La ruta de los cómics de Bruselas cumple 30 años
Desde hace tres décadas Bruselas homenajea a los grandes ilustradores de su país y otras tierras con 60 murales de gran formato

Lucky Luke y los hermanos Dalton. Foto Linda de Volder Flickr
Hace 30 años a un concejal de Bruselas se le ocurrió una genial idea para promover la cultura del país y de paso evitar el vandalismo: crear un gigantesco mural en homenaje a un cómic.
El autor fue Michel Van Roye, quien en 1991 estaba preocupado por la fea imagen que quedaba de las calles de la ciudad cuando se retiraron varias lonas publicitarias de las fachadas laterales de los edificios.
El primer mural
En la Rue du Marché au Charbon 41 se realizó un mural de gran formato de Brousaille y su novia caminando por las calles de la ciudad, un personaje creado por Frank Pé.
Actualmente hay 60 murales en Bruselas, que permiten recorrer la ciudad más allá de sus atractivos turísticos tradicionales
Los vecinos quedaron tan agradecidos por esta idea que pidieron más. Y a lo largo de los años se fueron tapizando varias paredes, hasta un total de 60, que en la actualidad conforman un atractivo turístico de gran importancia para la capital de Bélgica.
La meca del cómic
Cabe aclarar que este país, junto con Francia, se consideran como las mecas del cómic en Europa, y con pocas dudas cabría decir del mundo.
A grandes rasgos se pueden distinguir tres etapas en la producción de viñetas y novelas gráficas: la primera era la que abrió camino Hergé con Tintín en 1929 seguido por Spirou en 1938; de un contenido más adulto.
La segunda acompañó a la reconstrucción del país tras la Segunda Guerra, cuando surgieron personajes como Lucky Luke (1946) y Los Pitufos (1959).
Y la tercera se remonta a los años ’70, en que los cómics extienden sus fronteras con la incorporación de personajes femeninos como Yoko Tsuno, o de características más oscuras como Thorgal.
Expandir el turismo
Bruselas tiene una rica tradición en arte urbano. Pero para evitar que el gamberro de turno arruine alguno de los elaborados murales con sus tags, cada obra de gran formato se realiza con una pintura especial que permite, en caso de vandalismo, recuperar su estética sin grandes esfuerzos.
Otra de las ventajas de la ruta de los cómics es que el descubrimiento de los murales lleva a caminar más allá del centro histórico y los barrios más turísticos.
En las oficinas de turismo se venden unos planos por 2,5 euros, aunque también hay posibilidad de descargar un mapa interactivo para el móvil y realizar los recorridos gracias a las indicaciones de Google Maps.
El descubrimiento de cada mural es como una gincana: algunos se revelan en todo su esplendor, pero otros obligan a buscar el techo de un pasaje o entrada al metro, encontrar un mejor ángulo o subir la cabeza entre los bloques de viviendas para divisar un despliegue de color.
Tintín no podía faltar
El personaje más reiterado, como cabe esperar, es Tintín, que cuenta con cinco murales en la ciudad.
El más famoso es el inspirado en el libro El asunto Tornasol, en el que se ve al periodista y su perro Milú huyendo con el capitán Haddock por una escalera de incendios; que se puede ver en la Rue de l’Etuve 35.
Uno de los murales más grande es la serie de cuatro obras que recuerda al Corto Maltés
Otra pintura célebre es la que homenajea a Corto Maltés, el aventurero creado por Hugo Pratt, que se presenta en una serie de cuatro murales de 80 metros a lo largo del canal Quai des Péniches.
Los Pitufos y Astérix
Los Pitufos, uno de los personajes de la factoría belga más famosos, tienen un mural de 206 metros cuadrados en el techo de un pasaje en Infante Isabellastraat, a pasos de la Estación Central, que está lleno de guiños a la cultura de país, con referencias a las patatas fritas, las alfombras de flores, el Atomium y el desfile medieval del Ommegang.
Astérix y Obélix son franceses, pero por estética y argumento se enmarcan en la tradición del cómic de Bélgica.
Bruselas los homenajea en un divertido mural de la Rue de la Buanderie 33-35, donde casi todos los personajes de la aldea gala se lanzan como un aluvión contra un campamento de legionarios romanos.
Otros murales a tener en cuenta
El Mannekin Pis, la estatua más famosa de Bruselas (a pesar de su dudoso gusto estético) es homenajeada por Cubitus (Copito en España), el gigantesco y hablador perro blanco creado por el historietista Dupa.
Y cerramos con una de las obras más originales en cuanto a su composición, la de la detective Caroline Baldwin, de André Taymans.
En la Rue de la Poudrière las ventanas tapiadas de un bloque que estaba abandonado sirven de marco para ilustrar una docena de viñetas de Baldwin, en un bonito despliegue cromáticos de tonos azules y negros.