La historia de la vida hogareña, contada por los electrodomésticos
La exposición ‘La mecanización de la casa’, que se presenta en Zaragoza, recorre la evolución en el diseño de los electrodomésticos desde principios del siglo XX

Los electrodomésticos permiten conocer cómo se vivía en los hogares décadas atrás. Foto Miguel G. García
Ya sea por la obsolescencia programada o porque rápidamente son reemplazados por el afán consumista, los electrodomésticos tienen una vida útil cada vez más breve.
Pero algunos ejemplares, que han sobrevivido por años en algún depósito o en una colección particular, son excelentes vehículos para contar cómo era la vida doméstica generaciones anteriores.
Esa es la idea de la exposición La mecanización de la casa. Una historia de diseño, que hasta el 9 de enero se puede ver en el Centro de Historias de Zaragoza.
Los electrodomésticos expuestos pertenecen a la Colección Alfaro Hofmann, que se dedica a la divulgación de la cultura del objeto cotidiano, y que posee un patrimonio de 6.000 piezas.
La historia doméstica en el siglo XX
La visita está organizada de manera cronológica, desde 1910 a 1990. En las salas se exponen batidoras, lavadoras, frigoríficos, hervidores, tostadores, planchas y tocadiscos, que permiten ver cómo se podía vivir en ciudades y pueblos cuando todavía no había llegado la electricidad, y recordar aquellos electrodomésticos que hasta hace pocos años se encontraban en cualquier cocina o sala en España.
Entre 1910 y 1940 las piezas pueden parecer poco agraciadas, por la escasa preocupación por el diseño
La primera sala se centra en los artículos usados entre 1910 y 1940, que se caracterizan por su tosquedad porque no había una preocupación por el diseño y la estética.
Entre los 50 y los 60 se percibe un salto en ese concepto, como se demuestra en la segunda sala. De hecho, la preocupación por el diseño ya llegó a un punto donde se pueden ver extravagancias como el incómodo teléfono Ericofon de 1954, pero también logrados productos como el tocadiscos portátil Phono Boy de Grundig de 1968.
Ya en la tercera sala se entra en la era del plástico entre los años 70 y 90, el material por excelencia en los objetos que facilitaban la vida doméstica.
Recreación de la vida familiar
La muestra no se limita a la exposición de electrodomésticos en vitrinas, sino que también han recreado cocinas, dormitorios y salas para que el visitante sepa cuál era la función de cada objeto en la casa.
La publicidad de los electrodomésticos, en vez de liberar a la mujer, la reforzó en su papel de responsable de la vida hogareña
Además una serie de pantallas exhiben publicidades de electrodomésticos de diferentes décadas. Como se ve en estos anuncios y en los carteles que decoran los espacios, la mujer era la protagonista exclusiva para venderlos.
“Estos aparatos supusieron una mejora tecnológica, pero no sirvieron para liberar a las mujeres de su papel doméstico, sino más bien lo reforzaron. La división sexual del trabajo en el hogar no fue prácticamente modificada”, indican los organizadores de la exposición.