Seat alerta del impacto de los CDR en la economía

El presidente de la compañía, Luca de Meo, advierte: “La imagen actual no ayuda a los inversores a apostar por Cataluña”

El presidente de Seat, Luca de Meo, junto al prototipo del Cupra Tavascan, un eléctrico presentado en el salón del automóvil de Frankfurt. EFE/EPA/RONALD WITTEK

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La mayor industria de Cataluña ya se pone alerta por las protestas independentistas tras la sentencia del 1-O. Seat ya se vio obligada a cerrar la fábrica de Martorell (Barcelona) hace semanas por los cortes de carretera, y ahora advierte del impacto general para Cataluña: “Seguro que la imagen actual no ayuda a los inversores a facilitar la idea de apostar por Cataluña”.

El presidente de la compañía, Luca de Meo, admitió que las imágenes vistas en las calles catalanas tendrán un impacto en la economía del territorio. “Yo estoy mucho en el extranjero, y claro que esto no ayuda a la imagen de Cataluña, no sé cuál es el efecto, pero imagino que lo tendrá”, señaló en el foro Nueva Economía.

El directivo añadió que lo único que quiere Seat es «producir coche, por lo que esperamos que esta situación no tenga impactos en el futuro». No obstante, la marca ya sufrió su primer golpe. La huelga de país celebrada el 18 de octubre obligó a cerrar la planta por «los riesgos de movilidad» existentes durante la jornada.

Los trabajos se cancelaron a partir de la tarde del jueves y hasta la noche del viernes. Debido a la suspensión de la actividad, la filial de Volkswagen AG –que también engloba Audi Skoda— dejó de ensamblar hasta 3.300 coches entre ambos días, añadieron fuentes sindicales.

«Parar la fábrica un día equivale a decenas de millones de ingresos», lamentan desde Seat

Los cuatro turnos suspendidos –tarde y noche del jueves y mañana y tarde del viernes– fueron la primera afectación a Seat por los paros de país que se han hecho en Cataluña en los últimos dos años. En los dos anteriores, la compañía mantuvo su actividad. La instalación tenía el riesgo añadido de que una de las columnas de las Marxes per la llibertat que se realizaron pasaba cerca de la instalación.

«Parar la fábrica un día equivale a decenas de millones de ingresos menos para nosotros», lamentó De Meo. Además, advirtió que la decisión de poner el freno a la producción fue técnica y no política, pues nadie les aseguraba que las piezas y los trabajadores pudieran acceder al centro.

Seat hizo así un paréntesis a su política habitual de no hablar de política, aunque trató de incidir en esta postura. «Lo único que tenemos que hacer es no ser un problema que se añade a otro», dijo De Meo. No obstante, justificó su inmersión en el campo político: Hasta que estos movimientos no impacten en la operativa del negocio no tenemos nada que decir».

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