El Lorca más íntimo en ‘El abrecartas’, la última ópera de Luis de Pablo

Una foto antigua del colegio de Fuente Vaqueros en la que aparece Federico García Lorca con 6 o 7 años junto al resto de los alumnos inspiró a Vicente Molina Foix para escribir El abrecartas, una novela que le valió el Premio Nacional de Narrativa 2007.

Sobre la misma obra, y con libreto del propio autor, Luis de Pablo inició en 2010 una ópera que culminó en 2015 y que, en formato epistolar, desnuda los sentimientos y pulsiones más íntimas de Lorca, pero también de Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, Eugenio D’Ors o Andrés Acero mientras retrata el país fracturado que da lugar a las dos Españas de la Guerra Civil y la dictadura de Franco.

Ahora, apenas cuatro meses después de la muerte del compositor bilbaíno el pasado 10 de octubre, a los 91 años, el Teatro Real acoge el estreno absoluto y mundial de la ópera que tendrá lugar el próximo 16 de febrero y, que hasta el día 26, contará en total con seis funciones.

Una ‘anti-epopeya’

La partitura de El abrecartas se basa tan solo en las primeras 220 páginas del libro, que su autor describe como una “anti-epopeya coral amarga, (…) llena de meandros y surcada por figuras reales y ficticias de la España del siglo XX, que se intercambian versos y amenazas, que se escriben cartas de amor y mensajes secretos que no llegarán a su destino, aunque otros los leerán y manipularán”.

El texto original se compone de cartas, misivas, notas, informes policiales y documentos tanto de personajes reales -García Lorca, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, Eugenio D’Ors o Andrés Acero- como ficticios. Todos comparten el mismo mundo tenebroso e inquietante que les obliga a ocultar sus pensamientos, sentimientos y pulsiones sexuales.

En la obra se articulan las voces de personajes reales -Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, Eugenio D’Ors o Andrés Acero- con otros ficticios, todos unidos por historias de amor prohibidas

Sin embargo, y aunque el trasfondo histórico de la obra sea real -el asesinato de Lorca, la muerte de Miguel Hernández, el suicidio de Acero en México, etc.­ y se utilicen incluso fragmentos de documentos auténticos-, no se trata de biografías de estos personajes, sino “acercamientos que los humanizan y nos ofrecen aspectos no recogibles por la historia”, según explica Xavier Albertí, el director de escena.

Así, encontramos un Lorca que aporta, a su juicio, “una forma de entender la nocturnidad, la privacidad y el epentismo”, que es el código que se inventó y compartió con otros artistas homosexuales de la Generación del 27 para hablar de las relaciones entre hombres.

Parte del trabajo de Albertí ha sido articular las referencias históricas con el mundo espectral de las voces escritas. Así, rehuyendo la verosimilitud con los personajes reales, su dramaturgia evoca los ‘espacios mentales’ de los protagonistas.

Las atmósferas lumínicas de Juan Gómez Cornejo, la escenografía diseñada por Max Glaenzel, con grandes módulos de apartados de correos que cobijan los recuerdos de papel, y el vestuario de Silvia Delagneau completan la puesta en escena.

Humor agridulce y tono (casi) erótico

Luis de Pablo es el encargado de trasladar las reminiscencias epistolares del papel a la música. La partitura comienza con un breve prólogo que evoca el juego de Los lobicos con los niños del colegio y a partir de ahí, se suceden 6 escenas concebidas como un mosaico de retazos de vidas.

Según el propio Luis de Pablo, El abrecartas es una ópera “extraordinariamente distinta de las que haya podido hacer”, con un humor agridulce muchas veces y, sobre todo, “un tono casi casi erótico”.

Para Fabián Panisello, a cargo de la dirección musical y que debutará en el Teatro Real al frente de un elenco de 11 solistas, del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real y de los Pequeños Cantores de la JORCAM, la ópera “No es compendio de otras cosas, sino un salto hacia delante”.

A lo largo de la ópera, y con un lenguaje alejado de sus obras precedentes (Kiu, El viajero indiscreto, La madre invita a comer, La señorita Cristina, Un parque) más cantábile, expresivo y evocador de la tradición musical española, afloran ‘paráfrasis’ melódicas que van desde el cancionero renacentista español, nanas o canciones populares, hasta las evocaciones de un cuplé, o una zarzuela.

El Teatro Real ofrecerá 6 funciones de ‘El abrecartas’ en la sala principal entre los días 16 y 26 de febrero

En su última ópera, Luis de Pablo, también aprovecha para homenajear la literatura española y especialmente la generación del 27, con un lugar especial para el gran poeta Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura en 1977, cuya casa –que frecuentaron De Pablo y Molina Foix– fue un espacio de creación, discusión, protección y refugio de artistas durante los tiempos más difíciles del siglo XX.

Suyas son las palabras utilizadas en el dúo a cappella que finaliza la obra, extraídas de La destrucción del amor.

Reparto y actividades paralelas

Un reparto de cantantes españoles dará vida a los personajes: los tenores Airam Hernández (García Lorca), José Manuel Montero (Rafael), Mikeldi Atxlandabaso (Alfonso) y Jorge Rodríguez-Norton (Andrés Acero); los barítonos Borja Quiza (Aleixandre), José Antonio López (Miguel Hernández) y Vicenç Esteve (Ramiro); las mezzosopranos Ana Ibarra (Salvador / Setefilla) y Laura Vila (Sombra).

Completan el elenco el bajo David Sánchez (como Eugenio D’Ors) y el contratenor Gabriel Díaz (comisario).

Además de las funciones y las diversas actividades paralelas en la Residencia de Estudiantes y la Fundación SGAE, el 3 de marzo el Teatro Real rendirá homenaje al propio Luis de Pablo, así como a los otros dos grandes compositores españoles fallecidos el pasado año, Cristóbal Halffter y Antón García Abril.