Codorníu sacrifica el crecimiento para vender botellas más caras

La compañía cierra el ejercicio con una facturación que ronda los 230 millones y mira al futuro con un objetivo: subir los márgenes

Las cavas de Codorníu, en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona). ARCHIVO

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El decano del cava abandona tiempos difíciles. Codorníu aplicó el pasado mayo el primer Expediente de Regulación de Empleo (ERE) del sector a una setentena de empleados que golpeó la última cuenta de resultados. Así, cerró el ejercicio 2016-2017 con una facturación otra vez superior a los 230 millones, pero un cambio de estrategia: crecer menos pero con productos más caros.

La sociedad apostó a lo largo del último año por primar las marcas de mayor calidad y que otorguen un margen superior. De hecho, la compañía de la familia Raventós dejó de producir para marcas blancas como las de los supermercados Tesco y Sainsbury’s (Reino Unido) en abril. Tampoco espera tener que recurrir a nuevos ‘tijeretazos’ laborales.

Con la renovada orientación, el pasado año –cerrado en verano– la firma que dirige Javier Pagés volvió a rondar los 235 millones de euros que facturó la temporada 2015-2016. Cambio la procedencia de ingresos: del producto de supermercado se comienza a saltar hacia los cavas premium, una de las grandes esperanzas del sector.

Codorníu apuesta por el cava premium con la colección Ars Collecta

En esta línea, Codorníu presentó el miércoles la segunda añada de la colección Ars Collecta. Como explicó Cerodosbé, la selección de alta gama está formada por el Jaume Codorníu, el 457 y La Pleta, La Fideuera y El Tros, tres productos reconocidos como cavas de paraje calificado por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Sólo 15 espumosos en toda España cuentan con la distinción.

La apuesta por la calidad de la firma originaria de Sant Sadurní d’Anoia pero con sede en La Rioja –debido a la incertidumbre por las tensiones independentistas en Cataluña— no es exclusiva. En 2016, el Consell Regulador del Cava informó que se vendieron 245,1 millones de botellas. De estas, 29,4 millones obedecían a la denominación premium por lo que las ventas crecieron al ritmo del 2,3% hasta los 1.079 millones de euros.

En el primer semestre de 2017 se llegaron a comercializar 12,8 millones de botellas premium, el 19,2% más que en el mismo periodo del año anterior. El objetivo es que en el futuro signifiquen el 20% de las ventas del sector. Todavía queda un camino trecho.

La apuesta por la gama alta de Codorníu también se extiende a Bodegas Bilbaínas

La estrategia también se extiende a Bodegas Bilbaínas, la cotizada participada en un 93% por Codorníu responsable de los vinos Viña PomalLa Vicalanda y Viña Zaco. Es más, cerrará el año incluso con un descenso de las ventas unitarias a cambio de un incremento de los márgenes. La filial tiene un peso vital en las cuentas de la empresa: en el ejercicio 2015-2016, el último disponible, aportó unos beneficios de 2,65 millones de euros mientras que el grupo se conformó con unas ganancias de 68.000 euros.

Al resultado positivo también contribuyeron los viñedos del conglomerado en California (EEUU), que inyectaron 1,3 millones de euros. Seguirán en beneficios a pesar de verse afectados por los incendios que arrasaron el condado de Napa hace dos semanas. Al estar ya recogida la uva y debido al fuerte viento y el diseño de la finca, las afectaciones fueron menores. Sin embargo, sí obligó a detener las visitas turísticas, habituales en la zona.

En cambio, Codorníu SA, la sociedad que engloba la matriz y el negocio tradicional, registró unas pérdidas de 5,6 millones de euros. Debido al ERE, repitió el rojo en la cuenta de resultados de 2016-2017.

Carles Huguet

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