Viaje a las estaciones del metro más bonitas de Madrid

Con 317 estaciones, Madrid cuenta con la red de metro más amplia de España y una de las más grandes del mundo. También de las más artísticas ya que alberga hasta 140 piezas entre murales, esculturas, fotografías y espacios museísticos que embellecen 107 paradas a lo largo de las 12 líneas.

De la ilustración de la estación de Plaza de Castilla realizado por el artista Paco Roca en homenaje a los mayores por su lucha frente a la covid-19 al enorme mural de 300 metros cuadrados dedicado a Paco de Lucía en la estación que lleva su nombre pasando por la obra del arquitecto y dibujante David Cárdenas dedicada a Lina Morgan en La Latina, las obras emblemáticas de Mingote en Rubén Darío o las reproducciones en vinilo de algunos de los cuadros más destacados del Thyssen o el Prado en Atocha (rebautizada como la Estación del Arte), la red de metro es una especie de gigantesco museo bajo tierra.

Estas son las 12 estaciones, clásicas o modernas, de grandes dimensiones o más pequeñas, que merecen una visita. Además, si no tienes pensado pasar por Madrid, puedes ver también estas obras gracias a una nueva guía digital que recopila los principales elementos de interés cultural expuestos en las instalaciones de Metro de Madrid alojada en la web y la app del suburbano.

Paco de Lucía

La estación, ubicada en la Línea 9, se inauguró en 2015 y lleva el nombre del guitarrista Paco de Lucía, fallecido el año anterior, cuya imagen preside el gran mural que la decora.

Con un total de 300 metros cuadrados, la obra fue realizada por los artistas Okuda y Rosch333 y lleva por título Entre dos universos, en referencia al famoso tema Entre dos aguas de Paco de Lucía y porque en él confluyen los universos de ambos artistas.

Así, mientras en la obra de Rosh333 predominan las líneas curvas y los tonos pastel, pero también elementos figurativos como un cuervo y un globo ocular, en el de Okuda las protagonistas son las figuras geométricas, las formas estrelladas y los colores vibrantes tan característicos de sus obras. Las dos partes confluyen en un retrato de Paco de Lucía, también geometrizado, realizado a partir de una de sus fotografías más conocidas.

La decoración, la primera realizada en la red de metro por dos exponentes del street art, formó parte del proyecto de arte urbano ‘Línea zero‘ dentro del que se decoraron de forma temporal varias estaciones para poner en valor el arte urbano. Esta, sin embargo, llegó para quedarse de forma permanente.

Chamartín

En 2007, los artistas Vicente Patón y Alerto Tellería se enfrentaron al reto de decorar parte de la estación de Chamartín, un espacio de grandes dimensiones construido sobre la antigua estación de la Línea 10.

Su reto era una superficie de 21 metros de altura y 50 de desarrollo horizontal en curva que usar como lienzo para crear una decoración que realzase la grandiosidad de la estación.

Para ello optaron por un gran paño de 1.000 metros cuadrados de cubre tres de los cuatro niveles de la estación y que titularon Iguazú ya que representa una cascada tan impresionante como la que separa los países de Argentina y Brasil.

Entre sus curiosidades, destaca el hecho de que los artistas se inspirasen en los ábsides catedralicios, a los que les recordaba el espacio curvo disponible, para invadirlo de luz, en este caso luz artificial animada por un movimiento incesante vertical que nos acompaña a los viajeros mientras nos movemos por los diferentes niveles de la estación.

Alsacia

Seguimos con el arte moderno en Alsacia, inaugurada en 2011 como parte de la ampliación de la Línea 2 de metro.

También de grandes dimensiones y diseño muy abierto, se encargó su decoración al artista sevillano Luis Gordillo, uno de los principales referentes del arte abstracto de nuestro país. El resultado es la obra Sueños encerrados, que cubre la mayor parte de sus paredes y se extiende por varias alturas, superando vigas, cables y las instalaciones propias de la estación.

Realizada con impresiones digitales de alta calidad, repite los rasgos de dinamismo y la vivacidad de colores que caracterizan a Gordillo.

Tirso de Molina

Pasamos ahora a una de las estaciones más clásicas, la de Tirso de Molina, en la Línea 1. Fue diseñada por el arquitecto Antonio Palacios, el mismo que realizó el trazado de Metro de Madrid, y abrió al público en 1921, hace exactamente cien años, aunque en aquel momento con el nombre de Progreso.

Hoy pasear por la estación es casi como un viaje en el tiempo, ya que ha sido restaurada y conserva su aspecto original, con los típicos azulejos rectangulares blancos con cenefas azules que nos transportan a los años 20 del siglo pasado.

El vestíbulo está presidido por una bóveda con frisos de tonos dorados y cobre. Además, en el paño sobre la escalera en dirección Sol se enmarca un antiguo escudo de Madrid sobre un mosaico instalado originalmente en Cuatro Caminos en 1919 coincidiendo con la inauguración de la línea 1 por el rey Alfonso XIII.

