De parque de atracciones a reserva marina: MSC Cruceros reinventa el concepto de isla privada

En Las Bahamas, MSC Cruceros ha recuperado una antigua cantera de arena industrial para crear Ocean Cay, un paraíso que es a la vez reserva marina y espacio de investigación y regeneración de corales

Ocean Cay MSC Marine Reserve. Foto: MSC Cruceros.

Aguas turquesas y playas vírgenes, una suave brisa que ondula las palmeras y un sol perezoso que acaricia la piel, cócteles exóticos y foodtrucks con comida bahameña, champagne y ostras, snorkel entre corales y fiestas descalzos al anochecer. En algún lugar de Islas Bimini, refugio de Ernest Hemingway y posible hogar de la ciudad perdida de la Atlántida, encontramos un diminuto paraíso con el nombre de Ocean Cay.

Aunque aparece en los mapas (25.4209°N 79.2055°W son sus coordenadas), este pequeño pedazo de tierra, en el distrito más occidental de Las Bahamas y a unos 100 km de Miami, es también la isla privada de MSC Cruceros, incluida como destino en sus itinerarios por el Caribe que salen desde PortMiami y Puerto Cañaveral.

Que nadie espere encontrar toboganes y piscinas de olas, como es frecuente en estos edenes que las compañías de cruceros poseen en la zona. Ocean Cay MSC Marine Reserve, que comenzó a recibir viajeros en diciembre de 2019, es el ‘menos es más’ hecho destino.

La isla fue durante décadas una cantera de extracción de arena. Foto: MSC Cruceros.

Tanto es así que, lejos de ser un espacio recreativo se ha convertido en una auténtica reserva marina que ha implicado a decenas de científicos, biólogos y otros especialistas en su regeneración.

Fue necesario retirar 7.500 toneladas de metales y rocas y plantar 75.000 árboles y arbustos de 60 especies diferentes para que Ocean Cay dejase de ser una cantera arrasada

Ocean Cay MSC Marine Reserve

Y es que hace menos de una década, el cayo, uno de los centenares de islotes deshabitados de Islas Bimini, tenía un aspecto muy diferente. Empleado desde finales de la década de los sesenta del siglo pasado como lugar de extracción de arena con fines industriales, fue finalmente abandonado y languidecía entre rocas y chatarra. Hasta que en 2015 MSC Cruceros puso sus ojos en él.

El faro, al que se puede subir, sirve de lienzo de un espectáculo nocturno de luz. Foto: Mar Nuevo.

Fue necesario retirar 7.500 toneladas de metales y rocas y plantar 75.000 árboles y arbustos de 60 especies diferentes para que el lugar dejase de ser una cantera arrasada. También los fondos marinos habían sido devastados por la actividad industrial, causando la desaparición de corales y de todo tipo de fauna marina.

Sin embargo, alrededor se extendían 64 millas (165 km2) de aguas protegidas y muchas posibilidades.

«Concienciar a la población sobre el peligro de la destrucción de hábitats es tanto o más importante que regenerar corales»

Marina Anselme

Siete años después, cuando se pisa su finísima arena blanca, se puede constatar que la transformación es un hecho: tras monitorizar decenas de puntos alrededor de la isla, evaluar 816 colonias de coral e identificar 88 especies de peces se implementó el programa Super Coral para trabajar específicamente en los arrecifes. Y la naturaleza hizo el resto.

Arrecifes de coral, el corazón del proyecto

“Aun cuando el coral ocupa un 1% de la superficie de nuestros océanos es fuente de vida para más del 25% de las especies del mar”. O, lo que es lo mismo, cuando hay coral, hay vida alrededor, explica a Tendenciashoy la secretaria general de la Fundación MSC, Marina Anselme.

Como fuente de vida marina y generadores de oxígeno, “cualquier proceso de extinción de corales es un proceso de extinción de la vida marina”.

Es por eso que el empeño de la Fundación va mucho más allá de devolver la belleza a los fondos marinos: “es recuperar y garantizar la vida para muchas especies, pero también evitar la erosión de las costas y, por ende, garantizar la vida de muchas personas”, recalca Anselme.

Ocean Cay MSC Marine Reserve. Foto: Mar Nuevo.

“Trabajando en la salud de los corales se genera un impacto multiplicador, tanto para la salud de los océanos como para la protección de las poblaciones y la vida en la costa, así como sus medios de subsistencia como, por ejemplo, la pesca”.

