El Banco de España eleva al 6,3% el crecimiento pero con «indicios de moderación»

El Banco de España ha mejorado ligeramente sus previsiones económicas, pero avisa de incertidumbres por el retraso en los fondos europeos y fecha la recuperación como mínimo a mediados de 2022

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. BdE

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. BdE

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

La continuidad del apoyo de las políticas fiscales y monetarias, el avance de la vacunación y la «sorpresa» del crecimiento del segundo trimestre han llevado al Banco de España a mejorar sus previsiones de crecimiento sobre la economía española, eso sí, con «indicios de moderación» y a pesar de incertidumbres por el retraso en la ejecución de los fondos europeos, los ‘cuellos de botella’ en las cadenas de suministro y la mayor persistencia del aumento de la inflación.

Este es el escenario de las proyecciones más recientes del Banco de España, que mejora las previsiones respecto al último informe del pasado 16 de junio y sitúa el crecimiento del PIB español en el 6,3% este año, el 5,9% en 2022 y el 2% en el ejercicio 2023, lo que supone una décima más en los dos primeros casos y dos más en el tercero que hasta ahora, respectivamente, tras elaborar un solo escenario frente a los tres que venía realizando durante la pandemia conforme a la evolución adversa, central o favorable.

El director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha explicado que la leve revisión al alza se debe al fuerte efecto arrastre del segundo trimestre, que compensa la moderación del avance en el segundo semestre por la revisión a la baja de los mercados exteriores, el retraso en la implementación de los proyectos de los fondos europeos, los efectos de los ‘cuellos de botella’ y el aumento «transitorio» de la inflación.

Menos optimista que el Gobierno: fija la recuperación a mediados de 2022

De esta forma, la economía española alcanzaría el nivel de PIB previo a la crisis a mediados de 2022, aproximadamente dentro de un año, lo que refleja el impacto «más severo» de la pandemia en España por el peso de los servicios y en particular del turismo respecto al conjunto del área del euro, en donde ese estima algo menos de un año para lograr ese nivel.

La mejora de las previsiones este año se explican por tanto por los mejores datos económicos, que compensan la menor absorción de los fondos europeos, el cambio en variables exógenas y el efecto del alza e los precios, si bien el impacto de los fondos europeos se trasladaría a 2022 y 2023 y ello permitiría hacer frente al cambio en variables exógenas. La demanda nacional aportará siete puntos al PIB este año, mientras que la exterior restará siete décimas.

Pese a la mejora de previsiones, las nuevas proyecciones del Banco de España siguen siendo inferiores a las del Ejecutivo, que en abril rebajó sus estimaciones y las ha mantenido este martes en un avance del PIB en el 6,5% este año, el 7% en 2022 y en un 3,5% en 2023. De hecho, el Gobierno sitúa la recuperación de los niveles de actividad diaria y empleo previos a la Covid antes de que finalice el presente ejercicio, mientras que el Banco de España lo pospone a mediados de 2022.

La economía crece un 2,7% en el tercer trimestre

La economía española habría crecido en el tercer trimestre en torno al 2,7%, una tasa similar a la observada en el segundo trimestre (+2,8%), aunque con incertidumbres sobre los datos turísticos y el consumo de los hogares podría haber crecido en verano algo menos que los meses anteriores.

«Las circunstancias actuales son proclives a una prolongación de la evolución favorable de la actividad en el corto plazo», afirma el Banco de España, aunque a un ritmo «más moderado» y que destaca que la mejora del mercado de trabajo ha seguido siendo «notable», sobre todo en las ramas de actividad más afectadas, a lo que se suma el fortalecimiento de las rentas, la disminución de la incertidumbre sobre la enfermedad y el dinamismo del gasto de los hogares, sobre todo en servicios.

A su vez, se ha referido a la «incertidumbe» sobre la evolución del consumo, que se «hundió» el año pasado por las medidas de restricción, de forma que a futuro parte de ese consumo perdido no se podrá recuperar en su totalidad, por ejemplo por las «cenas y comidas perdidas», ha indicado Arce, aunque si cabe pensar que la caída en demandas de bienes duraderos (coches, muebles o electrodomésticos) se pueda ir recuperando.

