La Patacona: manual de uso y disfrute de la playa de moda de Valencia

Ni el Saler ni La Malvarrosa: la mejor playa de Valencia es La Patacona y lo demostramos a golpe de restaurante, chiringuito y clases de surf

La Más Bonita. Foto: VisitValencia.

Estrictamente no es Valencia, sino Alboraya, lo cual no está nada mal ya que aquí se prepara la mejor horchata de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, ser la extensión natural de La Malvarrosa hace de La Patacona casi una playa urbana más de la capital valenciana. Y no cualquiera, ahora mismo es la más buscada.

Razones no le faltan. La ausencia de grandes complejos hoteleros hace de ella una playa tranquila, ajena a cualquier masificación, con más de un kilómetro de extensión y arena dorada.

Cuenta, además, con todo tipo de servicios, desde chiringuitos sobre la arena a escuelas de surf, coloridas casetas, hamacas y tumbonas así como un agradable paseo marítimo repleto de restaurantes que ocupan antiguas construcciones modernistas de finales de siglo XIX. Es mas; hay quien dice que estamos ante la nueva Ruzafa; esto es, el distrito gastronómico por excelencia de Valencia.

Paseo Maritimo de La Patacona. Foto: VisitValencia.

Un paseo por La Patacona

A continuación del Cabanyal, el más popular barrio marinero de Valencia y hoy lugar de moda, antiguas casas de veraneo burguesía valenciana toman el relevo a los hogares de los pescadores cubiertos de coloridos azulejos que hoy son la seña de identidad de la zona.

Parapetadas tras muretes cubiertos de buganvillas y distribuidas en calles proyectadas en paralelo al mar, las de primera línea se asoman directamente al Mediterráneo, del que solo le separan el paseo marítimo con sus hileras de palmeras.

Empezamos el día con un buen desayuno en La Más Bonita, entre licuados y zumos naturales, vistosas tartas de Oreo o Red Velvet y huevos revueltos con salmón

Más adelante, edificios residenciales alojan segundas residencias y apartamentos de alquiler, con algunas excepciones como Resa Patacona, en el paseo Serra d’Espada, un complejo abandonado durante casi una década y que este mismo año se ha inaugurado, reconvertido en 442 habitaciones, estudios con cocina, espacios de coworking, gimnasio y sala de proyecciones según el concepto de alojamiento conocido como flexible housing y precios asequibles.

¡Ah! Aloja también el primer rooftop panorámico de Alboraya, con vistas 360º que abarcan desde el puerto de Valencia y sus grúas hasta la el complejo de Port Saplaya, con su peculiar urbanismo y sus canales con los que se promociona, con pretensión algo desmedida, como la ‘pequeña Venecia’, y con atisbos del paisaje de la huerta.

Playa La Patacona. Foto: Visit Valencia.

También es novedad de este 2021 el Mirador de la Patacona, conocido popularmente como los ‘Petit-Suisse’ o los ‘colorines’. La estructura, en el paseo marítimo y con vistas al mar, ha renovado su imagen de la mano de dos artistas internacionales, Patricio Forrester e Hize, que lo han transformado en un homenaje a Sorolla, al mar y a la luz valenciana.

Chiringuitos y merenderos como los de antes

Aunque la imagen de los paseos a caballo al amanecer y al atardecer es una de las más usadas en la promoción turística de La Patacona –no vi ningún caballo en lo que duró el viaje-, lo cierto es que hoy es más frecuente la visión de personas que cabalgan las olas sobre tablas de surf.

La escuela Mediterranean Surf School es una de las mejores opciones para lanzarse, con clases desde 28 euros (2 horas) o bonos de 5 clases por 130 euros. Ofrecen, además de surf, stand up paddle y longboard skate, así como programas adaptados para personas con diversidad funcional, física o psíquica.

También está la opción, claro, de disfrutar del dolce far niente. En este caso lo mejor es comenzar por un desayuno en La Más Bonita (Paseo Marítimo de La Patacona, 11). El local, de estilo rústico con paredes blancas y detalles azules, vigas a la vista y altos techos, respira Mediterráneo -en cuanto a estética y también filosofía- desde que abrió en 2012. Hoy su éxito ha llevado a sus propietarios a abrir otros dos locales en Valencia, en l’Eixample y Ruzafa).

La Más Bonita. Foto: VisitValencia.

Licuados y zumos naturales compiten por nuestra atención con impresionantes tartas de sabores como Oreo y Red Velvet cuyas recetas, se jactan sus propietarios, se guardan a buen recaudo. Pero también con unos huevos revueltos con salmón.

También sirve comidas y cenas, con propuestas informales –todo casero- como nachos, croquetas, sándwiches y opciones vegetarianas como su hamburguesa vegana.

Como un merendero de toda la vida ha abierto este verano La Playa de Moda, sobre la arena de La Patacona

El concepto no acaba aquí: La Más Bonita cuenta con su chiringuito sobre la arena que replica la estética del restaurante y donde tomar una refrescante cerveza Turia de barril, además de tumbonas de alquiler, un espacio deportivo al aire libre, El Palmeral, también en la playa, donde programa clases de yoga y pilates, entre otras, y hasta sus propios apartamentos turísticos.

