La ANC dinamita a Junts pel Sí

ERC y CUP están encantadas con su propuesta de referéndum de independencia, pero Convergència la considera precipitada, no comparte su análisis de la situación política y no le convence el programa de movilizaciones previsto para el próximo 11 de septiembre

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Una vez roto el pacto de estabilidad y abortados los presupuestos, la CUP propuso la convocatoria de un referéndum unilateral de independencia, conocido por las siglas RUI, y poco después la Asamblea Nacional Catalana (ANC) planteó un referéndum vinculante de independencia, el llamado RVI. El contenido de estas sopas de letras viene a ser lo mismo: un plebiscito no autorizado por el Estado. No obstante, la propuesta de la CUP ha generado escasa controversia dentro de Junts pel Sí, todo lo contrario que el planteamiento de la ANC, que ha dividido la formación que apoya al gobierno de Carles Puigdemont.

No es lo mismo que el referéndum lo plantee la CUP, que lo haga la ANC, una organización independentista transversal, organizadora de las multitudinarias manifestaciones del 11 de Septiembre, que fue capaz de forzar que Esquerra Republicana y Convergència concurrieran juntas en las elecciones del 27-S bajo el paraguas de Junts pel Sí.

Este lunes se comunicará a los socios de la ANC como se hará la consulta interna

La ANC consultará a sus bases si reclama al gobierno catalán que convoque el referéndum. Un portavoz de la Asamblea confirma a Economía Digital que este fin de semana están puliendo los detalles de la consulta interna y que, este mismo lunes, se comunicará a todos los socios por correo electrónico como se efectuará la votación, que será presencial y por vía telemática. Nadie pone en duda que en esta votación interna la victoria del «sí» será abrumadora.

No obstante, la propuesta del referéndum –unilateral, vinculante o cómo se le prefiera llamar– está creando una división dentro del bloque independentista. Por un lado, la ANC, la CUP y ERC se muestran encantadas con tal planteamiento y, por otro, Convergència lo considera precipitado, inadecuado en estos momentos.

La propuesta de la ANC también genera división dentro de Convergència

Incluso, la propuesta de referéndum crea división dentro de la misma Convergència. Mientras Francesc Homs, su cartel electoral para el 26-J, marca distancias con la ANC –»cada vez los entiendo menos», ha dicho en campaña– y con el referéndum –»han hecho el chiste, seguramente mágico, de pedir lo que ahora llaman un RUI, por siglas que no quede» –, el presidente Carles Puigdemont no lo descarta.

En una entrevista radiofónica, a una pregunta de Pilar Rahola, Puigdemont dijo literalmente que el referéndum que propone la ANC «es una posibilidad».

Homs y Puigdemont tienen objetivos distintos

En realidad, Homs y Puigdemont miran hacía horizontes distintos: el primero, a las generales del 26 de junio y, el segundo, a la cuestión de confianza a la que se someterá en el parlamento catalán a finales de septiembre.

Homs necesita atraer el voto moderado, incluso se ha dirigido a los antiguos votantes de Unió que no quisieron saber nada de aventuras independentistas. En cambio, Puigdemont sigue prisionero de la CUP. Su continuidad como presidente depende de los partidarios del referéndum.

Curiosamente, algunos articulistas próximos a la órbita convergente y soberanista –como Francesc-Marc Álvaro, Marçal Sintes o Héctor López Bofill– advierten de los peligros de lanzarse a un referéndum en estos momentos. Uno de los argumentos es que a los independentistas les falta músculo para imponerse en un plebiscito.

Discrepancias sobre la hoja de ruta

La dirección de Convergència mantiene un enfrentamiento soterrado con la ANC. No les ha gustado que les lancen ahora su propuesta de referéndum ni el análisis que hacen de la situación política catalana. En un comunicado, la Asamblea subraya que la «hoja de ruta» surgida de las elecciones del 27-S está manifiestamente «erosionada» después del fracaso de los presupuestos. No obstante, la consejera convergente Neus Munté, considerada como la voz de Artur Mas, no se cansa de repetir que siguen adelante con la hoja de ruta prevista.

En las elecciones del pasado mayo para elegir al nuevo secretariado de la ANC, los convergentes apoyaron a Jordi Sánchez, que sigue como presidente, pese a que nunca lo han considerado uno de los suyos. No obstante, fuentes convergentes explican que su «problema» con la ANC no es con Sánchez, sino con algunos de los presidentes de comisión, especialmente con Josep Sabaté, que se encarga de las movilizaciones.

La Diada tendrá cinco ciudades sede, ninguna con alcalde convergente

Estas fuentes califican de «chapucero» el programa previsto para la Diada de este año, con cinco actos descentralizados, que se harán en Barcelona, Tarragona, Lleida, Salt y Berga. En ninguna de estas ciudades gobierna Convergència, pese a ser la primera fuerza municipal de Cataluña. Un dirigente de CDC señala que han incluido todas las capitales provinciales excepto Girona, que tiene alcaldesa convergente, y en su lugar han designado la vecina Salt, con alcalde republicano.

El programa de la Diada se aprobará definitivamente a principios de julio. La próxima semana se decidirá si Josep Sabaté, uno de los críticos de Sánchez, sigue al frente de la comisión de movilizaciones. Las fuentes de la ANC consultadas apuntan a su continuidad.

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