Los Del Pino acumulan 515 millones de minusvalías bursátiles

Tras salir de Acerinox, solo queda por liquidar el 4% de Indra, valorado en 85 millones

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Los miembros de la familia Del Pino controlan, directa o indirectamente, el 43,55% de Ferrovial y canalizan parte de sus inversiones a través de ocho sicav, bajo gestión de la sociedad Pactio. Forman la parte mollar de su patrimonio, valorado en unos 6.000 millones de euros.

Pero existe otra cara, menos amable. La del fiasco que ha supuesto a una parte de la familia las inversiones bursátiles realizadas en 2006 tras la reestructuración llevada a cabo para blindar las acciones de Ferrovial en una única sociedad patrimonial, Portman Baela. Esta pagó 1.462 millones de euros a Casa Grande de Cartagena por el 17,77% del grupo constructor. El control de Portman Baela lo ejercitan los cinco hijos de Rafael del Pino Moreno a través de la limitada Karlovy.

Acerinox, última desinversión

La definitiva salida de Acerinox la semana pasada, con los 100 millones obtenidos por el 3% que mantenía en la empresa siderúrgica, ha sido la última de una larga serie de desinversiones.

Ahora, los 2,2 millones de euros que esta semana va a percibir Casa Grande de Cartagena por el 4% que mantiene en Indra, es el único dividendo que, al margen de Ferrovial, le queda por cobrar a esta sociedad que aglutina los intereses de tres de los hermanos herederos y de la viuda de Rafael del Pino, el forjador del imperio Ferrovial fallecido hace seis años.

Punto y final con Indra

Con la previsible venta de ese 4% de capital en Indra, la aventura bursátil se saldaría con minusvalías del 515 millones de euros y pérdidas del 53% sobre los 970 millones que en 2006 destinaron a comprar el 5% de Indra, Acerinox y Banco Pastor, el 6,15% de Ebro y el 5,63% de Gamesa.

Porcentaje, el del 5% que no resultaba para nada aleatorio. Obedecía a motivos fiscales. Al no superar ese porcentaje, se consideraban inversiones empresariales y no financieras, y por tanto exentas del impuesto sobre el patrimonio.

Revalorización y caída

Cada una de dichas sociedades está entre las líderes de su respectivo sector, y todas ellas cuentan con sólidos fundamentos y un elevado potencial de crecimiento, se regocijaban entonces los Del Pino. Y todo pintaba bien. En los meses siguientes, las acciones se revalorizaban rápidamente, subiendo, de media, un 10% en medio año.

Pero en 2007 el castillo de naipes se vino abajo y el valor de todas estas acciones empezó a caer en picado. Aguantaron tres años esperando que la sangría se frenara. Pero no fue así. Y en septiembre de 2010 decidieron dar el primer volantazo.

Gamesa, el gran fiasco

Fue una salida sonada, la de la venta del 5,63% de Gamesa por 70 millones de euros, un porcentaje que había sido adquirido por 270 millones de euros. Minusvalías de 200 millones y pérdidas del 74%. En 2011 y 2012, Casa Grande de Cartagena volvió a hacer caja. Nuevamente con fuertes pérdidas. Apenas recuperaron 40 de los 186 millones invertidos en el Banco Pastor, o 130 millones de los 160 millones empleados en adquirir el 6,15% de Ebro.

A la vuelta del pasado verano, Casa Grande de Cartagena inició la salida definitiva del resto de participaciones bursátiles, tanto en Acerinox como en Indra. Ingresó 18,7 millones por el 1% de la tecnológica y 40 millones por el 1,91% de la siderúrgica. Y ahora, tras la liquidación definitiva en Acerinox, solo queda por saber el momento en que hace lo propio con el 4% de Indra.

Ocho sicav

Los restantes 500 millones de euros logrados por la sociedad patrimonial de parte de la familia Del Pino (dos de los hermanos, Rafael –el presidente de Ferrovial– y Fernando, disponen de sus propios vehículos inversores) parecen estar mejor canalizados a través de las ocho sicav familiares, domiciliadas en el palacete del paseo de la Castellana con esquina a la calle de Rafael Calvo, sede de la Fundación Rafael del Pino.

Las ocho sociedades (Keeper, Chart, Match Ten, Allocation, Addition, Altais, Swift y Tosqueta) acumulan un patrimonio de unos 750 millones de euros. Dos de estas sociedades las preside Leopoldo del Pino, otra su hermana María y otra Ana María Calvo-Sotelo, la viuda del fundador, y Joaquín del Pino está al frente de las cuatro restantes.

Al margen de los miembros de la familia, en todas las sicav figuran como consejeros José Ignacio Ysasi-Ysasmendi y Eusebio Vidal-Ribas, los ejecutivos encargados de llevar el día a día de la gestión.

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