El Corte Inglés: estalla la crisis en uno de sus negocios clave

El Corte Inglés redefine la sección de moda femenina tras la caída de ventas por la implementación de Woman, la nueva marca para mujer

Un almacén de El Corte Inglés | EFE

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El Corte Inglés sabe que tiene un problema con la moda femenina. La cadena de grandes almacenes que a día de hoy preside Jesús Nuño de la Rosa –en las próximas semanas será sustituido por Marta Álvarez— no logra que la inversión acometida con la reorganización de marcas dé sus frutos, por lo que ya ha optado por la vía rápida y ha decidido aplicar cambios drásticos.

Según explican fuentes cercanas a la empresa, con la llegada de la nueva temporada las ventas caen de forma abrupta, una situación que ya vivió en el lanzamiento de la nueva marca Woman, el pasado mes de septiembre. Las cifras a las que tuvo acceso Economía Digital revelan un ligero crecimiento inferior al 0,5% durante el ejercicio 2018/2019.

Los datos no oficiales, y a falta de varios ajustes contables, reflejaban unas ventas de 1.179 millones de euros para la moda femenina, sólo cuatro millones más que en la temporada 2017/2018.

El caso es que la división de moda femenina no es un negocio cualquiera para El Corte Inglés. Es el negocio en el que la propia Marta Álvarez se implicó de primera mano. Quería que fuera su gran argumento a la hora de asaltar la presidencia, pero las cifras le quitan la razón.

De la mano de Jill Little, Marta Álvarez sacude la cúpula del departamento de moda femenina de El Corte Inglés

En lugar de asumir responsabilidades, optó por transformar la cúpula. Asesorado por la británica Jill Little, procedente de la cadena de tiendas de productos de alta gama John Lewis, decidió sacudir el departamento de compras. Para resucitarlo suena Elena Lazcanotegui, una ejecutiva procedente de la firma de moda Esprit.

Deberá dar la vuelta a Woman, «una buena idea mal ejecutada», coinciden todas las fuentes consultadas. La enseña nació para unificar todas las marcas de mujer que tenía El Corte Inglés, pero ya emergió con mal pie. La empresa diseñó un mobiliario nuevo para mostrar a los clientes la flamante firma.

Sin embargo, las estanterías sólo estuvieron disponibles durante unas pocas semanas en El Corte Inglés de Pozuelo (Madrid). En el resto, las camisetas y los vestidos tuvieron que mostrarse en los viejos armarios. Todo sin ningún tipo de cartelería que indique la existencia del nuevo producto.

De hecho, algunas tiendas tuvieron durante varios días las prendas en el almacén después de que Marta Álvarez viera el descontrol en su presentación. Pocas jornadas después, la ropa volvió a estar a la venta –también lo está por internet– a pesar de no estar presentada, como era la intención.

La moda de El Corte Inglés, en línea con el resto del retail

El grupo de distribución incrementó su cifra de negocios el 1,1% hasta los 15.783 millones en la temporada 2018/2019; un número que vinó impulsado por la división de viajes, pues los centros comerciales apenas ingresaron el 0,37% más. Los beneficios subieron el 28% hasta los 258,2 millones, también ayudados por el recorte de gastos.

El negocio de los centros comerciales se detuvo y apenas registró una subida del 0,37% hasta los 12.973 millones de euros. Como explicó Economía Digital al cierre del año fiscal –el 28 de febrero–, la atonía marcó casi la totalidad de las secciones. La de moda fue el gran ejemplo: es el principal músculo del grupo y se quedó prácticamente en las mismas cifras obtenidas en el ejercicio anterior.

No obstante, las cifras de ventas se salvaron gracias a Viajes El Corte Inglés, que elevó la facturación el 4,95% hasta los 2.721 millones y la división de seguros, que creció el 9,25% hasta los 199 millones.

Pero el gran argumento de la compañía para presumir de nuemeros fue el incremento de los márgenes en un 1,5% –sólo el 0,7% en los centros comerciales–. Además, la sociedad también logró recortar la deuda en 467 millones: cayó hasta los 3.367 millones de euros. La mayoría del importe procedió de la venta de la filial Óptica2000 por 78 millones de euros a Grandvision y las desinversiones inmobiliarias acometidas a lo largo del año.

Carles Huguet

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