Siete rincones de la Costa Blanca para capturar el atardecer

No hace falta que sea verano para disfrutar de la Costa Blanca, en Alicante. Incluso en invierno sus atardeceres son mágicos

El Peñón de Ifach visto desde el Morro de Toix. Foto JE Svodoba – CC

Aunque el viento sea un molesto compañero de travesía, por más que el frío se cuele entre chaquetas y guantes, convengamos que hay pocas escenas más románticas que ver la puesta del sol en una playa o acantilado costero en invierno.

Por suerte en febrero el clima en la Costa Blanca, en el litoral de Alicante, suele ser más suave que en otras zonas costeras de España; por lo que una bonita excursión puede ser recorrer sus paisajes para ver el momento en que el sol cae detrás del Mediterráneo, siguiendo las sugerencias de Turismo de la Comunitat Valenciana.

Barrio Santa Cruz, Alicante

El barrio Santa Cruz, al pie del cerro Santa Bárbara, es uno de los más atractivos de Alicante; con sus casas blancas y puertas de colores.

Tras pasear por sus calles y cuestas, se puede buscar alguno de sus miradores y obtener una hermosa panorámica de Alicante cuando el día deja paso a la noche.

El castillo de Santa Bárbara, al atardecer. Foto Ayuntamiento de Alicante

Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja 

Las Salinas de La Mata y Torrevieja están formadas por dos lagunas que integran un ecosistema de 4.000 hectáreas, que se comunican por el canal Acequión.

Las Salinas de La Mata y Torrevieja es hogar de numerosas especies de aves marinas y migratorias, como los flamencos

El surrealista paisaje de la laguna de La Mata. Foto Miguel Sala – CC

El lugar es una meca de aves migratorias y marinas, como el charrán común, el flamenco rosado, la cigüeñuela o el zampullín cuellinegro.

Al atardecer las aves suelen estar más quietas, quizás alguna nadando plácidamente, pero el espectáculo del cielo rosado reflejándose en las aguas es un espectáculo a tener en cuenta.

Cabo de la Nao, Jávea

La división entre los golfos de Valencia y Alicante está marcada por el Cabo de la Nao, donde a sus pies hay una serie de calas y cuevas buscadas por los amantes del submarinismo, como la Cova del Orguens.

El Cabo de Nao con su faro cuando cael el sol

Este promontorio rocoso, coronado por un faro, es uno de los mejores miradores del levante alicantino para fotografiar al sol cuando forma un disco naranja que se esconde debajo del mar.

Palmeral de Elche

Este parque de Elche cuenta con 200.000 palmeras plantadas por los musulmanes para crear un sistema agrícola, y que desde hace siglos se conserva como un paraje único.

Palmeral del Elche con el sol de fondo. foto Héctor Rodríguez – CC

Cuando el sol se acerca al ocaso las hojas de las palmeras se recortan en el cielo cada vez más oscuro y regala una imagen inolvidable.

Serra Gelada y Benidorm

El parque natural de Serra Gelada, de 5.600 hectáreas, cuenta con atractivos naturales como acantilados de 300 metros y una gran cantidad de senderos para amantes del turismo de aventura.

Puesta del sol en Benidorm. Foto Jacob Garcia – CC

Una de las imágenes más interesantes de Serra Gelada es ver cómo los rascacielos se recortan detrás del ocaso

En muchos rincones de este parque, sobre la costa, hay miradores que entregan una extraña imagen del sol que con sus últimos rayos ilumina la gran cantidad de rascacielos que se levantan en Benidorm.

Torre de la Illeta, El Campello

13 km al noroeste de Alicante está la localidad turística de El Campello. Allí se encuentra una torre de vigilancia construida entre 1554 y 1557 llamada Torre de la Illeta o Saleta, que se convirtió en el símbolo de la villa.

Torre de la Illeta. Foto Enrique Abad

Su figura maciza, con su almena circular, es un excelente atalaya para ver la puesta del sol sobre el mar.

Peñón de Ifach, Calpe

El gigantesco monolito natural que es el peñón de Ifach, con sus 332 metros de altura, sorprende en la solitaria posición en que se adentra en el Mediterráneo.

Peñón de Ifach. Foto Datmater

Hay un sendero que permite subir hasta su cima, y desde allí si el día está claro se pueden divisar las siluetas de Ibiza y Formentera. Y al atardecer, ver la postal que el sol regala cuando besa el mar.

a.
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