El empresariado fija las líneas rojas a Puigdemont

Las patronales muestran su preocupación por la "inseguridad jurídica", mientras los partidos se reparten los nuevos cargos, con Junqueras como gran referencia en el campo económico

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«Hay líneas rojas».  La frase la repitieron varios miembros de la Junta Directiva de Foment del Treball, que se reunió este lunes, un día después de la investidura de Carles Puigdemont como nuevo presidente de la Generalitat. Y hacen referencia a la posibilidad de que el Ejecutivo catalán inicie la desconexión con España bajo la premisa –forma parte de la jerga soberanista—de que nunca se saltarán las leyes, sino que se aplicarán las leyes emanadas por el Parlamento catalán.

Joaquim Gay de Montellà, el presidente de Foment, destacó la ausencia en el discurso de investidura de referencias concretas al mundo empresarial y del trabajo, a la falta de medidas para la reactivación económica. Con dudas sobre cómo se puede poner en marcha la hoja de ruta independentista acordada entre Junts pel Sí y la CUP, el clima fue de «gran preocupación», ante la atenta mirada de Antoni Abad, el presidente de Cecot, que no intervino en toda la reunión.

Negociación y pacto

La patronal elaboró, posteriormente, un comunicado, en el que se insistió en que el nuevo Ejecutivo debe buscar el diálogo, la negociación y el pacto con todas las instituciones, en especial con el Gobierno español, en un momento en el que la Generalitat, además, depende financieramente de la administración central.

Nada que objetar a la figura de Puigdemont, pero todas las prevenciones ante un Govern que se ve «circunstancial», y limitado por los acuerdos suscritos con la CUP. Las críticas de Gay de Montellà se plasmaron en el comunicado de Foment con claridad:

«Que el nuevo Gobierno concrete lo antes posible su programa de políticas para impulsar la actividad económica y empresarial de Cataluña, que no fue suficientemente explicitado en la sesión de investidura del nuevo presidente. Foment ve imprescindible la aplicación de un programa que vele por la actividad económica y que, por tanto, permita luchar contra la elevada tasa de desempleo», se asegura.

Temor a la inestabilidad institucional

La obsesión de las patronales es que «se garantice la seguridad jurídica». En esa línea se pronunció también el presidente del Banco de Sabadell, Josep Oliu. Su temor, aseguró este lunes, es que «haya inestabilidad institucional e inseguridad jurídica».

La Cambra de Comerç, que preside Miquel Valls, se centró más en la necesidad de un Gobierno fuerte que apueste por «la consolidación de la recuperación económica y por las infraestructuras». Pimec buscó la parte más positiva al entender que peor hubiera sido una nueva convocatoria electoral. También defiende esa tesis Foment del Treball, aunque todos esperan la composición del nuevo Ejecutivo. Sólo Cecot, que preside Abad, entregada al proyecto soberanista, cree que el acuerdo de Junts pel Sí con la CUP puede llegar a buen puerto.

Junqueras y Castellà

Puigdemont tomará este martes posesión de su cargo. El miércoles nombrará los nuevos consellers. Sin embargo, en la peor tradición de la política catalana, Esquerra se apresuró a comunicar sus consellers en el Ejecutivo, antes de que Puigdemont sea oficialmente president.

Será Oriol Junqueras el hombre fuerte, como vicepresidente y responsable del área económica. Puigdemont contará también con dos pilares, Neus Munté y Raül Romeva, responsables del área social e institucional, respectivamente. Como nuevo conseller de Empresa i Coneixement se perfila Antoni Castellà, hasta ahora secretario de universidades, que sustituirá a Felip Puig, que quedaría fuera del Govern.

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