Con estética de merendero o kiosko de los de toda la vida se ha inaugurado este año La Playa de Moda (Paseo Marítimo de la Patacona, 71) con deliciosos bocadillos -sí, uno se llama La Moda, pero hay más- y menús con paella y fideuà de viernes a domingo que se preparan en su restaurante, ubicado a pocos metros de la playa y que se disfruta con los pies, literalmente, en la arena. Resultará difícil dar por finalizada la sobremesa en este lugar donde preparan la sangría como en pocos, pero también deliciosos cafés y cócteles.

La Playa de Moda. Foto: VisitValencia.

La Chipirona Playa: no sin arroz

A pocos metros del agua, ya en el paseo nos espera La Chipirona Playa (Paseo Marítimo de la Patacona, 15). Inaugurado el pasado verano de 2020 en una casita de playa de la que emerge un orgulloso torreón, se enfoca a los productos de mar, pero con un concepto original que se basa en sabrosas tapas y brochetas, muchos preparados a la brasa, además de ceviches y tartares.

Con una gran terraza frente al mar, sala y exuberante jardín interior abiertos durante todo el año, entre sus platos más solicitados están las croquetas tigre, que se preparan con mejillones valencianos en temporada, o el atún crujiente, que se reboza en berenjena y se sirve sobre crema de berenjenas ahumadas con una vinagreta de hierbas aromáticas.

De la cocina que comandan los chefs Vincenzo Cancilleri y Julio Rodríguez y con un servicio realmente esmerado, salen también arroces –paella de pollo conejo y caracoles, paella de pato y boletus, arroz del senyoret, de bogavantes o negro- preparados con arroz de la Albufera y fideuá de marisco (con fideo fino, claro).

El sabor de la terreta. Foto: La Chipirona Playa.

Una gran selección de vinos españoles y deliciosos postres entre los que destaca su tiramisú deconstruido con cremoso de mascarpone, tierras de cacao y almendra y helado de café redondean la carta, que ofrece también opciones de desayuno y tardeo.

Clásicos y alternativos

También con un toque alternativo se presenta el Cocoa Patacona (Paseo Marítimo de la Patacona, 3), que además de arroces ofrece una carta con toque de cocina fusión y platos como tataki de atún o steak tartar, aunque el grueso de sus platos sean también mediterráneos.

Muy recomendable el arroz con nécoras, el arroz rojo con carabineros y la caldereta de bogavante, además de unas sabrosas brochetas de gambón con rebozado de kikos y panko, aunque uno de los platos que más salen, sin embargo, sea el rollito de pato.

De corte más clásico es Casa Navarro (Av. Mare Nostrum, 32), que lleva 60 años preparando arroces en La Patacona. Entre arena y brisa, mantienen tradiciones como los manteles de tela y la cestita de pan que se acompaña de salsas de tomate y all i oli para untar antes de la comida.

Ofrecen hasta 27 tipos de arroces distintos, pescados y mariscos frescos, con delicias como el sepionet, el calamar fresco entero con salsa verde al aceite de oliva, clóchinas de Valencia, o esgarraet amb moixama, la ensalada típica de pimiento rojo asado, bacalao en salazón, ajos y aceite de oliva.

En un antiguo caserón frente al mar con más de un siglo de existencia se encuentra Casa Patacona (Paseo Marítimo de la Patacona, 14). Se reinauguró en 2013 de la mano de Vicente Barberá y Miguel Portero y cuenta con balconada frente a la playa, comedores interiores y un amplio jardín interior.

Entre sus platos destacan entrantes que honran a la huerta valenciana, con especial protagonismo al tomate (en temporada), absolutamente delicioso. Frituras de pescado, calamares, tellinas o sepias entre otras propuestas marineras conviven con sus paellas, como la valenciana, la de verduras o el arroz del senyoret, pero también fideuá negra y arroces melosos, entre los que triunfan el de bogavante y el de enjundia con pato y setas.

Foto: Casa Patacona.

También es un buen lugar para dar rienda suelta a la deliciosa costumbre valenciana del esmorzaret, el pantagruélico almuerzo que aquí se resuelve con chivitos, brascadas, blanco y negro (morcilla, longaniza y pimientos asados), calamar o puntillas rebozadas, tortillas de patatas o almussafes (sobrasada, cebolla caramelizada y queso brie). Y luego, rodando a la toalla.

Bonus track: la mejor paella de Valencia

A apenas unos pasos de los anteriores, aunque ya en La Malvarrosa, no podemos resistirnos a mencionar Casa Carmela porque es, seguramente, uno de los mejores lugares de Valencia para disfrutar de una auténtica paella cocinada con leña de naranjo.

Junto a la casa en la que residió el escritor Vicente Blasco Ibáñez, son ya cuatro las generaciones que desde 1922 regentan este local, que comenzó siendo una humilde barraca y hoy es un restaurante de amplios salones decorados con coloridos azulejos y maderas claras.

Defensor de los productos del mar y la huerta, Casa Carmela trabaja solo con pescados y marisco fresco que llegan directamente de la lonja: gamba de Dénia, langosta de playa, almejas de carril, clóchina valenciana o tellina de playa. El pollo, el conejo y el pato de sus paellas lo sigue sirviendo el proveedor de toda la vida del Huerto de Vera y tanto el garrofó como la ferradura (judía blanca y judía verde) que son variedades autóctonas.

a.
Ahora en portada