Banc Sabadell renuncia a 7.000 millones para quitarse el ladrillo de la CAM

Banc Sabadell se suma a la venta de grandes paquetes de activos inmobiliarios y venderá los 11.900 millones que le quedan de la CAM en 2018

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El Sabadell es uno de los bancos españoles que más ladrillo tiene todavía entre sus activos, pese al esfuerzo hecho en los últimos años con la venta de pequeños paquetes. Ahora, sin embargo, el banco que preside Josep Oliu cambiará estrategia y, aprovechando el apetito de los fondos, seguirá la senda de las ventas masivas del Santander y BBVA con la intención de dar carpetazo a la herencia de la CAM. El objetivo, lograr 5.000 millones por una cartera de casi 12.000 millones, con lo que se dejará 7.000 millones por el camino.

Banc Sabadell lleva vendidos este año unos 1.750 millones de activos inmobiliarios en varios paquetes, a los que probablemente se sumarán 800 millones más del proyecto Voyager, comprendido por crédito promotor, solares, activos hoteleros y créditos a pymes. Le quedarán todavía en cartera unos 14.800 millones, de los que 11.900 provienen de la compra de la CAM.

Los planes de la entidad pasan por liquidar en 2018 la herencia de la CAM, vendiendo los 11.900 millones de activos inmobiliarios que le quedan. Así, en un año sacaría al mercado prácticamente lo mismo que en los cinco años que hace que compró la entidad alicantina. En 2012 contaba con algo más de 24.000 millones de activos inmobiliarios, que se han ido poniendo en el mercado en pequeños paquetes.

El Sabadell cambia de estrategia y planifica la venta de casi 12.000 millones de ladrillo en un solo año

El Sabadell ya ha contratado a tres bancos de inversión para que coloquen los 11.900 millones. Serán KPMG, Pwc y Alantra, y trocearán los activos en varios paquetes para hacerlos apetecibles para el mercado, entre dos y tres, según confirmaron fuentes financieras. La previsión es poder ejecutar la venta de todos los paquetes en 2018, para cerrar el año con la herencia inmobiliaria de la CAM liquidada.

El mandato que tienen los colocadores es conseguir descuentos similares a los logrados en las últimas grandes operaciones ejecutadas en el mercado, BBVA y Santander, alrededor del 60%. Así, el Sabadell lograría unos 5.000 millones por los activos que le quedan de la caja alicantina, por lo que renunciaría a unos 7.000 millones.

Pese a esta quita, la venta no agujereará las cuentas del banco catalán, gracias a las provisiones y al Esquema de Protección de Activos (EPA) que se diseñó para facilitar que la banca rescatara las cajas con una alta exposición inmobiliaria. El EPA cubre hasta el 80% de las pérdidas, mientras que el Sabadell tenía cubierto el 51,5% de los activos problemáticos.

El momento clave para vender ladrillo

Josep Oliu y su consejero delegado, Jaume Guardiola, han tomado esta decisión en un momento que parece clave para la venta del ladrillo, tras las operaciones del Santander, que colocó el ladrillo del Popular, y de BBVA, que vendió el 80% de un paquete de 13.000 millones por 4.000 millones.

El Santander y BBVA han tenido que aceptar quitas de entre el 60% y el 65%, sacrificios menores que los que tenían que hacer los bancos hace unos años, cuando superaban el 80%. Este cambio ha sido provocado por el apetito de los fondos por invertir en ladrillo español, gracias a la recuperación del sector inmobiliario.

El descenso de los descuentos ha llevado a buena parte del sector a considerar que ha llegado el momento de dar un gran paso para quitar de su balance unos activos tóxicos que consumen recursos, porque están provisionados y se tienen que gestionar, y que levantan el recelo de los inversores. Además, el BCE cada vez aprieta más las tuercas a los bancos, con sus requisitos de solvencia, para que se deshagan de los activos inmobiliarios y se concentren en su negocio core.

Xavier Alegret

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