Para recuperar el coral se sigue trabajando con científicos y se suscriben acuerdos con universidades, entre ellas la Universidad de Miami y la de Nova Southeastern. También se alientan investigaciones aplicadas que buscan identificar amenazas y mitigar riesgos en torno a Ocean Cay MSC Marine Reserve.

Aprender disfrutando

La educación es otra parte vital del proyecto. Concienciar es tanto o más importante que regenerar corales, explica la experta. Y la isla es clave para ellos. Solo en MSC Cruceros, 500.000 pasajeros serán sensibilizados anualmente sobre la necesidad de la conservación de los fondos marinos, incluidos niños, para los que se han diseñado todo tipo de proyectos lúdicos.

Se ha construido el mínimo de infraestructura para respetar el entorno de la isla. Foto: Mar Nuevo.

En MSC Cruceros, 500.000 pasajeros serán sensibilizados anualmente sobre la necesidad de la conservación de los fondos marinos, incluidos niños

En la isla se está construyendo también un Centro de Conservación Marina que, además de albergar a investigadores y científicos involucrados en las tareas de investigación y conservación de coral, será un espacio educativo abierto a todos los viajeros, que podrán comprobar in situ la importancia de los corales y la recuperación de la vida marina.

“Aterrizar lo abstracto es la mejor –o quizás la única– manera de sensibilizar y de comprometer”, apunta Anselme. “Por mucho que nos hablen de corales, si no los vemos en el mar, si no constatamos la catástrofe que supone su destrucción, no servirá de nada”.

Acropora cervicornis y Acropora palmata son los nombres de los corales que se están reintroduciendo, aproximadamente 25.000 en los últimos cinco años. En la isla también pueden encontrarse especies conocidas como lechuga coral (Agáricia agaricitas), el coral de la colina de la mostaza (Porites astreoides) y el coral estrella masiva (Siderastrea), variedades resistentes a los cambios de temperatura y sedimentación extrema.

Ocean Cay MSC Marine Reserve. Foto: Mar Nuevo.

El trabajo continúa mucho más allá de la isla y el centro: “además del compromiso de MSC Cruceros con la puesta en marcha de barcos mucho más limpios y que limiten el daño potencial que se pueda hacer a la naturaleza, que es un compromiso corporativo, tendremos nuevos espacios para la Fundación en los que informar, sensibilizar y amplificar la labor”, pero también “plantear debates y sembrar semillas para que cada uno piense qué puede hacer en su vida diaria para reducir el impacto que nuestra vida, la de cada uno, tiene sobre el medioambiente”.

Qué hacer en Ocean Cay

Paseando por Ocean Cay MSC Marine Reserve cuesta identificar el lugar plagado de amasijos de metal que hemos visto en fotografías unos minutos antes. En sus 8 playas de arena blanca y finísima florece la vida, más aún bajo sus aguas.

En Ocean Cay se puede hacer snorkel sobre los arrecifes de coral y pasear en motos acuáticas, darse un masaje, disfrutar de una deliciosa comida o, simplemente, enamorarse de una puesta de sol o un cielo estrellado

Una laguna central, una balsa de agua de brillantes tonos de azul, hace las veces de piscina. Varias parejas se relajan en las lujosas cabañas y, más allá, otros se afanan sobre tablas de paddle surf. En otro punto, varios reciben relajantes masajes en un idílico spa.

Foto: MSC Cruceros.

Se puede hacer snorkel sobre los arrecifes de coral y pasear en motos acuáticas, pero también explorar los fondos con barcos con fondo de cristal o, simplemente, enamorarse de una puesta de sol o un cielo estrellado.

El faro, en un extremo de Ocean Cay, ofrece vistas increíbles de los alrededores y, al caer la noche, es el perfecto escenario de un espectáculo de luz.

También el atardecer (se puede subir al barco hasta bien pasada la medianoche así como subir y bajar cuantas veces se desee mientras está atracado) es el momento de disfrutar de un desfile tradicional de Junkanoo de las Bahamas o una fiesta en la playa con Djs.

Los diferentes bares y restaurantes -todo se sirve, claro, sin plásticos de un solo uso-, la heladería, las tienditas en las que encontrar desde un recuerdo a una joya elaborada con piedras naturales, artesanías, esponjas, velas aromáticas o cremas solares sin residuos que dañen el ecosistema completan la oferta de un pequeño paraíso que es mucho, muchísimo más que un resort de playa.

a.
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