El último debate antes del 19J: ¿quién se juega más esta noche?

El segundo y último cara a cara entre los candidatos plantea dos incógnitas: cómo será la reaparición de Olona y si Espadas se elevará como alternativa a Moreno, aferrado a su perfil institucional

Los candidatos a la Presidencia de la Junta de Andalucía, minutos antes del debate.

Los candidatos a la presidencia de la Junta de Andalucía junto a los conductores del primer debate de campaña, organizado por RTVE. Julio Muñoz/EFE

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Del primer debate, celebrado hace una semana en TVE, Juan Manuel Moreno salió indemne gracias a una estrategia basada fundamentalmente en una ensayada escenificación del perfil institucional y centrista con el que el presidente de la Junta de Andalucía ha hecho fortuna a lo largo de la legislatura.

A siete días de que se abran las urnas, y habiéndose conocido por la mañana el resultado del último sondeo del CIS de Tezanos para estas elecciones (el primero daba como claro ganador al PP pero necesitado de la muleta de VOX para gobernar) y múltiples encuestas, está por ver si en esta segunda y última entrega de los debates electorales, que se celebrará a partir de las 21.30 en Canal Sur, el planteamiento de evitar el cuerpo a cuerpo con el resto de candidatos le sigue funcionando a quien tiene ante sí el reto de mantener el Gobierno de la Junta de Andalucía cuatro años más.

Por el contrario, puede que la tibieza con la que Moreno afrontó el primer debate ya no funcione esta noche. Entre otras cosas porque este fin de semana, todos los candidatos, a derecha e izquierda, han recibido el respaldo explícito de sus líderes nacionales y acentuado la crítica en sus discursos, en una clara muestra de que los resultados del 19j abren un nuevo ciclo electoral en el que PSOE y PP se miden frente a frente, un nuevo ciclo que determinará, también, qué papel tendrá Vox en las instituciones. Es decir, si Andalucía, la primera comunidad en la que se estrenó en un Parlamento, será también la primera en pinchar el globo de su éxito.

En efecto, los candidatos llegan esta noche tras un maratón de claro tinte nacional: gira de Feijóo por varias ciudades andaluzas, mitin en Málaga de Pedro Sánchez, por otra parte la jornada más álgida de Juan Espadas en lo que lleva de campaña, multitudinarios actos de Yolanda Díaz, a su vez calentando motores para su proyecto de reunificación de la izquierda, esforzados encuentros de Inés Arrimadas, junto a Juan Marín, para evitar el naufragio de Ciudadanos y, por último, el broche internacional que anoche puso a este enloquecido fin de semana de campaña Santiago Abascal en Marbella. El líder de Vox exhibió sintonía junto a Giorgia Meloni, ex ministra de Berlusconni, admiradora de Orban y Trump y espejo, aquí, de una Macarena Olona que prácticamente se ha borrado de la campaña tras su sobreactuada participación en el debate de hace una semana, donde fue, con diferencia, la más dura con el candidato del PP dejando en el aire una pregunta aún sin resolver: ¿a qué juega Vox estas elecciones?

Sin tiempo que perder: menos datos, más ideología

En todos estos actos del fin de semana, los partidos han exhibido el músculo de la militancia y, sobre todo, ha servido para que los candidatos afilen mensajes. A estas alturas de partido, más que promesas de gestión o una sucesión de datos inconexos, que aburre y satura, el de esta noche será un debate con mucho contenido ideológico, que trate de captar la atención del 35% de indecisos que, a la luz de los barómetros y sondeos, son los que van a decantar estas elecciones. 

Juan Marín tiene la tarea de hacer una actuación, al menos, tan notable como la de hace una semana; Juan Espadas debe articular un discurso lo suficientemente solvente y atractivo como ser creído como alternativa a un gobierno que, según la encuesta de DYM para las cabeceras de Grupo Joly, es respaldado por 7 de cada 10 andaluces. Si bien esa tarea puede parecer titánica, lo mínimo es no empeorar los resultados obtenidos por Susana Díaz en 2018, porque lo contario abriría en el seno del PSOE, aficionado a purgar sus heridas en directo, una nuevo cuestionamiento del liderazgo del partido que ha gobernado la comunidad 37 años.

La izquierda a la izquierda, con toda seguridad, repetirá la estrategia del primer día: es decir, un pacto de no agresión entre marcas -Por Andalucía y Adelante Andalucía – y coincidencia en los mensajes contra el Gobierno de Moreno. Teresa Rodríguez, hábil en los formatos televisivos, seguirá fiel a su estilo y a encararse con Olona; Inma Nieto, respaldada estos días por Yolanda Díaz con la que ha estrechado vínculos, aprovechará la percha para amarrar a los votantes ilusionados con lo que sea que vaya a ser lo que propone la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en la plataforma Sumar+.

Pero sobre todo, en su minuto final los candidatos apelaran a la movilización, a que los andaluces ejerzan sus derecho al voto en estas elecciones autonómicas en la que unos 6,5 millones de electores están llamados a las urnas, toda vez que el verdadero enemigo de estas elecciones no estará en el plató de Canal Sur, en el que los periodistas Blanca Rodríguez y Fernando García conducirán el debate conductores, sino en los termómetros.

El dato del voto por correo, 180.000 solicitudes, prácticamente el doble que en 2018, podría interpretarse como un mayor interés del electorado por estos comicios. Sin embargo, todo parece indicar que significa que al menos 180.000 personas han querido asegurar su voto antes de marcharse el fin de semana a las playas. Quienes no hayan solicitado el voto por correo y estuvieran en ese 35% de indecisos, seguramente, conformen el alto porcentaje de abstencionistas que sobrevuela estas elecciones.

En 2018, hubo un 41% de abstención, entonces, el argumento generalizado fue que mayormente eran votantes de izquierdas, desencantados con el proyecto político que representaba Susana Díaz. Ahora, la excusa es que estas elecciones no son tan importantes como para sacrificar un domingo playero, en una comunidad que este fin de semana ha visto como el mercurio subía en algunas capitales a los 43 grados. Históricamente, se ha leído siempre que la abstención beneficia a la derecha y penaliza a los partidos de izquierdas. La alta fragmentación de la oferta política y el hecho de que hay hasta un 10% de los electores que se deciden por una papeleta u otra en el mismo colegio electoral hace poco fiable esas lecturas abstebcionistas del pasado.

¿Serán capaces los candidatos de explicar esta noche por qué hay que ir a votar el próximo domingo? Moreno no ha hecho otra cosa que repetir el mismo mensaje a lo largo del fin de semana: “Días de playa hay muchos, pero para votar sólo hay uno”.

El próximo domingo veremos si hay más cola en los colegios electorales que en los chiringuitos.  

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