Jaén revive el sector de la automoción en el Parque Santana: generará 170 nuevos empleos
Desde 2021, la Junta ha desplegado un plan de reindustrialización del parque con una primera partida de 6,3 millones de euros para adecuar naves, infraestructuras y servicios
Coches estacionados. Ricardo Rubio / Europa Press
El regreso del ensamblaje de vehículos a Linares supone un giro histórico para una comarca que llevaba más de una década marcada por el cierre de Santana Motor y por una de las tasas de paro más altas de España.
El proyecto impulsado por el Gobierno andaluz y presentado por Juanma Moreno pretende convertir el Parque Empresarial Santana en un polo de automoción sostenible, combinando inversión pública, capital privado y acuerdos internacionales con fabricantes asiáticos.
La Junta de Andalucía ha culminado el proceso de reindustrialización del Parque Empresarial Santana, clausurado en 2011, con la puesta en marcha de una nueva planta de ensamblaje de vehículos que opera bajo la marca Santana Factory.
En estas instalaciones se montarán en serie los modelos Santana 400 D (diésel tipo pick up) y Santana 400 PHEV, un híbrido enchufable, elegidos por las firmas Coronet Motors, Zhengzhou Nissan y la propia Santana Motors como punta de lanza de su expansión en Europa.
El proyecto prevé que la cadena de montaje esté plenamente operativa a comienzos de 2026, con una capacidad inicial para ensamblar hasta 5.000 vehículos al año en el formato SKD (vehículos semi‑desmontados que se completan en la planta).
Entre 2026 y 2028, los distintos modelos se irán introduciendo de forma progresiva, con vocación de ampliar gama y volumen según responda el mercado europeo de todoterrenos y vehículos comerciales ligeros.
La reapertura de Santana tiene un fuerte componente simbólico. Durante décadas, la factoría de Linares llegó a fabricar Land Rover, Suzuki e Iveco, y fue considerada la capital del motor del sur de España antes de su cierre definitivo.
Ahora, el Gobierno andaluz reivindica este relanzamiento como uno de los momentos “más felices de la historia reciente de Linares” y como prueba de que la ciudad puede volver a ser una referencia industrial ligada a la automoción.
De símbolo de desindustrialización a ‘motor city’ renacida con empleo
El cierre de Santana Motor en 2011 dejó una herida profunda en Linares y su entorno. Se perdieron en torno a 3.000 empleos directos e indirectos, y la ciudad pasó de ser un referente industrial a encabezar los ránkings de desempleo.
La tasa llegó a situarse en torno al 30%, con casi 8.000 parados en un municipio de poco más de 57.000 habitantes. Entre 2011 y 2020, Linares perdió además varios miles de vecinos, muchos de ellos jóvenes cualificados que se vieron obligados a emigrar.
El anterior intento de rescate, tras la marcha de Suzuki en los años noventa, supuso un fuerte coste para las arcas públicas: se calcula que la Junta de Andalucía llegó a invertir unos 600 millones de euros en la etapa de Santana nacionalizada, sin lograr consolidar un proyecto industrial viable a largo plazo.
Ese fracaso convirtió a la planta en un símbolo de la mala gestión de la política industrial y del riesgo de las nacionalizaciones sin un plan sólido de mercado.
En esta ocasión, el enfoque es diferente. Desde 2021, la Junta ha desplegado un plan de reindustrialización del parque con una primera partida de 6,3 millones de euros para adecuar naves, infraestructuras y servicios, a la que se sumó en 2024 otra inyección de 9 millones.
En total, más de 15 millones de inversión pública orientada a hacer atractivo el recinto a empresas privadas, mediante la cesión de activos al Ayuntamiento de Linares y la adaptación de los suelos a los requisitos de la nueva industria.