Las patronales se rebelan contra la nueva ley catalana de cámaras

La Generalitat pacta la nueva ley con las cámaras pero no consulta a las patronales Foment y Pimec, que se preparan para lo peor

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El proyecto de ley catalana de cámaras, que verá la luz en breve, nacerá, como su predecesor, con polémica. El gobierno catalán intentó el año pasado aprobar una ley que no había consensuado con nadie en el sector empresarial, ni siquiera con las cámaras, y se llevó un unánime rechazo que le obligó a guardarla en un cajón. Ahora la ha rescatado y ya ha llegado a un principio de acuerdo con las cámaras, pero se ha olvidado de las patronales, y esto le traerá problemas.

El consejero de empresa de la Generalitat, Jordi Baiget, ha conseguido esta vez un acuerdo con las cámaras. Lo ha logrado tras pactar con ellas su financiación y que ganen peso en la nueva Cámara General de Cataluña, como explicó Economía Digital. Ambas partes han estado negociando en las últimas semanas. Sin embargo, según ha podido saber este medio, el ejecutivo no ha tenido la misma deferencia con las principales patronales catalanas, que también toman parte en las cámaras.

En realidad, tanto Foment del Treball como Pimec no supieron de la nueva ley hasta mediados de la semana pasada. Y lo supieron por una llamada de la consejería de empresa, en la que se les informó de que la nueva norma estaba en el horno y se les dio algunas claves de la ley. “Fue por teléfono, ni siquiera hemos recibido un documento”, aseguró una fuente patronal.

Las dos patronales con representatividad en el mapa empresarial catalán lamentaron no haber podido participar, como ha hecho el Consejo General de Cámaras, en el debate previo a la redacción de la ley, y más teniendo en cuenta que el año pasado ya se produjo la misma situación y dejaron clara su postura. Creen que el ejecutivo de Puigdemont les debería haber consultado, para conocer la opinión de las empresas a las que representan, y se sienten arrinconados.

La Generalitat prepara la nueva ley de cámaras sin negociar con Foment y Pimec

Pero su enfado no se queda solo en las formas. El fondo de la ley, o lo que conocen de él, tampoco les gusta. Solo el hecho de se les haya ninguneado y lo poco que conocen les hace ser pesimistas respecto a la ley que se van a encontrar. Siempre con la reserva de ver qué pone en el documento final, no son optimistas. “Todo indica que de seguir este camino, el resultado no va a ser satisfactorio”, valoraron fuentes de Foment desde la prudencia.

Por parte de Pimec, la reacción fue más dura. Antoni Cañete, secretario general de la patronal catalana de pymes, aseguró que, con la información de la que disponen, las pequeñas y medianas empresas se verán muy perjudicadas. Uno de los puntos pendientes es el de las elecciones camerales, que deben celebrarse a partir de octubre. Todo apunta a que las nuevas elecciones restarán poder a las patronales, y además a las pymes.

Ahora, la Cámara de Barcelona, la mayor en Cataluña con mucha diferencia, tiene 69 miembros: 60 elegidos por las empresas –con un complicado sistema de elección que se ha puesto en cuestión en más de una ocasión– y 9 por las patronales. Con el que está ya sobre la mesa para el futuro, tendrá 60 miembros, 57 de las empresas y solo tres de las patronales. Pero además, de los 57, solo se elegirán dos tercios. El otro tercio se reservará para las empresas que más paguen, que difícilmente serán pymes, según Pimec.

“Las cámaras tienen que ser democráticas, con unas elecciones transparentes en las que cada empresa tenga un voto, con voto electrónico, para que sea abierto”, pide Cañete. De esta manera, las pymes podrían tener en las cámaras el peso que tienen en el tejido empresarial catalán, “el peso que merecen”, explica el secretario general de Pimec.

La ley, en breve

Está previsto que la ley catalana de cámaras se empiece a tramitar en breve. Tienen el mandato de hacerlo, después de que el Gobierno de Rajoy, que aprobó la ley marco en 2014, haya puesto al fin un ultimátum. Ante este escenario, el consejero Baiget ha optado por pactar directamente con las cámaras, y ha conseguido su beneplácito a cambio de hacer concesiones, como explicó este medio.

Generalitat y cámaras han concretado en qué casos las entidades recibirán dinero por parte de las administraciones, como la participación en organismos institucionales o para celebrar elecciones. Desde la supresión de las cuotas obligatorias, las cámaras han tenido que hacer un importante ejercicio de constricción y viven esencialmente de la prestación de servicios a las empresas.

Ambas partes también se han puesto de acuerdo respecto al nuevo organismo supracameral, la Cámara de Comercio de Cataluña. Inicialmente las cámaras temían que era un órgano para controlarlas, pero finalmente aceptan su creación ya que se les dará más peso en esta gran cámara.

El tiempo apremia, y la Generalitat empieza a tener prisa. Pero su abandono de las patronales puede girársele en contra, ya que una oposición pública fuerte por parte de las organizaciones empresariales podría volver a frenar la ley, u obligar a revisarla antes de llevarla al parlamento catalán.

Xavier Alegret

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