Nissan pone cifras a su agonía en Barcelona

La planta catalana de Nissan Motor Ibérica ensambló menos de 59.000 coches en nueve meses, un 10% menos. El descenso al acabar el año será mayor

Interior de la fábrica de Nissan Motor Ibérica en la Zona Franca de Barcelona. /Toni Albir

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La caída de Nissan Barcelona se agudiza trimestre tras trimestre. La producción de la fábrica de la Zona Franca hace meses que languidece, y las malas noticias se acumulan: en verano el Nissan Pulsar abandonó la instalación y ahora lo hace la furgoneta NV200 de combustión. La falta de vehículos provocó que entre abril y diciembre –los primeros nueve meses del ejercicio fiscal del fabricante japonés– el descenso fuera del 9,8%.

Las cifras hechas públicas por Nissan en la presentación de resultados revelan la tendencia decadente de la instalación catalana, que en nueve meses sacó al mercado 58.875 vehículos; lejos de los 65.305 que ensambló en el mismo periodo del año anterior. La empresa que dirige Hiroto Saikawa agudiza así un recorte que ya se remonta a la temporada 2016/2017.

Además, los números son cada vez peores para Barcelona. Si en el primer trimestre logró una mejora de 2.184 vehículos (+9,2%) respecto a los tres meses comparables, rápidamente abandonó la senda del crecimiento: el segundo trimestre se saldó ya con una caída del 3,2% y el tercero, ya sin el Nissan Pulsar, acabó con un descalabro del 22,4%.

Nissan recortará todavía más la producción en los próximos meses

De este modo, la planta se encuentra ahora a menos del 40% de su capacidad, denunciaron los sindicatos hace semanas. Mientras esperan el prometido plan de futuro por parte de la dirección, capitaneada en este caso por José Vicente de los Mozos, vicepresidente de la alianza Nissan-Renault, y Genís Alonso, máximo responsable de la fábrica catalana, ven con pesimismo los próximos meses.

Quizás como medida de presión, la cúpula rebajó todavía más la escasa actividad y, según informó CCOO en un comunicado, recortó alrededor del 20% la actividad entre abril y agosto en las dos líneas, tanto la de pick up como la de furgonetas.

En cambio, Nissan Ávila es la cara de la moneda. Tras los problemas de 2017, que casi acabaron con la fábrica, la instalación vuelve a las cifras de hace dos años y deja atrás el ejercicio pasado con un crecimiento superior al 31%.

La tendencia negativa de Nissan Barcelona es general en todo el mercado europeo, afectado por una caída del 12,6% en la fábrica de Sunderland, que se quedó en 312.259 unidades puestas al mercado hasta diciembre frente a las 357.220 unidades elaboradas en el mismo periodo del año anterior.

Así, con un recorte que ronda el 10% en las dos principales instalaciones de la región, la red de plantas europea cae el 12,9%: de los 276.520 coches a los 502.109 coches.

Los resultados de Nissan

Nissan redujo sus beneficios el 45,2% hasta los 316.700 millones de yenes –2.538 millones de euros al cambio actual– entre abril y diciembre. El fabricante japonés incumplió su objetivo de ventas y la facturación apenas creció el 0,6% hasta los 8,57 billones de yenes –68.757 millones de euros–.

En los nueve primeros meses del año, las ventas cayeron el 2,1% hasta los 4,023 millones de vehículos. El principal descenso se produjo en Europa (-13,2%) y Estados Unidos (-8,4%).

Carles Huguet

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