BBVA resta 30.000 millones de crecimiento a la economía española en dos años

BBVA Research recorta 1,4 puntos al PIB de este año, hasta el 4,1%, y en 1,6 puntos el de 2023, hasta el 3,3%, por el impacto de la invasión de Ucrania, las sanciones y el aumento de la inflación

En la imagen, Miguel Cardoso, economista jefe para España; y presencialmente en la rueda de prensa de izquierda a derecha: Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico y Jorge Sicilia, director de BBVA Research y economista jefe de BBVA.

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La invasión de Ucrania por Rusia, las sanciones impuestas y el incremento de la inflación tendrá un coste de más de 30.000 millones de euros para la economía española entre este año y el que viene. BBVA Research ha recortado 1,4 puntos al PIB de este año, hasta el 4,1%, y en 1,6 puntos el de 2023, hasta el 3,3%, por el impacto de la guerra, las sanciones a la economía rusa y el alza de precios, sobre todo de los combustibles. La recuperación se aleja hasta finales de 2023.

Así se desprende del último informe ‘Situación España’ del servicio de estudios de la entidad, correspondiente al segundo trimestre del año y presentado este jueves por el director de BBVA Research y economista jefe de Grupo BBVA, Jorge Sicilia; el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech, y el economista jefe para España, Miguel Cardoso. 

Sicilia y Doménech han indicado que el conflicto militar entre Ucrania y Rusia y las severas sanciones asociadas representan un «significativo choque de oferta, con efectos negativos tanto sobre el crecimiento como sobre la inflación», a través de los canales de materias primas, volatilidad financiera, confianza y cadenas de suministro, aunque el impacto en la economía española por ahora es «bastante limitado».

En el contexto actual, la incertidumbre es «excepcionalmente elevada», pero han apuntado que los indicadores en tiempo real apuntan a que la expansión se habría mantenido durante el primer trimestre, con un crecimiento del 1,4% en el primer trimestre, al tiempo que la afiliación a la Seguridad Social y el gasto con tarjetas continuaron aumentando, aunque advierten de que la aceleración de la inflación podría estar comenzando a afectar al consumo.

El nuevo escenario de previsiones de BBVA Reseach refleja que el pronóstico es, lógicamente, aún más inferior que el anterior a las estimaciones de un crecimiento del 7% que aún mantiene el Gobierno, aunque las reducirá a finales de mes al entorno del 5%. De cara al 2023, BBVA Research estima que la economía crecerá un 4,1%, de forma que, de cumplirse este escenario, el nivel de PIB prepandemia se retrasaría y no se alcanzaría hasta finales del año que viene.

Pese a todo, el servicio de estudios estima que el gasto privado continuará aumentando, apoyado por la reducción en la severidad de la COVID-19 y el ahorro acumulado desde 2020, teniendo en cuenta que el aumento en la riqueza como consecuencia del confinamiento y los cambios en los hábitos de consumo habría alcanzado los 80.000 millones de euros con respecto al cuarto trimestre de 2019. Esto llevará a un incremento del consumo del 3,4% en 2022 y del 2,7% en 2023.

Precios del gas y cuellos de botella

Doménech ha explicado que España tiene una exposición directa limitada a Rusia y Ucrania y se concentran en algunos sectores importantes (como la energía y la alimentación), pero ha dejado claro que la exposición indirecta sí es importante.

El análisis señala que el incremento en los precios de algunas materias primas donde Rusia y Ucrania tienen una cuota de mercado importante será el factor que más impacto tendrá sobre la economía española, ya que el impacto del mayor precio del gas restará 0,5 puntos porcentuales al PIB de 2022 y 0,2 puntos al de 2023.

Las estimaciones de BBVA Research reflejan que el precio del barril de petróleo podría mantenerse en niveles elevados, alrededor de los 105 dólares por barril en promedio en 2022 y en 87 en 2023. Esto podría sustraer cerca de 1,5 puntos porcentuales al crecimiento tanto en 2022 como en 2023.

A los precios del gas se suman como factor negativo los cuellos de botella observados hasta la fecha como su prolongación en 2022, puesto que restarán entre 1,2 y 1,4 puntos porcentuales al crecimiento medio anual de este año, lo que representa 0,2 puntos más de lo estimado hace tres meses.