Gran Vía

Este mismo verano se ha inaugurado en el exterior de la estación de Gran Vía, en la Red de San Luis que marca el final de la calle Montera, un templete de granito flanqueado en la parte superior por dos grandes leones réplica del creado por Antonio Palacios y que fue desmantelado en 1970. Buena parte del original se encuentra hoy en O Porriño, localidad natal del arquitecto.

El que hoy vemos es obra del artista Miguel Durán-Loriga, de 2,12 metros de alto y 6,48 metros de ancho.

Varios metros hacia abajo, en el interior de la estación, un pequeño museo expone los objetos encontrados en las excavaciones llevadas a cabo para la remodelación y ampliación.

Sevilla

Viajamos de nuevo en el tiempo en la estación de Sevilla, en la Línea 2. Totalmente reformada, los trabajos que finalizaron en 2019 sustituyeron el vestíbulo existente por uno completamente nuevo coincidiendo con el año en el que se conmemoraba el Centenario del suburbano madrileño.

Como homenaje, la estación se decoró con planos antiguos de Madrid y fotografías históricas del exterior de la estación reproducidos a gran escala.

También se recuperó un antiguo mural publicitario de cerámica descubierto durante los trabajos de modernización. Restaurado, hoy la publicidad de Jabón Sales de Carabaña. Insuperable para la piel vuelve a saludar a los usuarios del metro como hace cien años.

Hortaleza

La estación de Hortaleza se construyó como parte de la ampliación de las líneas 1 y 4 hasta Pinar de Chamartín. Inaugurada en 2007, está decorada con un impresionante mural firmado por los hermanos Juan Carlos y Javier Melero.

De 50 metros de largo por 6 de ancho, lleva por nombre Phortaleza y se trata de un impresionante mosaico compuesto por 3.796 fotografías que rinde homenaje a las obras de Metro y los trabajos que fueron necesarios para conseguir el espacio.

De hecho, los autores trabajaron sobre imágenes tomadas en diferentes momentos de los trabajos de construcción del túnel y de la estación para conformar un conjunto que representa las columnas que los viajeros no vemos pero existen tras el revestimiento de la estación.

Hospital 12 de octubre

Construida en 2007 para la ampliación de la Línea 3, la estación de Hospital 12 de octubre cuenta con una espectacular obra de Carlos Alonso Pérez y Luis Sardá de Abreu titulada Humani Corpori.

El mural, de casi cuatro metros de altura, muestra 12 figuras, la mitad masculinas y la mitad femeninas, que representan un cuerpo humano observado desde diferentes perspectivas. Se trata de una obra que nos provoca la sensación de contemplar una escultura desde todos sus ángulos.

Arganzuela-Planetario

También inaugurada en 2007, la estación de Arganzuela-Planetario en la Línea 6 del Metro, contó con Carlos Alonso y Luis Sardá, que se inspiraron en el vecino Planetario para crear su obra Planeta Arganzuela.

De grandes dimensiones, juega con la idea de cómo se ve La Tierra desde el cielo y cómo se ve el cielo desde aquí, para lo que emplea una gran fotografía aérea de Madrid sobre la que los artistas trazaron una esfera de 5 metros que simula un cuerpo celeste.

Acompañan a este planeta, formando un sistema solar, varios astros de diferentes tamaños y colores, suspendidos del techo de la estación y situados a distintos niveles.

Alto del Arenal

En este caso no es un mural o una escultura lo que adorna la estación Alto del Arenal, en la Línea 1 (donde se ubica el Puesto de Mando del Metro), sino un coche clásico similar al que se puede ver en la exposición de trenes clásicos de Chamartín.

El coche R-122, del tipo Quevedo, fue un modelo que construía la Sociedad Española de Construcción Naval y que circuló entre 1925 y 1931. De color rojo, está decorado en sus laterales con el único logo circular que la tenido la compañía en su siglo de historia (de 1931 y 1939) y, aunque en desuso, puede verse de nuevo sobre las vías (ahora suspendido sobre ellas).

Marqués de la Valdavia

En la línea 10, esta estación construida como parte de la ampliación a Alcobendas y San Sebastián de los Reyes, cuenta con una decoración muy original, que juega con las escalas y el carácter subterráneo del Metro.

Su autor, Jorge Benabeu Larena, aprovechó un gran espacio que conecta todos los niveles de la estación para introducir una parte del Parque de Cataluña, bajo el que se ubica, en la propia estación.

A ras del suelo son así dos grandes murales que reproducen a gran escala imágenes fotográficas tomadas a nivel de suelo en el parque. Para reforzar la idea de descenso en la profundidad de la estación su autor incorporó áreas de cielo en el mural superior y la zona más baja de césped, próxima a las raíces, en el inferior.

Plaza de Castilla

Entre las últimas obras en sumarse a la red de arte del suburbano está el mural del ilustrador valenciano Paco Roca instalado en 2020 en uno de los pasillos de la estación de Plaza de Castilla, una de las más transitadas de la red.

De grandes dimensiones (8 metros de largo y 1,90 metros de alto) y con una escena que refleja la vida cotidiana de un parque con los mayores como protagonistas, busca recordar y dar visibilidad a los mayores, el colectivo más afectado por la pandemia de covid-19.