El consumo privado repuntará un 9,6% este año, y ese gran avance se moderará al 4,3% en 2022 y al 1,3% en 2023, en tanto que la formación bruta de capital fijo (inversión) será del 5,8% este año, menor a lo previsto por la menor absorción de los fondos europeos, que se trasladaría a 2022, con un alza del 10,5%.

En cuanto al turismo, Arce ha indicado que julio fue un mes «relativamente bueno» pero en niveles muy por debajo de los niveles previos a la pandemia, y la campaña de verano no habría sido «tan buena» como lo anticipado en junio, tras una primera parte del año «bastante desastrosa». La caída del turismo respecto a 2019 podría haber sido de en torno al 54% de los ingresos del tercer trimestre de 2019.

Prevé menos paro, déficit y deuda pública

Ante la ligera mejora de la estimación del PIB, el Banco de España ha revisado a la baja sus previsiones de media anual para la tasa de paro, que se situaría en el 15,1% este año, el 14,3% en 2022 y el 13,3% en 2023, lo que supone cinco décimas menos en el primer caso y cuatro menos en los dos siguientes ejercicios respecto a las previsiones de junio.

En el último trimestre de 2023 el paro sería del 12,8%, supondría incluso un punto menos respecto al 13,8% de finales de 2019. Arce ha destacado la eficacia de los ERTE, que están permitiendo una reabsorción de trabajadores «mucho más rápida» que la que habría habido en una crisis más persistente.

Asimismo, sus estimaciones sobre el déficit público también mejoran y se sitúan en el 7,6% del PIB este año, por debajo del 8,5% que augura el Ejecutivo, gracias a la mejora de los ingresos y la rebaja de los gastos. Para 2022 estima un 4,3% y para 2023 un 3,5% del PIB.

Todo ello también conduce al organismo augurar una ratio de deuda pública inferior en todo el periodo de proyección, al calcular que descenderá de l119,9% del PIB que marcó el año pasado al 117,9% del pIB este año. A posteriori seguirá descendiendo hasta el 114,3% del PIB en 2022 y no se lograría reducir nada en el año 2023, cuando permanecería en ese nivel.

Incertidumbres: retraso en los fondos europeos, cuellos de botella e inflación

Los desarrollos en el medio plazo dependen especialmente de una serie de incertidumbres relativas al consumo privado, en función de la evolución de la bolsa de ahorro, de las fricciones en las cadenas globales de producción, la ejecución de los fondos Next Generation UE y de la inflación.

De cara al futuro, sostiene el organismo supervisor, este componente de demanda podría seguir mostrando una «notable pujanza», en función del destino que los consumidores decidan dar a la bolsa de ahorro acumulada desde el inicio de la pandemia.

Por el contrario, avisa de que el encarecimiento reciente de la cesta de bienes y servicios de consumo tenderá a comprimir el poder de compra de las rentas de los hogares. Además, el crecimiento de la actividad podría verse entorpecido en los próximos trimestres por la prolongación en el tiempo de las limitaciones de oferta que, como se ha apuntado, aquejan especialmente a algunos procesos productivos.

Según el Banco de España, la implementación de los proyectos asociados al fondo Next Generation UE tendrá lugar con un «cierto retraso» frente a las proyecciones de junio haría que su impacto expansivo estimado sea ahora algo mayor en 2022 y 2023, a expensas de unos menores efectos en 2021.

Sobre la inflación Arce ha explicado que el repunte de precios está siendo más elevado y persistente de lo previsto inicialmente, aunque consideran que el repunte obedece a factores transitorios por lo que la inflación volvería a medio plazo a tasas moderadas. Aun así, se han revisado al alza todas las estimaciones de inflación, en dos décima este año, cinco décimas el próximo y una décima el siguiente, situando las tasas medias en el 2,1% este año, el 1,7% y el 1,3% los dos siguientes ejercicios.

El punto álgido de la inflación se registrará en noviembre y desde entonces una moderación, ha dicho Arce, que apunta que no es descartable tener una inflación relativamente elevada durante un periodo si los cuellos de botella en los suministros se hacen persistente.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp