El Banco de España avisa de que la magnitud de la crisis se verá tras el fin de las medidas

El Banco de España advierte de que la crisis está "lejos de terminar" y la magnitud de la misma en el sector bancario y la estabilidad financiera se verá una vez que finalicen las medidas de apoyo

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. BdE

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. BdE

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El Banco de España ha enfriado en parte de nuevo este lunes las expectativas sobre la intensidad de la recuperación y la proximidad a la finalización de la crisis de la pandemia al afirmar que la crisis económica todavía está «lejos de terminar».

El gobernador del organismo supervisor, Pablo Hernández de Cos, ha lanzado esta advertencia durante el discurso inaugural de la Tercera Conferencia de Estabilidad Financiera, organizada por el Banco de España y por el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI). El organismo mejoró recientemente su previsión al 6,3% para el PIB español pero constató «indicios de moderación».

Hernández de Cos ha alejado la finalización de la crisis y ha avisado de que su impacto final en el sector bancario y en la estabilidad financiera se materializará previsiblemente a medida que vayan finalizando las medidas de apoyo aprobadas por el Gobierno, como los créditos del ICO, la moratoria concursal o los ERTE.

Su pronunciamiento difiere en parte de la defensa realizada por el Gobierno de sus previsiones de crecimiento (6,5% este año y 7% en 2022) asegurando que la recuperación está en marcha y se potenciará con los fondos europeos, pese a las dudas de las instituciones sobre sus estimaciones tras la revisión del INE del crecimiento del segundo trimestre.

La efectividad de las medidas

En este sentido, ha apuntado que el origen del shock actual es distinto al de la crisis financiera global del año 2008 que motivó las reformas de Basilea III, cuyos estándares «no fueron diseñados con una pandemia mundial en mente, sino más bien con una crisis inducida por el ciclo financiero».

Según Hernández de Cos, el «choque» económico que ha supuesto la pandemia de la Covid ha estado acompañado de «extensos y extraordinarios» cambios monetarios y medidas de apoyo fiscal que, en gran medida, también han limitado el impacto en el sector bancario.

Las medidas de defensa del empleo y del tejido productivo, como el despliegue de los ERTE, el apoyo a las empresas con las medidas de liquidez y las medidas de apoyo a la inversión han movilizado más de 132.000 millones de euros de financiación, canalizando recursos a casi 700.000 empresas, de ellas el 98% pymes y autónomos. 

Un sector bancario «más resistente»

En su discurso inaugural Hernández de Cos ha analizado la situación del sector bancario, cuyo punto de partida en la crisis de la Covid mostraba una base «más resistente» respecto a la anterior crisis financiera al disponer de unos niveles de capital y liquidez «más fuertes», gracias a las reformas de Basilea III

En esta línea, ha destacado que las reformas de Basilea han logrado su objetivo de fortalecer y salvaguardar la resiliencia del sistema bancario y le ha permitido proporcionar financiación a la economía real. Tras una año y medio de crisis, ha afirmado que las posiciones de capital y liquidez «siguen siendo sólidas«.

Todo ello ha contribuido a que ningún banco internacional haya quebrado hasta la fecha ni haya precisado de una financiación significativa del sector público, a pesar de las «tensiones financieras» mostradas por alguno cuando la liquidez del mercado se deterioró y los costes de financiación bancaria aumentaron al inicio de la crisis.

Preocupación sobre una posible actividad crediticia «procíclica»

El gobernador del Banco de España también ha valorado el impacto positivo de los límites a los dividendos fijados, como el del Banco Central Europeo (BCE), levantado el pasado mes de julio, por haber supuesto un aumento de capital y contribuir a la oferta del crédito bancario.

No obstante, ha mostrado una vez más su preocupación por la posible tendencia «procíclica» de la actividad crediticia en el caso de que un cambio repentino de las perspectivas económicas pudiese provocar un fuerte aumento de las provisiones yy deducciones de capital. Ello, ha dicho, derivaría a su vez en un comportamiento crediticio procíclico.

Igualmente, ha aprovechado para reiterar su petición de una implementación completa de Basilea III, ya que de no implementarse en su totalidad podrían aminorarse «significativamente» sus beneficios para la economía real y, además, presenta unos costes «modestos y temporales», según un análisis del BCE.

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