La inflación, la principal amenaza: 7% este año

Según BBVA Research, la inflación se ha convertido en la «principal amenaza» para consolidar la recuperación de la economía española. Las previsiones apuntan a que, en promedio, podría terminar en un 7% en 2022 y en un 2,5% en 2023. Aunque la mayor parte del incremento en el coste de la cesta de consumo de los hogares continúa explicado por el componente energético, comienza a producirse una generalización de la inflación hacia otros bienes y servicios.

La inflación está reduciendo el poder de compra de las familias, lo que tendrá efectos negativos sobre el consumo. Según las estimaciones de BBVA Research, a corto plazo, un descenso del 10% de la renta disponible real de las familias reduce su consumo un 2% (4% a largo plazo). La inflación alcanzó el 9,8% en el mes de marzo, su máximo nivel desde 1985.

Doménech ha explicado que en la medida en que el alza de precios generalizado también se está produciendo en la UE, el BCE podría decidir acelerar el proceso de normalización de los tipos de interés. Aunque los deudores españoles han incrementado recientemente el peso de las operaciones a tipo fijo, la mayor parte de los créditos al sector privado se han otorgado a tipo variable. «Un aumento rápido y significativo de la carga financiera podría afectar las expectativas de gasto de los hogares», avisa.

A todo ello se añade que la caída de la confianza puede tener implicaciones negativas sobre la inversión y el consumo. En particular, BBVA Research estima que las consecuencias de una caída de la riqueza financiera neta real del 10% pueden llevar, en el corto plazo, a una reducción del consumo de los hogares del 0,3% y del 1% a largo plazo. Asimismo, el aumento de la volatilidad financiera, cuantificada por los índices VIX, restará cerca de 0,6 puntos al crecimiento de este año y 0,2 puntos el siguiente.

También incide en que la incertidumbre sobre el momento en el que se acelerará la ejecución de los fondos Next Generation UE y sobre su impacto es todavía «elevada«, puesto que aunque hay «señales de que los cuellos de botella administrativos se están resolviendo», dos años más tarde, «la llegada del dinero a empresas y hogares continúa decepcionando». El problema ahora, alertan es que se corre el riesgo de que el gasto se acelere exactamente al mismo tiempo que se produzca un aumento en el consumo.

Paro del 14,2% y déficit del 6% del PIB

Todos estos factores negativos afectarán al mercado de trabajo, por lo que BBVA Research ha empeorado sus previsiones de paro del 13,6% al 14,2% este año y del 11,4% que preveía en enero al 13,8% en 2023.  El mayor coste de extinción por el efecto sobre la temporalidad de la reforma laboral podría condicionar la creación de empleo.

Igualmente, BVA Research ha empeorado también su pronóstico de déficit, al elevar su estimación desde el 4,8% del PIB que calculaba inicialmente al 6% este año, es decir, unos 13.000 millones de euros más de déficit. También lo empeora para 2023, elevándolo del 3% inicial al 4,6%. El Ejecutivo calcula un desajuste del 5% del PIB este año.

Plan de choque

Ante esta coyuntura, Doménech y Sicilia se han referido al plan de choque aprobado por el Gobierno para tratar de revertir parte del incremento en el coste de la energía y limitar su impacto sobre los hogares y empresas, del que destaca la medida de una bonificación de 20 céntimos al combustible, aunque a su juicio la medida «va en dirección contraria a la de promover una fiscalidad progresiva, reducir el consumo de combustibles fósiles, mejorar su uso eficiente y promover la transición hacia las fuentes de energía renovables».

También advierten de que la desigualdad en el reparto de costes provenientes de la inflación puede generar descontento social, si se tiene en cuenta que las familias de rentas bajas gastan relativamente más en electricidad y menos en carburante, al tiempo que los jóvenes, que gastan más en transporte, viven de alquiler y les afecta más la indexación de los contratos de arrendamiento al IPC, no tienen garantizado el poder adquisitivo de su renta, a diferencia de los pensionistas.

Así las cosas, subrayan que «ahora más que nunca pueden ser importantes las políticas de oferta, que faciliten su respuesta ante el incremento esperado de la demanda», y ven necesario apoyar el crecimiento de las empresas en España, así como avanzar en dotar de mayor competencia a algunos sectores que elevan el coste de producir en el país

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