Los 6 mejores edificios de Ricardo Bofill de la Muralla Roja al Hotel Vela

Nacido el 5 de diciembre de 1939 en Barcelona, Ricardo Bofill fue uno de los arquitectos españoles más internacionales, con proyectos en hasta 40 países, entre ellos Francia, Japón, Estados Unidos, Marruecos o Italia, además de España. Con larga trayectoria en el ámbito de la arquitectura, pero también el diseño y la planificación, ha muerto a los 82 años de edad en su ciudad natal.

Aeropuertos, teatros, hoteles, viviendas, centros comerciales, oficinas, sedes corporativas como las de Shiseido o Cartier o ciudades jardín; Bofill llevó su visionario tratamiento de la geometría y el color a un santuario en Andorra, un rascacielos de 50 pisos en Chicago o el Camp Nou, sin olvidar campus universitarios ni urbanizaciones en el Mediterráneo, como la fascinante Muralla Roja de Calpe.

El Hotel W de Barcelona, el Parque Manzanares o la Nueva Castellana de Madrid, Les Espaces d’Abraxas en Francia, el Teatro Nacional de Catalunya o el Walden-7 de Sant Just Desvern en Barcelona son algunas de sus obras más llamativas, sin olvidar La Fábrica, la emblemática sede de su estudio, RBTA, una obra brutalista invadida por la naturaleza que siempre consideraría inacabada.

La Muralla Roja, Calpe (Alicante)

Imán para usuarios de Instagram que se acercan a Calpe, la urbanización de La Manzanera o, como es más conocida, La Muralla Roja, es uno de los edificios más reconocibles de Bofill.

Clara referencia a la arquitectura popular del Mediterráneo, concretamente del norte de África, el complejo de viviendas levantado en 1973 es como una fortaleza que se recorta contra el acantilado y el mar, además de una reinterpretación de la tradicional Kasbah.

La muralla roja se recorta sobre el Mediterráneo como una fortaleza de adobe típica del norte de África o ‘Kashab’

Destaca su impecable geometría de su trazado y las formas que evocan una estética constructivista en este edificio que aloja 50 apartamentos de entre 60 y 120 metros cuadrados con terrazas, piscina y solarium en la azotea.

Lo más llamativo, quizás, es su cromatismo, con una gama de colores que busca dar relieve a los distintos elementos arquitectónicos y que va de los diferentes rojos y rosas en el exterior, que acentúan el contraste con el mar y el cielo, y los patios y escaleras, que se tiñen de azules, índigos y violetas de diferentes intensidades para crear una mayor ilusión de espacio.

Walden 7, Sant Just Desvern (Barcelona)

Edificado en 1975, Walden 7 tiene un significado especial en la obra de Bofill ya que, como él indicaba, supuso completar una vieja ambición, ya explorada en proyectos como el Barrio Gaudí de Reus y La Ciudad en el Espacio, en Madrid.

No es otra que la de dignificar las viviendas y, a la vez, ennoblecer el entorno que rodea el edificio, solucionando uno de los problemas que ya planteaban las ciudades (y que sigue estando hoy en el foco), el de la falta de sentido de comunidad y la ausencia de espacios públicos a disposición del individuo.

El edificio incluye nada menos que 446 apartamentos en 14 plantas, con dos patios y dos piscinas

Un complejo sistema de puentes y balcones en diferentes niveles facilita el acceso a las plantas y ofrece una fantástica variedad de paisajes.

La idea de fortaleza roja se repite en su fachada exterior, mientras que los patios lucen en intensos tonos de azul y amarillo y reservan espacios similares a calles y plazas reservadas para sus habitantes, como un fascinante refugio frente al caos exterior.

Hotel W, Barcelona

Uno de los elementos más reconocibles del skyline de Barcelona es también obra de Bofill, concretamente el Hotel W, en la playa de la Barceloneta.

Con forma de vela de barco y 26 plantas, su diseño es una respuesta directa a la imponente presencia del Mediterráneo frente al que se alza, colocado en perpendicular al muelle, de forma que ofrece privilegiadas vistas tanto al mar como a la ciudad desde casi cualquier punto.

Las zonas públicas se agrupan bajo una plataforma horizontal en forma de dos grandes terrazas cuyas líneas rompe el volumen de su gran sala de conferencias.

La fachada de vidrio desprende reflejos plateados y multiplica la luz, el cielo y el mar, permitiéndole, pese a su tamaño, fundirse con el paisaje.

Inaugurado el 1 de septiembre de 2009, este hotel de 5 estrellas aloja 473 habitaciones y suites, spa, restaurantes, un bar en la última planta con excelentes vistas y una sala de convenciones.

Les Espaces d’Abraxas, Marne-la Vallée (París)

En realidad un complejo integrado por ‘Le Palacio’, ‘Le Théâtre’ y ‘L’Arc’, el conjunto de Les Espaces d’Abraxas se diseñó con la vocación de convertirse en lugar de encuentro y punto de referencia de Marne-la Vallée, en la región de Francia.

Integran un conjunto barroco, en parte francés y en parte mediterráneo, con una gran plaza central en semicírculo delimitada por el volumen sólido del edificio transformado en un gran teatro urbano y un arco que forma una pantalla visual, donde los distintos órdenes articulan bruscos cambios de escala.

Tanto Le Théâtre como, L’Arc y Le Palacio acogen viviendas, 130, 20 y 441 apartamentos respectivamente, conformando un universo cerrado hecho de piedra, una mezcla de arena, cemento gris y blanco y óxidos. Los tonos de ocre muy claro y los violetas azulados obtenidos a partir de estas mezclas son extremadamente sutiles.

77 West Wacker Drive, Chicago

A orillas del río Chicago, este imponente rascacielos de 50 plantas es otro de los hitos en la obra de Bofill. Diseñado en un estilo “clásico moderno”, según su estudio, está hecho en granito blanco portugués, con un muro cortina de vidrio gris plateado y plantea un acertado diálogo entre el clasicismo de la arquitectura de piedra y los edificios de vidrio de alta tecnología.

El resultado es una fachada que respeta las proporciones clásicas (salvando las distancias recuerda al Campanile de Giotto en la catedral de Florencia), pero envuelto en una piel futurista propia de los rascacielos actuales que, además, le permiten fusionarse en el contexto urbano.

Un atrio de 18 metros de alto en mármol gris y blanco, un monumental hall de entrada con una escultura del artista Xavier Corberó, una pintura mural de Antoni Tèpies y un estanque en granito negro que refleja exuberantes plantaciones de bambú completan el conjunto, sede desde 2007 de la aerolínea United Airlines y con huéspedes como Microsoft.

Universidad Politécnica Mohammed VI

De 2016 es su proyecto para la Universidad Politécnica Mohammed VI, desarrollado por Ricardo Bofill Taller de Arquitectura y el arquitecto marroquí Elie Mouyal.

El campus, de 55 hectáreas a unos 80 al norte de Marrakech, fue un hito dentro del proyecto de la Ciudad Verde Mohammed VI. La limitación de altura a 21 metros da lugar a una composición horizontal definida por calles semicubiertas, jardines y patios en torno a un gran eje central que busca reunir a estudiantes y profesores y fomentar el intercambio intelectual y social.

Diseñado para acoger equipamientos que van de escuelas a centros de investigación, espacios para congresos, residencias para estudiantes, equipamientos deportivos y zonas de aparcamiento, el estilo arquitectónico de ciudades marroquís como Ben Guerir, Fez, Meknes, Rabat y Marrakech, pero también los ksour del sur del Atlas están entre sus inspiraciones.