la que fue mucha gente a descubrirla después de ver la serie Hierro.

Javier Cámara en modo brújula

Norte: Si algo me gusta del norte es Islandia.

Sur: el sur lo he visitado poco. No he estado en ningún país africano. Australia (Sidney), donde estuve en un festival de cine, y me pregunté pero qué era aquello.

Oeste: Estados Unidos me gusta, pero me voy más al sur y vuelvo y me quedo en Colombia, que es apabullante, como Perú.

Este: Japón, país del que solo conozco Tokio, por lo que me encantaría volver.

Tengo que añadir el centro, La Rioja. Mi tierra es brutal y está en un momento álgido a nivel cultural, gastronómico y festivalero. Yo cada día me enamoro un poco más de mi tierra. Hace mucho tiempo que me fui de La Rioja, a descubrirme a mí mismo y me redescubro cada vez que regreso. Destacaría a su gente, que muy cariñosa, la sierra de Cameros, bellísima, que va desde la carretera de Soria que baja pasando por mi pueblo, Albelda, hasta llegar a Logroño. Nieva, Hortigosa, Aldeanueva, Torrecilla, etc.

Hay rutas preciosas, ir en otoño es muy recomendable, sus bosques son increíbles. La zona del monasterio de Valvanera, Yuso, Suso, donde nació la lengua española. Hay que comer en Santo Domingo de la Calzada, en Ezcaray. Sin olvidarse de los vinos: marqués de Murrieta, Haro, la Rioja Alavesa, etc.