Ferrer deja a Freixenet a merced de Henkell

El presidente de honor de las bodegas retira su oferta y deja la vía alemana como la única posible para resolver la guerra familiar en el accionariado

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Nuevo giro en la venta de Freixenet. Los Ferrer consiguieron frenar momentáneamente la oferta de Henkell, con su resistencia a abrir los libros, y José Ferrer Sala pudo tomar la delantera con una oferta algo inferior a la de la empresa alemana. Pero ahora el patriarca de la familia ha encallado por falta de financiación. Con este panorama, la operación pende de un hilo, cuando hay más de un 40% de los accionistas que quiere vender. La solución vuelve a ser Henkell.

La reunión celebrada el pasado jueves supuso de nuevo la ruptura de la paz entre las tres ramas familiares, como adelantó Economía Digital. La imposibilidad de Ferrer, propietario del 42% de las acciones, de conseguir el crédito para formalizar la oferta por el resto de la compañía encendió los ánimos de parte de la familia, y, según informó La Vanguardia, terminó con la retirada de la oferta del presidente de honor.    

Los Hevia Ferrer, propietarios del 29% de las acciones, y al menos la mitad de los Bonet Ferrer, desean salir de Freixenet y esperan una oferta por sus acciones. Por lo tanto, hay el 43,5% de accionistas descontentos. Con la retirada de la oferta de José Ferrer, siguen con las acciones y sin una solución a corto plazo.

La opción de los Ferrer

Fuentes consultadas apuntan que la retirada de Ferrer puede ser momentánea. No ha podido conseguir el crédito para ofertar por el 100%, pero sí puede conseguir el dinero para superar el 50%. Le bastaría con unos 40 millones de euros, según los parámetros de su propia oferta, que valoraba Freixenet en 450 millones.
 
Esta opción, sin embargo, no resolvería la crisis familiar, puesto que no daría salida a todos los accionistas descontentos con la gestión de Pedro Ferrer, hijo de José Ferrer y consejero delegado de las bodegas. Por ello, todos vuelven a mirar a Henkell, el primero que presentó una oferta, a principios de año.

Henkell ya puede ir a por el 100%

El grupo alemán, discreto, no se ha manifestado durante todo el proceso. Ahora tiene la oportunidad de avanzar con la oferta, y de hacerlo a su modo: por el 100%. Los Ferrer les convencieron para entrar con una participación minoritaria, de entre el 20% y el 25%, como socio internacional. Pero sin una contraoferta, los alemanes pueden ir a por la mayoría.

La incógnita es si, tras este baile y con la familia de nuevo dividida, Henkell querrá formalizar su interés. Fuentes conocedoras apuntan que el gigante alemán lo fiará todo a la due dilligence. Una due dilligence que no se ha iniciado a pesar de que hace seis meses que la junta de accionistas de Freixenet decidió dar el visto bueno a su realización.

El bloqueo de la auditoría ha sido otro de los puntos de discordia en las bodegas catalanas. Los Ferrer defendían que no se podía dejar entrar así como así a Henkell, ya que las dos compañías compiten en Alemania, un mercado importante para ambas. Por esta razón, será una auditora independiente la que realizará el trabajo.  

Inquietud en la plantilla

Todas estas incertidumbres empiezan a poner nerviosa a la plantilla de Freixenet, que ve como casi diez meses después de iniciarse la venta, no sólo no se aclara la situación, sino que todo parece encallado.

Sergio Lozano, delegado de CCOO en la compañía, explicó que los trabajadores abogan por una solución pactada, con la entrada de un inversor fuerte que potencie las ventas pero que, a su vez, se mantengan las raíces de una empresa familiar centenaria. Lo que no quieren ver «ni en pintura» es la entrada de un fondo de capital riesgo sin voluntad de permanencia.

Xavier Alegret

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