Carmena toca las narices a Botín con un proyecto inmobiliario

El Ayuntamiento de Madrid discrepa del excesivo uso residencial que Metrovacesa quiere dar a la rehabilitación de la antigua fábrica Clesa

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El Ayuntamiento de Madrid, presidido por Manuela Carmena, sigue mirando con lupa cualquier proyecto residencial de cierto empaque que se presente. En este sentido, José Manuel Calvo, el responsable municipal de Desarrollo Urbano Sostenible, está poniendo todo tipo de trabas para demorar el máximo tiempo posible el visto bueno a numerosas actuaciones.

Y ha conseguido tumbar la operación Chamartín planteada por Distrito Castellana Norte (DCN) –que ya ha recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, como también lo ha hecho la Comunidad de Madrid–, y mantiene empantanados varios proyectos de cooperativistas, en las que de cientos de socios han invertido millones de euros.

Y, ahora, el equipo de Calvo tampoco pretende facilitar las cosas a Metrovacesa, la inmobiliaria controlada por el Banco Santander, presidido por Ana Botín, con el proyecto de rehabilitación de la fábrica Clesa, sobre el que existe una previsión de inversión de 30 millones de euros.

Reguero de damnificados por el Ayuntamiento de Madrid

Participada mayoritariamente por el Banco Santander, con el 70,2% del capital, y en la que también están presentes el BBVA y el Popular, con el 20,5% y el 9,1%, respectivamente, Metrovacesa se une así al reguero de damnificados por la política urbanística del Ayuntamiento de Madrid, reticente a la expansión residencial de viviendas libres en la capital.

En este caso, a la inmobiliaria controlada por el Santander le ha ocurrido lo mismo que al BBVA en la operación Chamartín, que estuvo a punto de ver luz al ‘proyecto Clesa’ durante la pasada legislatura –con el Ayuntamiento presidido por la popular Ana Botella–, pero no fue posible. Y con el nuevo consistorio, las cosas no están yendo como se esperaba.

De la buena sintonía al ajuste del proyecto

Aunque, en principio, la sintonía entre el concejal Calvo y el director general de Metrovacesa, Carlos García León, parecía apuntar  a que la tramitación del proyecto no se demoraría en exceso, lo cierto es que, al final, desde el departamento de Calvo ya han comunicado que, tal y como está planteado, el proyecto no se puede aprobar y que se tiene que ajustar para un reparto más equitativo de los usos, reduciendo significativamente las 500 viviendas contempladas.

«Desde finales de 2015 tenemos los 14 informes técnicos aprobados, además 9 por la actual corporación, pero desde entonces no hemos visto avance alguno», comentan desde Metrovacesa. A la hora de tomar la decisión política, de aprobar el proyecto, el tema se ha parado.

Y en lugar de tirar hacia adelante, lo que comunicaba el Ayuntamiento a la inmobiliaria a finales de junio –en una reunión entre García León y Calvo– es que es necesario ajustar algunos aspectos, sin más especificaciones. A lo largo del próximo mes de septiembre, Metrovacesa confía en que se puedan definir esos ajustes para que el proyecto se reconduzca sin cambiar en exceso el proyecto original.

Hoteles, zonas comerciales y viviendas

Para llevar a cabo la reconversión de los terrenos de la antigua fábrica de lácteos Clesa, Madrid, que perteneció en su día al grupo Ruiz Mateos, Metrovacesa planteó llevar a cabo un complejo con hoteles, zonas comerciales y viviendas tras la demolición de las 16 naves industriales existentes.

Solo se conservarán las dos naves centrales, diseñadas por el arquitecto Alejandro de la Sota, como huella de la arquitectura industrial de los años 60 del pasado siglo.De esa manera, los iniciales 90.000 metros cuadrados edificables se quedarían en 70.000, quedando para uso residencial y el 40% restante para inmuebles terciarios.

Echando números, unas 500 viviendas nuevas, el 10% de carácter protegido, que habrá que ver en cuántas se quedan tras los ajustes solicitados por el Ayuntamiento.

El plan contempla la cesión a Renfe de 1.000 metros cuadrados para llevar a cabo la rehabilitación integral y ampliación de la estación Ramón y Cajal, principal infraestructura de acceso al hospital del mismo nombre.

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