El estilo nórdico: la decoración de interiores de moda que compite con el minimalismo

El estilo nórdico cuenta con muchas similitudes pero también alguna diferencia respecto al minimalista

Foto: Pexels.

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Aunque pueda no parecerlo en primera instancia, la decoración de interiores entraña más secretos y aspectos de los que podría parecer en un primer momento. No solo por la enorme cantidad de elementos decorativos entre los que podemos elegir para decorar cualquier estancia de nuestra casa, sino también por la gran variedad de estilos decorativos con los que podemos toparnos.

Unos estilos decorativos que se adaptan en todo momento a los gustos y necesidades de cada persona concreta. Y si bien estos estilos se cuentan por decenas, lo cierto es que hay algunos que cuentan con más seguidores que otros. Sin ir más lejos, el estilo minimalista, del que ya hablamos en su momento, es uno de los más buscados en cualquier rincón del mundo.

Un estilo que sigue la doctrina de que menos es más, y se caracteriza por un estilo sencillo pero efectivo. En este sentido, y teniendo en cuenta de que las tendencias decorativas son muy variables y están sujetas a todo tipo de modas, a lo largo de los últimos tiempos ha aparecido un estilo que ha llegado para competir con el minimalista: el estilo nórdico.

Los secretos que esconde el estilo decorativo de moda en Europa

Un estilo que ha cosechado un gran éxito en todos los países de Europa, y que tiene muchos puntos en común con el estilo minimalista, pero algunas diferencias sustanciales que establecer una clara línea entre uno y otro. Y hoy te contaremos sus secretos, sus semejanzas y sus diferencias.

Dentro de los muchos aspectos que caracterizan este estilo escandinavo, hay uno que destaca por encima del resto: el uso de formas suaves y rectilíneas. Un hecho que se asemeja en gran medida al minimalismo, y que busca economizar al máximo el espacio, y crear un ambiente elegante a la par que funcional, sacando el máximo provecho a cada espacio de nuestro hogar.

Precisamente es esta sencillez el aspecto más relevante de este estilo, que deja a un lado todos aquellos elementos decorativos que no cumplan ninguna función, dando vida a un espacio caracterizado por un espacio visualmente muy limpio, conformado por todos aquellos elementos decorativos pensados para cumplir un papel en nuestro día a día.

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El segundo aspecto más importante de este estilo decorativo es la iluminación. Una iluminación que deja de lado todas aquellas fuentes artificiales, que brindan a nuestro hogar un sinfín de colores cálidos o fríos, para apostar en su lugar por la luz natural, que juega un papel fundamental dentro de este estilo decorativo.

Para conseguirlo, es habitual que cualquier estancia con un estilo nórdico cuente con ventanas descubiertas, obviando la presencia de cortinas, estores o persianas, con el objetivo de que la luz solar penetre directamente en nuestro hogar, pasando entre los elementos decorativos rectilíneos y cubriendo de luz cada rincón de cada estancia.

Siguiendo con este punto encontramos otro aspecto en común con el aspecto minimalista, y es que, con el objetivo de obtener la mejor luminosidad posible, el blanco es el color ideal para cada estancia nórdica. No solo porque a nivel visual genera una sensación de elegancia y sobriedad, sino porque el reflejo sobre las paredes reflectará la luz a cada uno de los rincones de estos hogares. No obstante, a diferencia del minimalismo, en este estilo decorativo también se apuesta por otros tonos neutro, como pueden ser los grises, el azul cielo, el rosa palo…

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En este punto, llegamos a su principal diferencia respecto al estilo industrial. Y es que la inspiración natural juega un papel fundamental en este estilo decorativo, complementándose con la sobriedad de la decoración blanca y de líneas sencillas. Elementos como la madera son muy habituales, debido a la naturalidad y la sensación de confort que generan, sin llegar a ser visualmente muy recargado.

No obstante, la madera no es el único elemento natural que hace acto de presencia en este estilo, ya que la piedra también es un recurso muy común a la hora de conformar cualquier estancia. Sin ir más lejos, es habitual ver en hogares de este estilo paredes con ladrillo a la vista, ya sea de forma total o parcialmente, combinándose con el color blanco habitual propio de este estilo.

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